viernes, 30 de abril de 2021

Zarzaparrilla - 1.- El remedio

(Ilustración de Tatiana Restrepo para "Curios" - www.tatisart.com)


Tengo que confesarte, amigo Jordi, que, cuando "recogí el guante" que me lanzaste hace unas semanas para escribir sobre la zarzaparrilla, pensé que iba a ser una historia de vaqueros, "saloons" y sucedáneos de la Coca-Cola... pero, ya tu mención al "galeón de Honduras" y a que algo tuvo que ver la planta en los tratados entre España y Portugal sobre la Amazonia, me hizo sospechar que había más historia detrás... ¡Y tanto! Como que el tema me ha dado para 2 posts... Empezamos por el principio... en la Roma de Nerón, en el siglo I d.C.


Allí ejercía como médico el griego Pedanio (Pedacio) Dioscórides Anazarbeo (c. 40 - c. 90), que pasó a la historia como autor de la obra "De Materia Medica", que alcanzó una amplia difusión y se convirtió en el principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento (conocido como "el Dioscórides", sin más). El texto describe unas 600 plantas medicinales, unos 90 minerales y alrededor de 30 sustancias de origen animal. El códice más antiguo que se conserva de la obra data de comienzos del siglo VI, y fue copiado para uso de la patricia romana Anicia Juliana, hija del emperador Anicio Olibrio. Se imprimió por primera vez, en latín, en 1478, en Colle (Toscana) por Pedro Paduano. Fue traducido al español (y ampliado) por el segoviano Andrés Laguna.

Y, como hay que hacer promoción de los paisanos, he buscado esa traducción. Está disponible online (es una maravilla). Aquí copio la portada y la página 462, donde se describe a la "Smilax áspera":

En una transcripción con la sintaxis y la ortografía actualizada dice (más o menos): 

"La Smilace áspera tiene las hojas como las de la madreselva y hace muchos sarmientos sutiles y llenos de espinas, como los de la zarza o el paliuro (espina de Cristo). Sube por los árboles y se revuelve desde el tronco hasta su cumbre. Produce el fruto a manera de racimillos menudos, el cual, después de maduro, se torna rojo, suavemente mordaz al gusto. Tiene una raíz gruesa y dura. Nace en lugares pantanosos y escarpados. Las hojas y el fruto de esta planta son remedios contra los venenos, si se beben después o antes. Se dice que, si diéramos a un niño recién nacido un poquito de las hojas o del fruto molido, ningún veneno le dañará jamás. Por lo que se mezcla esta planta en las medicinas contra los venenos". 

Y debajo, cómo se llama la planta en varios idiomas: en griego: σμῖλαξ τραχεῖα; en latín: Smilax aspera; en castellano: çarça parrilla (así, en dos palabras); en portugués: Legacaom; en alemán: Scarpff Vuindt. 

Pues ya hemos encontrado a la zarzaparrilla y sus curiosas propiedades. Y en Europa, mucho antes de la aventura americana. 

Lo que sucedió es que, tras la llegada de Colón al Nuevo Mundo, muchas de las plantas que allí crecían eran especies desconocidas, pero algunas resultaban similares a las que se conocían en Europa. Ese fue el caso de la zarzaparrilla "americana". 

En este caso, damos la palabra a Francisco Hernández de Toledo, médico e historiador de Felipe II, y autor de la "Historia de las plantas de Nueva España". Fue elegido por el rey para dirigir una expedición científica a América, centrada especialmente en el territorio de Nueva España. Dispuso de 60.000 ducados para organizar el viaje. En enero de 1570, el rey le nombra "Protomédico general de nuestras Indias, islas y tierra firme del mar Océano".

Hernández partió en agosto de 1571, junto con su hijo, y desembarcó en febrero de 1572 en Veracruz. Durante tres años recorrió la Nueva España, especialmente la meseta central. Las notas originales de sus observaciones no se han conservado. La expedición contaba con un geógrafo, pintores, botánicos y médicos indígenas. Hernández murió antes de ver su obra publicada.

Copio la portada de la edición realizada en México en 1943 y aprovecho la versión disponible online,  mostrando abajo la página donde se describe el Mecapatli o Zarzaparrilla. Se puede leer perfectamente la descripción. 

Además de su acción contra los venenos, señala "que provoca sudores, calma los dolores de las articulaciones y demás partes, y vence y destruye las enfermedades rebeldes e incurables". También, que "aumenta el calor del estómago, limpia los riñones y el conducto de la orina y provoca la micción".

Parece que la especie descrita inicialmente por Hernández es la Smilax moranensis, que es la más abundante en México. Pero había (y hay) muchas más, desde el Perú hasta el estado de Tamaulipas, pasando por Honduras.




Pues ya solo nos falta un ingrediente para entender por qué la raíz de la zarzaparrilla se convirtió en una mercancía muy valiosa en el comercio desde la Indias a Europa desde el siglo XVI. Y ese ingrediente se llamó sífilis. Hay muchos estudios que debaten si la enfermedad ya existía o no en Europa antes de la colonización americana, pero lo cierto es que su tremenda expansión tuvo lugar a raíz de la vuelta a Europa de numerosos marineros contagiados y de los indígenas que trajeron con ellos.

