viernes, 26 de enero de 2018

Las dos caras de La Española

Si miras la foto de Google Earth que acompaña a este párrafo, está claro que algo ha tenido que pasar para que el aspecto de la tierra a un lado y otro de esa línea de separación sea tan diferente. Aridez frente a frondosidad; arena y piedra vs. árboles y bosques; economía de supervivencia vs. posibilidades de desarrollo. Y empieza uno a sospechar que la mano del hombre, a uno y otro lado, probablemente haya tenido mucho que ver en el resultado final. 

La foto corresponde a la zona central de la frontera entre Haití y la República Dominicana y es muy interesante tratar de entender cómo se ha llegado hasta esta situación. Pero empecemos con un breve repaso histórico, que siempre ayuda.

Fue el 5 de Diciembre de 1492 cuando Cristóbal Colón y su gente llegaron a esta isla (podemos decir que la "descubrieron", pero está claro que no fueron los primeros: hacía unos 5.000 años que la isla estaba habitada por los indios tainos, que llegaron desde el continente que hoy llamamos americano). La llamaron "Isla de la Española". Construyeron un primer fuerte en la costa norte, al que bautizaron como "La Navidad", pero que fue destruido por los indígenas al cabo de unos meses. Al año siguiente volvió Colón en su segunda expedición y construyó otro fuerte más al este, al que llamaron "La Isabela". 


Se estima que la población indígena inicial era de medio millón de habitantes. En apenas 30 años, hacia 1520, el número de indios bajó a 3.000. Ya está plenamente consensuado que en este caso, como en otros de contacto entre poblaciones humanas que habían permanecido separadas durante miles de años, el principal agente "destructor" no fue la espada ni la pólvora, sino unos enemigos mucho más invisibles, conocidos como "viruela", "sarampión" ó "tifus" que los españoles llevaron en sus cuerpos y equipajes, y para los que los indios no habían desarrollado las defensas necesarias.

El caso es que al mismo tiempo, siglo XVI, empezó un cultivo extensivo de azúcar en la isla, para lo que se necesitaba mano de obra barata, y empezó la importación masiva de esclavos negros de África. Lo cual explica la composición demográfica de la isla (volveremos más tarde sobre este tema). Durante este siglo la colonia se desarrolló y vivió una gran prosperidad.

Pero en el siglo siguiente (estoy simplificando), el interés de España por "La Española" decayó en beneficio de otras colonias: México, Perú, Bolivia,... mucho mayores en extensión y con más recursos potenciales. El caso es que la población hispana de la isla se concentró en la parte Este y dejó desierta la parte Oeste. Hecho que fue aprovechado, primero por "piratas" franceses, ingleses y holandeses para establecer la base de sus correrías (la famosa "Isla Tortuga", por ejemplo) y después por colonos, mayoritariamente franceses, que establecieron allí sus plantaciones y empezaron, también, a importar esclavos negros. A partir de este momento, la historia de las dos partes de la isla empezó a divergir. 

¡Y de qué manera! Haciendo un "fast forward" hasta el momento actual, está constatado que la diferencia económica entre Haití y la República Dominicana es la mayor entre dos naciones contiguas.

Algunos datos:
Haití
28.000 Kms2
10,7 millones de habitantes (Densidad: 382)
PIB año 2015 (ppp): $8.725 Millones 
PIB per cápita: $815

República Dominicana:
48.000 Kms2 
10,5 M de habitantes (Densidad: 219)
PIB: $68.000 Millones  
PIB per cápita: $6.468

O sea, un factor de casi 8 veces. ¿Y cómo se ha llegado a esta grandísima diferencia? Evidentemente las causas son múltiples y todas ellas han contribuido en mayor o menor medida. Pero siguiendo las investigaciones y propuestas de Jared Diamond en su libro (que ya he citado otras veces) "Collapse" (2005), creo que podemos señalar tres como las más significativas:

1) Pasada la etapa colonial (Haití se independiza de Francia en 1804; en el caso de la República Dominicana es más difícil concretar una fecha, pues su independencia estuvo sujeta a numerosos avatares, pero digamos 1844), se va manifestando una clara diferencia en el trato al "diferente". Claramente hostil en Haití (hasta el punto de que en pocos años se aniquila, literalmente, a la población blanca que todavía quedaba) y mucho más abierta hacia el inmigrante en la República Dominicana, que se ve poblada por sucesivas oleadas (pequeñas en número pero muy significativas desde un punto de vista económico) de judíos de Curaçao, canarios de las Islas, libaneses, palestinos, cubanos, alemanes, italianos,... Diversidad que aporta nuevas ideas y espíritu emprendedor.

