viernes, 29 de enero de 2021

Citius (acortando distancias)

Llevamos un año donde el viajar, salvo por motivos laborales, se ha convertido en una pequeña odisea, cuando no en un flagrante quebrantamiento de las recomendaciones sanitarias y gubernativas. Y me refiero a todos los medios de transporte: privados y colectivos, coches, trenes, barcos y aviones. Pero, en medio de este panorama desalentador para fabricantes de automóvil, compañías ferroviarias, marítimas y aéreas, han ido apareciendo algunas noticias que auguran, quizá no a corto plazo, pero sí para dentro de 5 - 10 años, una serie de posibilidades en cuanto a medios de transporte que pueden suponer, en su conjunto, un cambio disruptivo en la forma en que entendemos las distancias y las formas en que nos desplazamos de un lugar a otro. Me explico, empezando por lo más fácil:

El coche volador: un clásico de la ciencia ficción. Que, en esencia, sólo necesita de unas tecnologías ya disponibles. Sólo requiere afinar (=reducir mucho) el coste y resolver, quizá ahí reside la mayor dificultad, la problemática regulatoria que implicaría ordenar el funcionamiento simultáneo de miles de coches voladores en un entorno urbano. 

PAL-V Pioneer
La empresa holandesa PAL-V (Personal Air Land Vehicle - www.pal-v.com) ya te ofrece la posibilidad de reservar varios modelos: el más sofisticado, el Pioneer, de los que sólo se fabricarán 90 unidades en una primera instancia, sale un poco caro, unos $500.000. Pero hay otro modelo, el Sport, por "sólo" $300.000. 

Se trata de modelos muy básicos en cuanto a prestaciones: 2 personas, máximo 20 kg de equipaje, velocidad máxima en vuelo 180 km/h, máxima altura operativa 3.500 metros, autonomía 400-500 km. O sea, que de Madrid a Bilbao, justito, pero en poco más de 2 horas, lo mismo que el deseado AVE (cuando finalmente llegue). Eso sí, te deja en tu destino final, no en la estación de Abando.

Falta la certificación de la European Aviation Safety Agency que le permita operar,  pero que esperan conseguir en 2022 (optimista me parece). Y su lema es "A car that flies, a plane that drives".

viernes, 22 de enero de 2021

De serpientes y pitonisas

Pensaba yo que con el post "¿Por qué el "Homo Sapiens" imagina dragones?" iba a dejar atrás la historia de estos "animales fabulosos", con su trabajada explicación científica, evolutiva y darwinista, cuando resulta que me los vuelvo a encontrar en cada esquina...

Sin ir más lejos, en la sala 079 del Museo del Prado (lo puedes ver a través de la magnífica página web del museo). En ella se encuentra este cuadro realizado por Pedro Pablo Rubens hacia 1636, por encargo de Felipe IV para la Torre de la Parada (un enorme pabellón de caza situado en el monte de El Pardo, hoy desaparecido). Se trata, en realidad, de un "boceto", aunque de magnífica factura. Se titula "Apolo y la serpiente Pitón". Míralo con tranquilidad:

Tenemos a un Apolo, más "rubensiano" que "apolíneo", que acaba de abatir con varias flechas a un animal que sí, tiene cola de serpiente, pero la cabeza, las patas delanteras y las garras son de dragón, fijo. Como personajes secundarios aparece una apenas esbozada Dafne, detrás del bicho, y un Eros volador que amenaza al dios con sus flechas del amor (la historia del amor no correspondido entre Apolo y Dafne, que acaba convertida en un laurel, darían para una buena serie en Netflix). 

viernes, 15 de enero de 2021

El enigma del paso Diátlov: Todavía en la casilla 0

Como ya he dicho otras veces, toda la información que sigue está disponible en la red. Mi mérito, si es que lo tengo, es el de recopilar, extraer, condensar y presentar de forma amena la historia. Vamos con...

Los hechos: 

El 20 de febrero de 1959, en la región rusa de Sverdlovsk, cuya capital es Ekaterimburgo, en la zona asiática de los Urales, los familiares de un grupo de 9 montañeros, que habían salido de excursión a finales del mes de enero, se inquietaron por no haber recibido noticias suyas (estaba previsto que mandaran un telegrama hacia el día 14, cuando llegaran de vuelta a su punto de partida, la ciudad de Vizhai). Tras dar aviso a las autoridades locales, se montó un grupo de búsqueda que salió en dirección a la montaña  Холат Сяхл  ("Montaña de la Muerte"), que era el lugar de mayor dificultad del itinerario previsto por la expedición.

Así encontraron la tienda

El 26 de febrero, el grupo de búsqueda llegó a la zona y descubrió la tienda de los excursionistas destrozada y cubierta de nieve, pero sin nadie en su interior. La tienda estaba muy dañada, con grandes cortes que, sin duda, se habían hecho desde dentro. Sí había huellas en la nieve que se dirigían hacia una zona boscosa cercana. En pocas horas se descubrieron cinco cadáveres: 

En el borde del bosque, bajo un gran pino, los buscadores encontraron los restos de una hoguera junto con los dos primeros cadáveres, descalzos, vestidos sólo con su ropa interior y tumbados boca arriba. El examen ocular previo mostró que las ramas bajas del árbol donde fueron localizados estaban rotas. En el dorso de sus antebrazos y cara se observaron abrasiones presumiblemente provocadas en el intento de estos de trepar al árbol. Este extremo fue confirmado al hallarse sangre y trozos de piel en el tronco del árbol. 

viernes, 8 de enero de 2021

Un vitelabel para Jon Vaine

En uno de mis primeros proyectos en Bilbao, tuvimos como asesor experto a un compañero de la oficina de Londres, inglés de pura cepa, Steve F.. Siempre recuerdo esta anécdota con él: la primera noche que nos permitimos tomar una copa después de cenar, él se dirigió muy amablemente al camarero y pidió algo que sonó como un "duars". El camarero, en busca de ayuda, me miró a mí y yo supongo que tendría la misma cara de extrañeza. Steve se dio cuenta y señaló una botella de whisky en la barra y volvió a repetir "duars". El camarero reconoció a qué botella se estaba refiriendo y exclamó muy ufano: "Ah, ¡un vitelabel!" O sea, un "guait-leibol" para los que presumían de saber inglés. Viene esto a cuenta de la publicidad que he visto recientemente de la conocida marca (Dewar´s White Label), y que, como toca el tema de la curiosidad, pues me ha llamado la atención:


Y, por esa asociación de ideas que de vez en cuando se produce, del vitelabel he pasado al Jon Vaine, que es como era "universalmente" conocido, en la España donde saber inglés era bastante raro, el famoso John Wayne. Compañero de cartel con James Estúar, Tirone Pogüer y Clargable, así todo junto.