Banda sonora: "Scarborough Fair", canción tradicional inglesa (no; no la escribieron Simon y Garfunkel) interpretada por la neozelandesa de origen irlandés Hayley Westenra (no tiene nada que ver con el tema del post, pero me ha parecido deliciosa como acompañamiento). Aquí.
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Como mi amigo Telmo G. me insistía en que investigara por qué la palabra "lápiz" tenía versiones tan diferentes en idiomas cercanos ("crayon", "pencil", "matita",...), me puse a ello con interés. Llevaba ya dos páginas llenas de apuntes y de raíces etimológicas cuando, maravillas de Internet, descubrí que alguien ya había hecho el trabajo por mí. Al menos, en el ámbito europeo. Era este bonito mapa (lo encontré en Imgur, una plataforma para compartir imágenes, pero no di con su autor, para poder atribuirle el mérito):
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Como mi amigo Telmo G. me insistía en que investigara por qué la palabra "lápiz" tenía versiones tan diferentes en idiomas cercanos ("crayon", "pencil", "matita",...), me puse a ello con interés. Llevaba ya dos páginas llenas de apuntes y de raíces etimológicas cuando, maravillas de Internet, descubrí que alguien ya había hecho el trabajo por mí. Al menos, en el ámbito europeo. Era este bonito mapa (lo encontré en Imgur, una plataforma para compartir imágenes, pero no di con su autor, para poder atribuirle el mérito):
Ya veis la variedad cromática, que indica orígenes etimológicos distintos. Como la leyenda del mapa tiene la letra un poco pequeña, voy a resumir las tendencias principales:
- los países verdosos: la palabra que se usa para designar a un lápiz proviene de la palabra "plomo" en su idioma respectivo (por ejemplo, "blīwą" en germano antiguo). En árabe y turco, a la palabra que denota el plomo, "rasās" ó "kurşun", se le añade otra que significa palo o caña, "qalam" ó "kalem", que proviene del griego antiguo "kálamos", vara de medir. En castellano también usamos la palabra cálamo para designar la parte hueca del extremo de las plumas de un ave que se usa para escribir con tinta. La palabra griega actual, μολύβι "molyvi", también procede del plomo "molibdos". Enseguida veremos qué tiene que ver el plomo con el lápiz.
- los que hacen referencia a "piedra" o a "arcilla/tiza": el propio "lápiz", del latín "lapis" = piedra. El ruso "karandáš", que proviene del turco "kara taş" = piedra negra. El francés "crayon", del latín "creta" o el húngaro "ceruza". También podemos encuadrar aquí el curioso "matita" italiano, que proviene del mineral "hematites", de color rojo, porque antes de generalizarse el uso del grafito se usaba este mineral para dibujar (en español a esta técnica se la conoce como "sanguina").
- los que van por la vía del "pincel", como el inglés "pencil", que, a pesar de lo que diga la leyenda (del mapa), proviene del latín penicillus (nada que ver con la penicilina, sino que es un diminutivo de peniculus, literalmente "penecillo", sí, eso mismo). Y el simpático "pieštukas" en lituano, proviene de "dibujar".
Como contribución adicional al mapa, según Euskaltzaindia parece que el "arkatz" vascuence proviene de "arra-k-atz" ó "dador de rayas", que yo interpreto como "artefacto que sirve para dibujar rayas".
También completa el cuadro saber que en chino mandarín es "qiānbĭ", donde "qiān" vuelve a significar "plomo", y en japonés fonético "èńpítsú", de difícil etimología. Por último, la propuesta en esperanto (me temo que por alguna influencia fácil de intuir) es "krajono".
Hasta aquí el encargo de Telmo, que, tengo que reconocerlo, ha sido un viaje curioso. Pero, como se suele decir... "metidos en gastos, zapatos de hombre". Y vamos a sacarle un poco de punta ;-) a la historia del lápiz. Lo primero, el por qué de su asociación con el plomo.
La "culpa" la tienen los ingleses (ya podíamos sospecharlo cuando todavía hoy día siguen llamando "lead"=plomo a la mina de grafito que constituye el alma del lápiz). La "confusión" proviene del siglo XVI, en concreto de 1564, cuando se descubrió en Seathwaite Fell, cerca de Borrowdale, Cumbria, Inglaterra, el primer depósito de grafito, muy grande y extremadamente puro y sólido, que podía ser fácilmente cortado en barritas y que se utilizaba inicialmente para marcar a las ovejas. Los químicos de la época pensaron, equivocadamente, que este mineral era una forma de plomo y recibió el nombre de "plumbago" (en latín "mina de plomo"). Se supone que de ahí proviene la asociación del grafito con el plomo en numerosos idiomas. Por cierto, el nombre de "grafito" se lo dio Abraham Gottlob Werner en el año 1789, derivado del griego γραφειν (graphein) que significa "escribir".
Se descubrió grafito en otros lugares en Europa, pero no tenía la pureza y consistencia del inglés, por lo que, primero los alemanes, tuvieron que desarrollar un proceso para pulverizar el grafito, quitarle impurezas y crear un nuevo sólido añadiéndole azufre y antimonio. En cambio, fueron los italianos los que idearon recubrir con madera a la mina de grafito, supongo que para no mancharse las manos. La contribución de los franceses, a finales del siglo XVIII, fue inventar un método para endurecer el grafito pulverizado, mezclándolo con agua y arcilla y pasándolo por el horno. Cambiando la proporción de grafito y arcilla se obtenían diferentes durezas de la mina del lápiz, procedimiento que sigue vigente hoy en día.
