viernes, 29 de septiembre de 2023

Goma arábiga: del sello postal a la Fanta de Naranja

Seguro que los lectores más jóvenes de este post no han tenido que ensalivar nunca un sello de correos; para eso se inventaron hace ya tiempo los sellos autoadhesivos. Pero los más talluditos sin duda recordarán ese sabor peculiar que te quedaba en la boca tras pegar un lengüetazo al reverso del sello que querías pegar en la carta. Y si tenías que enviar varias y no tenías a mano la esponjilla humedecida...

Pues ese sabor provenía de la goma arábiga. Está documentado que, el primer sello de correos que se "pegó", en Inglaterra en 1840, conocido como el "Penny Black", ya se pegaba en los sobres gracias a la goma arábiga que llevaba en su reverso.

Otro uso muy popular de la goma arábiga entre los escolares de mi generación era como pegamento para papel, cartón y cosas ligeras. ¡Cuántas colecciones de cromos y trabajos manuales se iban completando con la ayuda del bote de Pelikan y su peculiar lengüeta agujereada! (La fábrica en España de la multinacional alemana Pelikan estaba en Mollet del Vallés, Barcelona. Otro de sus productos estrella era la "tinta china", que tantos dolores de cabeza nos causaba al usar el tiralíneas en las clases de dibujo técnico)

Pues hasta ahí llegaba mi conocimiento de los usos de la goma arábiga hasta que, el mes de junio pasado, leí en "EL PAÍS" un artículo de Marc Español titulado "La guerra en Sudán daña la venta de goma arábiga" y me descubrió un mundo desconocido. (Puedes leer el artículo aquí)

 Vamos poco a poco.

viernes, 22 de septiembre de 2023

Manos blancas no ofenden

Como mi amigo Jordi G. me lanzó el guante, y yo ya había anunciado una continuación al post sobre los dichos populares, aquí va la segunda entrega, comenzando con el que él me sugería:

(Reitero que toda la información de base está extraída del libro "El porqué de los dichos", de José Mª Iribarren)

Manos blancas no ofenden - Efectivamente, la frase se hizo famosa cuando el ministro de Gracia y Justicia de Fernando VII, el turolense don Francisco Tadeo Calomarde (1773-1842), respondió así a la infanta doña Carlota, hermana de la reina Cristina de Borbón, tras haberle propinado (ella a él) una sonora bofetada, se supone que como venganza por que el citado ministro hubiera hecho firmar al moribundo rey el decreto restableciendo la Ley Sálica. Con ella se excluía del trono a su sobrina, la princesa Isabel (luego Isabel II), y se daba derecho a la corona al infante don Carlos María Isidro, hermano del rey, que más tarde se erigió en Pretendiente con el nombre de Carlos V, dando origen a la primera guerra carlista. 

Los hechos tuvieron lugar en 1832 en el Palacio de la Granja de San Ildefonso (Segovia), donde convalecía el rey. La infanta Carlota estaba casada con Francisco de Paula de Borbón, hermano menor del rey.

(En una Historia de España de 1885 se recoge esta anécdota, pero se matiza que la frase pronunciada fue: "Manos blancas no infaman, señora").

Según recoge Iribarren, la frase no la inventó Calomarde, sino que era una frase proverbial española usada ya con anterioridad. De hecho, Calderón de la Barca publicó en 1657 una comedia con ese nombre. Incluso se relaciona con un refrán latino: "Non maculant nievae laedunt sed verbera dextrae" y con el dicho siciliano "Manu bianca nun offeni". 


jueves, 14 de septiembre de 2023

El esquivo y sutil neutrino

Ahora mismo, mientras lees esta primera línea del post, en un segundo, 65 mil millones de neutrinos (65.000.000.000) procedentes del Sol están atravesando la yema de tu dedo pulgar (1 cm2 aprox.) y tú sin enterarte... Bueno, la yema de tu dedo pulgar y todo tu cuerpo. Y el segundo que viene, otros tantos. Y al otro, y al otro, y... Es de esos datos científicos que escuchas y dices... ¿pero cómo se puede calcular eso?

Fotografía: Fundación Ramón Areces

Fue en la Fundación Ramón Areces, el pasado mes de mayo, cuando la profesora Inés Gil Botella, investigadora científica en el CIEMAT, dio una conferencia titulada "La insoportable levedad de los neutrinos", haciendo un guiño a la novela de título similar de Milan Kundera. La charla fue muy interesante y hasta (casi) entendible para un profano, gracias a la excelente capacidad expositiva de la profesora. Puedes ver la conferencia completa aquí

Pero, al salir de la charla, yo seguía dándole vueltas a lo mismo: si los neutrinos son tan "leves", si no interaccionan con casi nada, si cuesta Dios y ayuda detectar unas pocas decenas en instalaciones kilométricas a cientos de metros de profundidad... ¿cómo narices se ha llegado a establecer esa magnitud que aparece siempre que se habla de neutrinos: cada segundo, nos llegan del Sol 65 mil millones de neutrinos por cm2?

viernes, 8 de septiembre de 2023

Una pandemia del siglo XX poco conocida

Hoy, después de toda la información médica y científica que hemos recibido y absorbido a raíz de la pandemia del SARS-CoV-2, hasta el escolar más despistado del último pueblo o barrio de España sabe que, a principios del siglo XX, más concretamente alrededor del año 1918, hubo una gran pandemia de gripe (mal llamada "española"), que causó millones de muertos en todo el mundo.

Pero yo mismo desconocía esta "otra" epidemia de la que vamos a hablar hoy.

Presentación del libro de Miguel Ángel Delgado

Muchas veces me preguntáis cómo se me ocurren los temas que presento en el blog. Yo siempre respondo que es muy aleatorio: en lo que leo en libros, periódicos o revistas; en lo que escucho en la radio, en la televisión, en las conferencias a las que asisto, en conversaciones con amigos,... de pronto se produce un efecto "ahá" similar a lo que describen que tienen los investigadores que llevan tiempo dedicados a buscar la solución a algún problema. Y me digo: "aquí hay un tema que puede ser interesante... habrá que profundizar".

En el caso de la epidemia que hoy nos ocupa, la pista me llegó, el pasado mes de junio, en la presentación del libro "La costumbre ensordece" de Miguel Ángel Delgado en el Espacio Fundación Telefónica. En su interesante conversación con Laura Barrachina, de pronto le escuché  decir que había habido una epidemia en el siglo XX poco conocida, pero que también tuvo efectos desastrosos. Millones de infectados y cientos de miles de muertos. Con secuelas aterradoras. Después, al leer el libro, lo vi reflejado y me dije... tema interesante... hay que investigar. Y este es el resultado.