viernes, 22 de diciembre de 2023

Hit Parade 2023

Llegamos al final del año 2023 y, para seguir con la tradición, toca hacer balance. Pero antes, dejadme que incluya la lista de las 10 canciones que ocupaban la Top Rock´n´Roll Hits de 1956 en la famosa publicación Billboard. Es un año que me resulta entrañable... (y qué buenas canciones...)

Vamos, pues, con la "lista de éxitos" (eso es lo que significa "Hit Parade") de 2023. Este año han sido 40 los artículos publicados, incluyendo éste. 

En orden inverso de "popularidad", para darle emoción ;-).

(Pinchando en el título de cada post puedes acceder a él. Buena ocasión para leer los que todavía no lo hayas hecho o para releer aquéllos que más te gustaron).

Empezamos por los 5 últimos, los que menos visitas han tenido. Quizá porque se han publicado hace poco tiempo, porque coincidió con algún puente, porque el tema no era atractivo... vaya usted a saber. Pero a mí me parece que también son hijos de Dios y que merecen la pena ser leídos:

viernes, 15 de diciembre de 2023

La puchera de Riaza

Hay semanas en las que el post me viene dado. Quiero decir que no tengo que pensar mucho en qué tema investigar porque el "hallazgo" se me presenta solo y "solo" tengo que adornarlo un poco. Eso me pasó el lunes 4 de diciembre pasado, cuando asistí en el Ateneo de Madrid a una presentación sobre la historia de la puchera de Riaza. Que sí, que a mí también al principio me sonó a comida, pero ya veréis que es mucho más interesante... y curioso.

Riaza es una villa de unos 2.100 habitantes situada al nordeste de la provincia de Segovia. Para orientarnos, podemos decir que "según se baja del puerto de Somosierra, a unos 12 km a la derecha de los dos Cerezos, el de Abajo y el de Arriba". 

Puchera original
Foto: El Norte de Castilla
Pues bien, resulta que, en 1820, el boticario de Riaza, Don Frutos Sanz Agudo (natural de Fuentepelayo, otro pueblo segoviano), desarrolló y puso a la venta un remedio para las fiebres tercianas y cuartanas (lo que hoy llamamos paludismo o malaria) que resultó muy eficaz, y que, durante más de 60 años, alivió el sufrimiento y propició la curación de muchos enfermos de esta dolencia. 

El nombre técnico del medicamento era "Electuario contra cuartanas" ("Electuario", según el diccionario de la RAE es: "Medicamento de consistencia líquida, pastosa o sólida, compuesto de varios ingredientes, casi siempre vegetales, y de cierta cantidad de miel, jarabe o azúcar, que en sus composiciones más sencillas tiene la consideración de golosina"). 

Pero, gracias al peculiar envase que Don Frutos escogió para su conservación y comercialización, la "pócima" enseguida pasó a conocerse como "La puchera de Riaza".

jueves, 7 de diciembre de 2023

Soconusco

Turrón de Soconusco elaborado por
las pastelerías Martina de Zuricalday
Cuando se aproximan las festividades navideñas, igual que el conocido anuncio de televisión del turrón "El Almendro" nos hace saber que "vuelveeee... a casa, vuelve, por Navidad", en Bilbao aparece en los escaparates de las pastelerías el "turrón de Soconusco". Que, como a veces aparece escrito en una ortografía con profusión de k´s (Sokonusko), alguno piensa que es una palabra en euskera. Pues no. Es una historia curiosa.

La palabra "soconusco" procede del idioma nahuatl mexicano: es la castellanización del término Xoconochco, compuesto por xococ (“agrio, amargo”) o xocotl (“fruto”) + nochtli (“nopal, tuna”) + co (“lugar”), lo que viene a significar lugar del nopal amargo o lugar de las tunas agrias  (para nosotros, el nopal es la chumbera, y su fruto, las tunas, el higo chumbo). 

Cuando en el transcurso del siglo XVI se fue produciendo la colonización de América Central, se fueron estableciendo distintas demarcaciones, muchas veces respetando el nombre con las que eran conocidas por los indígenas (por ejemplo, Guatemala proviene de Quauhtemallan, que significa "lugar de bosques o de muchos árboles", o Nicaragua proviene de las voces nic "aquí" y atlnahuac "junto al agua"). 

viernes, 1 de diciembre de 2023

Grupos sanguíneos

Fue en octubre de 1970 cuando supe cuál era mi grupo sanguíneo: 0+. Bueno, lo supe yo y toda mi familia, porque, no recordamos por qué, mi padre decidió que era el momento de hacerse todos la prueba. Quizá fuera por amistad con el médico, el Dr. Martín Borregón, que tal vez había incorporado a su laboratorio de Segovia este novedoso procedimiento. Porque no era una prueba estándar en la práctica médica (dudo mucho que, por aquel entonces, se determinara como parte del protocolo con los recién nacidos). Sólo se realizaba en caso de necesitar una transfusión de sangre, para evitar problemas de compatibilidad entre donante y receptor.

Desde entonces guardo la tarjeta con el resultado. Recuerdo que causó cierta sorpresa descubrir que mi madre era 0- mientras que mi padre y los tres hermanos éramos 0+. Hubo alguna conversación sobre cómo esa circunstancia podría haber sido la causa de algún embarazo malogrado que había tenido mi madre. 

(Viendo ahora la tarjeta, caigo en la cuenta del pequeño logotipo que aparece en la parte superior izquierda: GRIFOLS. Un grupo de origen catalán, fundado en 1940 por el médico hematólogo Josep Antoni Grífols i Roig, y que ahora es una multinacional que factura más de 6.000 millones de €, y que sigue, entre otras líneas, en el negocio relacionado con la sangre. Y que, aunque cotiza en el IBEX35, sigue siendo dirigida por la familia Grífols).

Y todo esto viene a cuento porque la historia de cómo y cuándo se descubrió que había diversos grupos sanguíneos en el ser humano, y que esa podía ser la causa de diferentes incidencias relacionadas con la transfusión de sangre, es muy curiosa. Y también, veremos después cómo, estudios muy recientes atribuyen un papel importante al grupo sanguíneo en la respuesta de un paciente ante determinadas enfermedades, incluida la COVID-19. Vamos a ello.