La clasificación actual de la dureza de una mina de lápiz se basa en una escala desarrollada a comienzos del siglo XX, donde se combinan las letras H ("Hardness" - Dureza) y B ("Blackness" - Negritud). La dureza "normal" es la HB, con una proporción de 68% grafito, 26% arcilla y 5% cera. El extremo más duro, utilizado normalmente por los técnicos, se identifica como 9H (41%, 53%, 5%) y el más blando, herramienta de artistas y diseñadores, como 9B (más del 90% de grafito).
Una anécdota que he encontrado en esta búsqueda ha sido descubrir que la conocida marca suiza de lápices "Caran d'Ache", creada en Ginebra en 1915, tomó su nombre del caricaturista francés Caran d´Ache, seudónimo utilizado por Emmanuel Poiré (1858-1909), que escogió para su nombre artístico una "adaptación" de la palabra rusa que significa lápiz: "Karandáš".
Y otra, que existe una página web www.pencils.com con "todo aquello que siempre quiso saber sobre lápices y no se atrevió a preguntar". Por ejemplo, que se dice que con un lápiz estándar se podría dibujar una línea continua de 35 millas (unos 56 Kms), pero que nadie lo ha comprobado todavía.
Y, para terminar, y confirmar que lo de la dispersión de los nombres del lápiz es realmente una curiosidad, también he encontrado el mapa de los nombres de la piña. Y, en toda Europa, prácticamente sólo hay dos variantes:
La "culpa" la tienen los ingleses (ya podíamos sospecharlo cuando todavía hoy día siguen llamando "lead"=plomo a la mina de grafito que constituye el alma del lápiz). La "confusión" proviene del siglo XVI, en concreto de 1564, cuando se descubrió en Seathwaite Fell, cerca de Borrowdale, Cumbria, Inglaterra, el primer depósito de grafito, muy grande y extremadamente puro y sólido, que podía ser fácilmente cortado en barritas y que se utilizaba inicialmente para marcar a las ovejas. Los químicos de la época pensaron, equivocadamente, que este mineral era una forma de plomo y recibió el nombre de "plumbago" (en latín "mina de plomo"). Se supone que de ahí proviene la asociación del grafito con el plomo en numerosos idiomas. Por cierto, el nombre de "grafito" se lo dio Abraham Gottlob Werner en el año 1789, derivado del griego γραφειν (graphein) que significa "escribir".
Se descubrió grafito en otros lugares en Europa, pero no tenía la pureza y consistencia del inglés, por lo que, primero los alemanes, tuvieron que desarrollar un proceso para pulverizar el grafito, quitarle impurezas y crear un nuevo sólido añadiéndole azufre y antimonio. En cambio, fueron los italianos los que idearon recubrir con madera a la mina de grafito, supongo que para no mancharse las manos. La contribución de los franceses, a finales del siglo XVIII, fue inventar un método para endurecer el grafito pulverizado, mezclándolo con agua y arcilla y pasándolo por el horno. Cambiando la proporción de grafito y arcilla se obtenían diferentes durezas de la mina del lápiz, procedimiento que sigue vigente hoy en día.
La clasificación actual de la dureza de una mina de lápiz se basa en una escala desarrollada a comienzos del siglo XX, donde se combinan las letras H ("Hardness" - Dureza) y B ("Blackness" - Negritud). La dureza "normal" es la HB, con una proporción de 68% grafito, 26% arcilla y 5% cera. El extremo más duro, utilizado normalmente por los técnicos, se identifica como 9H (41%, 53%, 5%) y el más blando, herramienta de artistas y diseñadores, como 9B (más del 90% de grafito).
Una anécdota que he encontrado en esta búsqueda ha sido descubrir que la conocida marca suiza de lápices "Caran d'Ache", creada en Ginebra en 1915, tomó su nombre del caricaturista francés Caran d´Ache, seudónimo utilizado por Emmanuel Poiré (1858-1909), que escogió para su nombre artístico una "adaptación" de la palabra rusa que significa lápiz: "Karandáš".
Y otra, que existe una página web www.pencils.com con "todo aquello que siempre quiso saber sobre lápices y no se atrevió a preguntar". Por ejemplo, que se dice que con un lápiz estándar se podría dibujar una línea continua de 35 millas (unos 56 Kms), pero que nadie lo ha comprobado todavía.
Y, para terminar, y confirmar que lo de la dispersión de los nombres del lápiz es realmente una curiosidad, también he encontrado el mapa de los nombres de la piña. Y, en toda Europa, prácticamente sólo hay dos variantes:
Otro gran post Ángel.
ResponderEliminarLos dos casos que explicas (lápiz y piña americana) podrían servir para generalizar e ilustrar dos soluciones adoptadas por la Humanidad cuando le llega un invento nuevo o un descubrimiento nuevo. Si es algo que se parece o remplaza a otra cosa ya conocida suele crearse localmente un nombre derivado de ésta (como en el caso del automóvil, coche en España y carro en Hispanoamérica) y si en cambio es un nuevo producto el nombre suele acompañar a éste (como en el caso del chocolate, ya comentado en otro post).
Caramba Angel, la verdad es que te superas día a día. Me recuerdas a Kalinda, la investigadora de la serie "The good wife" que lo averigua todo en un pis pas.
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