viernes, 25 de septiembre de 2020

Librería A. Gomis

En Madrid, la modesta calle de La Luna discurre paralela a la Gran Vía, entre la calle de San Bernardo y la calle del Desengaño. Si te paras en el número 5 actual (antes de la remodelación de la plaza que ahora lleva el nombre de Santa Mª Soledad Torres Acosta, era el número 17) verás algo parecido a ésto:

El rótulo de "LIBRERÍA" todavía se distingue bien, y si te acercas un poco, podrás ver el nombre del titular:


A. Gomis, Ángel Gomis Castillo. Mi tío Ángel, casado con Mª del Socorro (Maruja) la hermana de mi madre. Te voy a contar la historia.

viernes, 18 de septiembre de 2020

La Minerva

Todos tenemos "curiosidades pendientes". Esas cosas que, en un momento dado, nos han llamado la atención, nos han hecho pensar "qué curioso" o "qué raro, ¿de dónde vendrá esto?"... pero hemos dejado la pregunta o la "investigación" para más adelante. Y ese más adelante quizá se ha demorado años, o décadas... Es lo que me ha pasado a mí con "La Minerva". Que quizá a algunos de los lectores enseguida les suene, les traiga también recuerdos, pero que otros pensarán: "¿de qué está hablando?" Pues vamos al tema.

Mis padres eran cofrades de "La Minerva". Yo, por aquel entonces, años 60-70, no sabía las implicaciones de esa pertenencia. Sólo sabía que, de vez en cuando, iban a misa a la iglesia de San Miguel, en Segovia, (que no era nuestra parroquia) porque allí estaba la sede de "La Minerva". Y una vez al año, la semana antes del Corpus, había un "octavario" de la cofradía.

Octavario de 2018
A mí lo que me llamaba la atención era el nombre. No era el nombre de ninguna santa que yo conociera. Tampoco había chicas o mujeres (por aquel entonces y en Segovia) con ese nombre. Por alguna película "de romanos" o alguna lectura infantil, creo que sabía que Minerva era el nombre de una diosa romana. Por eso me llamaba la atención que una cofradía católica llevara el nombre de una diosa pagana... pero nunca lo pregunté (o si lo hice no tuve respuesta o quizá fuera una respuesta piadosa para salir del paso). Y ahí quedó la cosa.

Y hete aquí que, hace poco, no me preguntéis cómo ni por qué, me vino de nuevo la pregunta a la cabeza. Pero ahora tenemos al omnisciente Google a mano... y no hay más que teclear. Lo primero que descubres, aunque ya era de prever, es que lo de "La Minerva" no era una exclusiva segoviana, ni siquiera española. Y que la cosa venía de lejos, del siglo XVI. Del Concilio de Trento para ser más precisos. 

Este Concilio, uno de los más importantes celebrados por la Iglesia, fue convocado en 1545 por el Papa Pablo III para dar respuesta a la reforma protestante, que avanzaba inexorable por el centro de Europa. Duró, con diversas pausas, 18 años. Fijó la doctrina de la Iglesia sobre bastantes asuntos de importancia:

- Las fuentes de la fe son las sagradas escrituras y la tradición de la Iglesia.
  Las Sagradas Escrituras deben ser interpretadas por la Iglesia y no tener interpretación libre como      decía Lutero (para los protestantes la única fuente de la revelación es la Sagrada Escritura).
- Para la salvación son necesarias la fe y las buenas obras.
- El pan y el vino son el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
- Se podía hacer culto a los santos.
- El pecado original se borra con el bautismo.
- Los obispos debían vivir en diócesis y visitar las parroquias con frecuencia.
- Los religiosos tenían vida común y las monjas se interesan por la clausura.
- Los aspirantes al sacerdocio se formarían en seminarios que se construyeron con este fin.
- Se consideraban importantes los sacramentos.
- Los sacerdotes no podían acumular bienes.
- Se reafirmó el credo Niceno-constantinopolitano.
- Vuelve a aparecer la existencia del purgatorio y la veneración de los santos y reliquias.
- Hubo una reforma de las órdenes monásticas, de pluralidades, exenciones y asuntos legales del         clero.
(Fuente: Blog de Lucía Brú)

viernes, 11 de septiembre de 2020

"Un manjar negro que dicen que se llama cabial"

Fue un sábado de junio, a la hora de la merienda. En eso que pones la tele para distraerte un poco y, para evitar las infumables películas de producción alemana con que suelen rellenar esa tarde las cadenas, "caes" en La 2. Y allí, no era la primera vez que lo veía, un simpático y dicharachero chef argentino se dedica a recorrer los pueblos de España descubriendo rincones gastronómicos y preparaciones curiosas. "Las rutas d´Ambrosio" se llama el programa. Y él, Gonzalo d´Ambrosio.

Fuente: Petrossian
El caso es que ese día había recalado en Riofrío, provincia de Granada, donde, desde los años 90, se encuentra la mayor (no sé si la única) piscifactoría de esturiones de España, dedicada a producir el exquisito caviar. El programa captó mi atención con un par de curiosidades y me llevó a saber un poco más de esturiones y caviares, y éste es el resultado.

Lo primero es que la palabra "esturión" y sus equivalentes europeas: esturgeon (F), sturgeon (GB), stör (D), steur (NE), así como el latín moderno, "sturio, sturionis"  provienen del germánico. En latín clásico, el pez recibía el nombre de "aciperens", que hacía referencia al carácter afilado de su boca y de su dorso, y así es la denominación científica del esturión.

En muchos sitios he leído que el esturión es una especie antiquísima, "del tiempo de los dinosaurios": 250 millones de años; no sé con qué fundamento se dice. Sí que tiene un ciclo de vida muy largo, entre 80 y 120 años. Y su desarrollo, en todos los aspectos, es lento. Por ejemplo, parece que hasta los 9 años ni siquiera los expertos saben distinguir el sexo de los individuos (aunque me imagino que será posible mediante análisis de ADN). De hecho, en las piscifactorías, cuando llega ese momento, se emplean ecografías para determinar el sexo de cada esturión, y a las hembras se les marca con un microchip que las identifica y controla su evolución.

viernes, 4 de septiembre de 2020

El empeño de los Mormones

Mi padre se llamaba Manuel Díaz-Miguel y nació en Madridejos, provincia de Toledo. Si te fijas en el documento que copio abajo y, con paciencia, descifras la peculiar escritura, verás que se trata de la inscripción de bautismo de un Manuel, hijo de Manuel Díaz Miguel y de Antonia de Loaisa.


Es de la Parroquia Mayor de Santa María de Daimiel (Ciudad Real), del 17 de junio de 1683 (el niño nació el día 4 del mismo mes). Fueron sus padrinos ("compadres") Juan Díaz Miguel (tío del niño) y Francisca Ruiz Rodero, su mujer.

Curioso que se constata que el apellido Díaz Miguel, así sin guión, ya se consideraba un apellido "compuesto" en el siglo XVII, puesto que se "heredaba" de padres a hijos.

¿Es este Manuel antepasado mío? Es posible, pero todavía no lo he podido confirmar. Daimiel está a 54 km de Madridejos, por lo que es probable que haya alguna relación. ¿He estado yo alguna vez en la iglesia de Santa María de Daimiel? Pues no. Entonces, ¿cómo he tenido yo acceso a este documento del archivo parroquial? Pues gracias a los mormones. Y de eso va este post.