Aglomeración urbana cerca de Port-au-Prince
2) Los antiguos esclavos de Haití, ahora "dueños de su destino", lo primero que hacen es destruir el sistema de plantaciones, en el que tanto habían padecido ellos y sus antepasados, y sustituirlo por pequeñas granjas familiares. Muy lógico desde un punto de vista humano. Pero entonces ya sucedía (y la situación persiste hasta hoy) que la densidad de población de Haití era muy alta. Y también (y esto es un dato no achacable a los haitianos), que las borrascas en la isla entran por el Este, por lo que la parte oriental tiene más humedad que la occidental. Todo lo cual, combinado con la exportación de grandes cantidades de madera a Europa, originó una rápida deforestación y una pérdida de fertilidad del suelo muy acusada. A mediados del siglo XIX prácticamente había desaparecido el arbolado de las zonas bajas y medias de la parte haitiana.

3) La causa fundamental que originó que la diferencia actual sea tan notable fue, curiosamente, la acción política, el diferente enfoque que se le dio al problema en uno y otro lado a lo largo del siglo XX. Y, cosas de la historia, los actores principales fueron dos dictadores que compartieron tiempo histórico:  François Duvalier ("Papa Doc" - 1907-1971) en Haití y Rafael Leónidas Trujillo (1891-1961) en la República Dominicana (y su "continuador", Joaquín Balaguer (1906-2002)).

Trujillo quería desarrollar una economía industrial, que generara excedentes para la exportación y un estado moderno (seguramente para su propio beneficio); Duvalier era más partidario de una economía autárquica, que mantuviera el "status quo" que tanto había costado conseguir. Pero, como en tantas ocasiones, el no hacer nada fue una mala decisión. Poco a poco  la deforestación en Haití fue a más, se siguió utilizando madera como combustible en los hogares, los ríos se fueron encogiendo hasta que se secaron completamente... Y, para colmo, el terremoto de enero de 2010. Más de 300.000 muertos y nuevos motivos de desesperación y pobreza.

En cambio, la República Dominicana estableció en 1934 su primer parque nacional (hoy tiene 74, que abarcan un 32% de su territorio), creó un cuerpo de guardias forestales, prohibió el que se quemaran bosques para conseguir más terrenos agrícolas. Tiempo después, se construyeron centrales hidráulicas para la obtención de electricidad y se importó gas natural licuado, todo ello con el objetivo de evitar que la población usara la madera como combustible. Los resultados fueron tangibles, aunque no garantizan el futuro.

En especial, preocupa hoy la alta contaminación de los ríos, causada por los residuos industriales, el uso indiscriminado de insecticidas y por el crecimiento de basuras generado por las grandes aglomeraciones urbanas.

Se calcula que hay 1 millón de haitianos "trabajando" en la República Dominicana (la mayoría de forma ilegal). Otros 600.000 en USA, 100.000 en Canada, 40.000 en Chile,... Pero también hay 1,5 millones de dominicanos en USA (1 millón en Nueva York), 90.000 en España, 40.000 en Italia,... La situación dista mucho de ser estable, desde todos los puntos de vista: demográfico, económico, político y social. ¿Estarán los dos países condenados a entenderse para poder sobrevivir?

Hotel de lujo en Punta Cana - El sector Turismo emplea a 250.000 personas (sólo un 2,5% de la población)


3 comentarios:

  1. Interesante post Ángel. Gracias por compartirlo.
    Me gustaría añadir la causa de lo que has descrito como "El caso es que la población hispana de la isla se concentró en la parte Este y dejó desierta la parte Oeste".
    Ese hecho no fue fortuito ni consecuencia de que la parte Oeste fuera árida, como lo es ahora, sino de las "Devastaciones de Osorio", una feroz represión contra los españoles de esa zona realizada por el gobernador Don Antonio de Osorio siguiendo las Reales Órdenes de Felipe III de 6 de agosto y 12 de diciembre de 1603, porque alguien informó al monarca de que esos españoles vendían sus productos a extranjeros, que les regalaban biblias luteranas y les transmitían "ideas agitadoras", de modo que decidió despoblar media isla (los que se resistieron a abandonar sus casas fueron condenados a muerte). Recordemos que es el mismo rey que por las mismas fechas decidió expulsar a todos sus súbditos de religión musulmana y que 10 años después encargó una estatua ecuestre que podemos admirar en la Plaza Mayor de Madrid, sin que ningún partido haya propuesto quitarla.

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    1. Disculpa Jordi, que me he retrasado en contestarte, y es una aportación muy interesante. No había oido hablar de estas "Devastaciones", pero está claro que contribuyeron a establecer esa dualidad que hoy, más acentuada, pervive en la isla.

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  2. Como lectura complementaria, si no la habéis leído, recomiendo "La Fiesta del Chivo" de Mario Vargas Llosa. Es una novela muy interesante y muy amena sobre Trujillo.

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