Y, aparte de los tratamientos con derivados del mercurio, que ya se aplicaban desde la antigüedad en enfermedades con parecidos síntomas, y que probablemente causaban más daño de lo que sanaban, dos plantas americanas se identificaron como coadyuvantes para aliviar los síntomas: el guayaco (o palo santo) y la zarzaparrilla. Hasta tal punto cobraron importancia que los famosos banqueros Fúcar, que no daban puntada sin hilo, se hicieron con el monopolio del comercio del guayaco durante muchos años.

En la obra del sevillano Nicolás Monardes (1493-1588), titulada "Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occcidentales", publicada en varias partes desde 1565, además de describir en detalle las propiedades del guayaco (llamado en el libro "guayacán") y de la "çarçaparrilla", hace una muy curiosa exposición de "cómo vinieron las primeras Bubas" (así se conocía a la sífilis entonces). No me resisto a transcribirla:

"Quiso Nuestro Señor que, de donde vino el mal de las Bubas, viniese el remedio para ellas. Porque las Bubas vinieron a estas partes de las Indias, y las primeras, de Santo Domingo. Son entre los indios las Bubas tan comunes y familiares como a nosotros las viruelas, y casi los más de los indios e indias las tienen, sin que de ello hagan mucho escrúpulo. Y vinieron de esta manera:

En el año de 1493, en la guerra que el rey Católico tuvo en Nápoles con el rey Charles de Francia, que decían de la cabeza grande. En este tiempo, Don Cristóbal Colón vino del descubrimiento que hizo de las Indias, que fue Santo Domingo y otras islas, y trajo consigo de Santo Domingo mucha cantidad de Indios e Indias, los cuales llevó consigo a Nápoles, donde estaba a la sazón el rey Católico, el cual tenía ya concluida su guerra, y los ejércitos se comunicaban unos con otros. Llegado allí Colón con sus Indios e Indias, de los cuales los más de ellos iban con la fruta de su tierra, que eran las Bubas, comenzaron a conversar los Españoles con las Indias y los Indios con las Españolas, y de tal manera infectaron los Indios e Indias el ejército de los Españoles, Italianos y Alemanes, que de todo tenía el ejército del rey Católico, que muchos fueron infectados del mal. Y después, como los ejércitos se comunicaron, hubo lugar que también se encendiese el fuego en el Real del Rey de Francia; de lo cual se siguió que, en breve tiempo, los unos y los otros fueron infectados de esta mala simiente, y de allí se ha extendido por todo el mundo".

Y también dice los "Nombres que pusieron al mal de las Bubas":  "Al principio tuvo diversos nombres: los Españoles, pensando que se les había pegado de los Franceses, le llamaron mal Francés. Los Franceses, pensando que en Nápoles y de los de la tierra se les había pegado el mal, lo llamaron mal Napolitano. Los Alemanes, viendo que de la conversación de los Españoles se les había pegado, le llamaron sarna Española, y otros lo llamaron Sarampión de las Indias, y con mucha verdad, pues de allí vino el mal". 

(El nombre «sífilis» fue creado por el poeta y cirujano veronés Girolamo Fracastoro en su poema en latín "Syphilis sive morbus gallicus" (‘Sífilis o la enfermedad francesa’). Fracastoro creó el nuevo nombre de la enfermedad, y lo incluyó en su libro de medicina "De contagionibus" (‘Sobre las enfermedades contagiosas’, Venecia, 1584). Proviene de la historia alegórica de un pastor que se llamaba Syphillus, que, por adorar a un rey mundano, recibe el castigo del dios sol y, en consecuencia, sufre de la enfermedad).

Hasta el descubrimiento de la penicilina, ya en el siglo XX, no hubo un tratamiento definitivo contra la sífilis. Se siguieron haciendo los tratamientos mercuriales, mejorados para disminuir su toxicidad, se introdujeron nuevos elementos como los yoduros, los arsenicales, el bismuto,... Al mismo tiempo, el uso de los tratamientos con herbáceos (guayaco y zarzaparrilla) fue disminuyendo, dado que, si bien aliviaban los síntomas, no curaban. 

Y así le vino la oportunidad a la zarzaparrilla de convertirse en refresco... En otro post.


Comienzo del capítulo dedicado a la Çarçaparilla (con una "R" solo) en el libro de Monardes


2 comentarios:

  1. Si alguien reescribiera la Biblia igual cambiaba la parábola del árbol de mostaza, que ya pocos entienden, por la parábola de Ángel Díaz-Miguel y su post.

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  2. Suelo escuchar con cierto escepticismo los discursos sobre remedios de curanderos, aunque también sé que la farmacología se ha apoyado en compuestos naturales como la corteza del sauce para el ácido acetilsalicílico (además soy accionista de Pharmamar).

    En este caso la curiosidad me ha llevado a encontrar rápidamente un trabajo científico que corrobora las propiedades de la zarzaparrilla: https://cdn.website-editor.net/d6d0be7f4ba344d3a5d5d15c969a5e42/files/uploaded/UNIVERSIDAD%2520COMPLUTENSE%2520DE%2520MADRID.pdf

    También me ha llamado la atención el término "bubas" para la sífilis, como en la peste bubónica, aunque las imágenes son diferentes. Hablando de la sífilis, siempre me acuerdo de aquel bilbaíno al que le advierten de que su hijo andaba con gonorrea y contestó aquello de que " ¿Gonorrea? ¡apellido vasco, será buena chica!

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