viernes, 18 de octubre de 2024

Españoles por el mundo... a comienzos del siglo XX: 2.- Panamá

En 1903, la nueva república de Panamá, surgida de la separación de Colombia, concedió a los Estados Unidos los derechos a perpetuidad del canal y una amplia zona de ocho kilómetros a cada lado del mismo, a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta anual de $250.000. Con ese acuerdo, los EE.UU. retomaron con nuevos bríos el proyecto de construcción del Canal de Panamá, que, habiendo comenzado en 1881, bajo dirección francesa, había sufrido numerosos reveses y calamidades, y se encontraba casi parado en esos momentos.

Mapa de la Zona del Canal de Panamá (en blanco), ocupada y administrada por EE.UU. entre 1903 y 1979


Como vimos en el caso de Hawái en un post anterior, también aquí los estadounidenses dirigieron sus esfuerzos a reclutar obreros europeos, y, así como, en el caso del archipiélago, la oferta tuvo gran respuesta en Extremadura y Andalucía, en el caso del Canal de Panamá, de los 12.000 obreros españoles que se calcula que fueron para allá en el período 1906-1914, unos 8.000 eran gallegos. ¿Por qué se dio esta curiosa circunstancia?


Parece que el primer contingente de emigrantes españoles al proyecto del Canal llegó al puerto de Colón, en Panamá, en 1906 procedente de Cuba, y, en su mayoría, unos 500, eran gallegos residentes en la isla, donde se habían convertido en mano de obra muy cotizada tras su excelente desempeño en la puesta en marcha del ferrocarril en la isla caribeña. Los gallegos no defraudaron en Panamá. El ingeniero responsable del proyecto entre 1905 y 1907, John F. Stevens, llegó a escribir en uno de sus informes que "cada gallego vale por tres".

Escribe Manuel Pico, vocal de la Fundación Nosa Terra, creada para rescatar la memoria de estos emigrantes: 

"Para atraerlos, los estadounidenses se desplazaron hasta Galicia y crearon oficinas de reclutamiento con las que intentaban captar obreros en su tierra natal, tanto en los entornos de las iglesias como en las ferias, ofreciendo el adelanto del pasaje para cruzar el charco y unas “muy buenas condiciones” que nada tenían que ver con la realidad. “Eran totalmente falsas. Les pintaban un escenario en donde se alojarían en hoteles casi de lujo, muy buena paga, que de hecho era buena si se comparaba con los salarios gallegos de la época, pero la realidad es que se encontraban en un lugar inhóspito en el que llovía nueve de los doce meses del año, con malaria, con mosquitos, con enfermedades (…) Eran unas condiciones terribles y muchos perdieron la vida en el proceso".

En cuanto a las condiciones de trabajo, escribe Rafael Gago, presidente de la citada fundación:

"Cuando llegaban a Panamá los usaban como pico y pala. Trabajaban unas diez horas diarias bajo la lluvia y la enorme humedad en los trabajos más duros de la construcción del canal, principalmente moviendo las vías del ferrocarril".

Trabajadores gallegos en el Canal
(Fotografía del archivo de Rafael Gago)

En esta solicitud de la chapa de identificación, una especie de carnet de identidad de la Isthmian Canal Commission en la Zona del Canal, podemos ver algunos datos curiosos:

Es de abril de 1919. La solicita C. Estebes, nacido en España (no se precisa más) el 25 de abril de 1890, y llegado al istmo de Panamá el 6 de Febrero de 1906 (tenía 16 años). Empleado en la División de Ingeniería Municipal como "Helper" (¿Auxiliar?) desde el 16 de enero de 19XX (no se lee bien). Residente en la localidad de Cristóbal, dentro de la Zona del Canal.

Con un salario de 18 centavos la hora. Es blanco, soltero, sabe leer y escribir, y firmar con su nombre. Mide 5 pies y 6 pulgadas (1,68 m) y pesa 128 libras (58 kg). Tiene una cicatriz sobre la ceja izquierda y otra en el pulgar de la mano derecha.

En la parte superior derecha se ve que había 2 tipos de "contrato": Gold Roll y Silver Roll, que era el de Estebes. En el primer grupo ("Nómina de Oro"), que eran los mejor pagados, tan solo se encontraban los obreros blancos y de nacionalidad estadounidense, mientras que al segundo ("Nómina de Plata) pertenecían los trabajadores blancos no norteamericanos y las personas de color. En este grupo se situaban los gallegos, lo cual los catalogaba como la categoría laboral más baja, y eran destinados a los trabajos más duros bajo unas condiciones durísimas que intentaron mejorar.

La apertura oficial al tráfico comercial del Canal de Panamá tuvo lugar el 15 de agosto de 1914, con el paso del SS Ancón. Pero los trabajos complementarios continuaron unos años más.

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En febrero de este año 2024, por iniciativa de la Fundación Nosa Terra, se inauguró en la Calzada de Amador un monumento dedicado a los gallegos que participaron en la construcción del Canal de Panamá. La Calzada se halla, precisamente, en el lugar donde se encontraba uno de los campamentos de los trabajadores.


La escultura es obra del boliviano Gonzalo Sánchez Mendizabal. Representa a 4 obreros gallegos, uno por cada provincia gallega, con pico y pala.

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Para saber más:

- "Pro mundi beneficio:  los trabajadores gallegos en la construcción del Canal de Panamá, 1904-1914" - Juan Manuel Pérez - Fundación Barrié - 2007

- "Una historia compartida: España en la construcción del Canal de Panamá" - Wendy Tribaldos y Susana Cabezas Fontanilla - Editorial Novo Art - 2023

- "Tras la huella gallega en el Canal de Panamá" - Rodrigo Paz - El Correo Gallego - Enero 2024 - Aquí.
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1 comentario:

  1. Esos eran trabajos duros y difíciles de imaginar hoy día. Los nuestros son un privilegio histórico. Siempre me sorprende que estamos hablando de hace solo 100 años. Muy interesante. Gracias Angel.

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