Fue en enero de 1904 cuando la americana Lizzie J. Magie recibió la confirmación de la patente de un juego de mesa, que bautizó con el nombre de The Landlord´s Game (el "Juego del Terrateniente"), en el que podemos reconocer todos los elementos básicos de las versiones posteriores:
La mayoría de las casillas corresponden a "propiedades" que se pueden alquilar o comprar. Tienen un valor creciente, desde la casilla nº 1 (arriba a la derecha) ($1 For Rent - $10 For Sale) hasta la nº 22 ($22 For Rent - $220 For Sale) siguiendo las agujas del reloj. Las propiedades (a diferencia con los juegos posteriores) no tienen nombre.
En en centro hay 4 compartimentos rotulados como "Bank", "Wages", "Public Treasury" y "T. R.R." cuyo uso desconozco.
Se dice que Lizzie diseñó el juego para ilustrar las enseñanzas de la era progresista del economista Henry George, para demostrar los efectos económicos negativos del monopolio del terreno y el uso del Impuesto sobre Bienes Inmuebles como remedio.
El caso es que el juego tuvo éxito y se jugó en familias, grupos de amigos y universidades durante 30 años.
En 1935, Charles Darrow, un vendedor de calefactores domésticos, desempleado, de Pensilvania, patentó la versión de Atlantic City de ese juego con el nombre de Monopoly y, poco después, lo vendió a la empresa juguetera Parker Brothers. En el tablero podemos ver cómo aparecen ya los nombres de las calles de Atlantic City para nombrar la localización de las propiedades:
Se mantienen las 4 casillas de los ferrocarriles (ya cada una con su nombre) y 2 casillas para impuestos: Luxury ($75) e Income ($200). Aparecen 2 casillas para las "utilities" de agua y electricidad y 3 casillas para 2 juegos de tarjetas: "Community Chest" (Cofre o Caja de la Comunidad) y "Chance" (Suerte). Las propiedades se agrupan por colores y van desde la más barata, Mediterranean Avenue ($60) a la más cara, Boardwalk ($400).
A saber cómo (*), este juego del Monopoly llega al conocimiento del malagueño Francisco Leyva Vances que, ni corto ni perezoso, lo adapta al callejero de Madrid y dicen que lo patenta antes de la Guerra Civil. Con el nombre de Palé, por las iniciales de Paco Leyva. Está claro que sólo es una adaptación al público local (los colores de las calles son los mismos y hasta los precios en Ptas. son los mismos que eran en $):
Da nombre a las 4 estaciones: Norte, Mediodía, Delicias y Getafe. Mantiene las tarjetas de "Suerte" y renombra a las del "Community Chest" como "Sorpresa". La calle más barata es Curtidores (60 Ptas.) y la más cara la Gran Vía (400 Ptas.).
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| Elementos del juego de El Palé |
En alguna versión de los años 60 se cambia el nombre de 2 calles, de acuerdo con el callejero vigente en esos años: Joaquín García Morato sustituye a Santa Engracia y la Avenida de José Antonio a la Gran Vía. También el Aeropuerto de Barajas sustituye a la estación de Getafe. Y los precios, en pesetas, se multiplican por 10 (¡¡¡la inflación!!!)
Mientras tanto, en los años 50, Parker Brothers denunció a Leyva y a Giménez Reyna, y ambas partes llegaron a un pacto: el genuino Monopoly llegó a España de la mano de Juguetes Borràs.
El tablero era muy similar; cambiaban los nombres de las calles y los precios de venta (¡¡¡otra vez la inflación!!!): Ahora la más barata era la Ronda de Valencia (6.000 Ptas.) y la más cara el Paseo del Prado (40.000 Ptas.).
La estación de Goya sustituye a la de Getafe y un juego de tarjetas vuelve a recuperar el nombre original americano de "Caja de Comunidad".
También, las fichas, casitas y hoteles eran de plástico, frente a las del Palé, que eran de madera pulida, muy apreciadas por jugadores y coleccionistas.
En 1991, la empresa juguetera Hasbro compró Parker Brothers y comenzó la re-edición del Monopoly, con nuevos tableros (aunque manteniendo, en general, las reglas del juego). En España, por ejemplo, se editaron versiones del juego con calles de Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Valencia, Málaga, Bilbao, Valladolid, Vigo, Palma de Mallorca, Murcia, Oviedo, Granada, Santander y Elda. También, en 2016, esta dedicada al País Vasco:
Pero, mi sensación, es que los niños de hoy no juegan al Monopoly.
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(*) Por más que lo ha intentado mi amigo malagueño Gonzalo MdM. no ha habido forma de recabar más información sobre el mentado "inventor" del Palé, Paco Leyva. Sí hemos sabido que era familia de militares y que estudió en el Colegio de San Agustín. Y nada más. Mi intuición es que conocería el juego durante alguna estancia en Inglaterra o bien por su relación con alguna familia inglesa residente en Málaga.
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Muy interesante! Desde luego, el Palé nos metió bien metida la idea de que el monopolio genera un agujero negro económico: el rico acaba poseyéndolo todo sin chances para nadie más.
ResponderEliminarYo he intentado introducirlo en las reuniones con hijos y nietos, con éxitos esporádicos. Una variante actual interesante es el "CATAN". De todas formas, imposible batir a los videojuegos.
Muy buen ejercicio de cirugía lúdica. Menudo nivel de detalle en la comparación de ambos juegos.
ResponderEliminarYo también jugué al "PETROPOLIS" con la misma dinámica que el Monopoly. En lugar de calles, países productores de petróleo; en lugar de pesetas "petrodólares"; en lugar de casas-hoteles, torres y plataformas, en lugar de la cárcel, Tribunal de la Haya o Casino de Montecarlo. Los países más caron Irán y Arabia Saudi. Partidas que duraban días!!!!!
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