viernes, 27 de noviembre de 2020

"30 días trae noviembre..."

Kalendario, con "K", de 1780 

 ... con abril, junio y septiembre; de 28 sólo hay uno, y los demás, de 31". Que levante la mano el que haya usado alguna vez este "recordatorio" para saber si el mes de junio tenía 30 días o 31. Me imagino que todos o casi todos (había otra "técnica" que consistía en ir mirando y contando los nudillos de la mano, alternando montículos y valles, pero creo que era menos generalizada). Seguro que alguna vez te has preguntado por qué hay meses de 30 días, meses de 31 y uno de 28 (que tiene 29 cada 4 años). El por qué es largo de explicar... pero de dónde nos viene, como muchas otras cosas, sí que está claro: de Roma.

Porque ya era así en el Imperio Romano desde el año 45 a.C. en que Julio César instauró un nuevo calendario (muy bien asesorado por el astrónomo Sosígenes de Alejandría) y que ha pasado a la historia como, lógicamente, calendario juliano.

(Paréntesis antes de seguir: si alguna vez te has preguntado por qué septiembre "suena" a siete, octubre a ocho... la respuesta es porque el año romano de tiempos remotos, antes del juliano, empezaba en marzo ("Martius", en honor del dios Marte) y después de abril ("Aprilis", de aperire: abrir/inicio ) mayo ("Maius" de Maya, diosa de la floración) y junio ("Iunius", del dios Juno) venía el mes quinto ("Quintilis"), el sexto ("Sixtilis"), el séptimo... eso es, "September" , el octavo... "October", el noveno, "November" y el décimo, December". Y ahí "acababa" el año. Pasaban dos "meses" sin nombre hasta el siguiente equinoccio de primavera, que era cuando empezaba el nuevo año. Con el tiempo se nombraron estos meses como "Ianuarius" en honor al dios Jano y "Februarius", el festival de la purificación. Y en el siglo II a.C. se movió el comienzo del año al principio de Enero, manteniéndose la incongruencia de llamar, por ejemplo, "septiembre" al que pasó a ser el noveno mes del año. No fue el último cambio: a la muerte de Julio César se decidió renombrar el mes de "Quintilis", que era cuando había nacido, como "Iulius" en su honor y otro tanto hizo Augusto, su hijo adoptivo y sucesor, con "Sextilis" al que renombró como "Augustus". Ya tenemos los 12 meses y con nombres muy reconocibles para un hispano).

viernes, 20 de noviembre de 2020

El ratón

Supongo que alguna vez te habrá pasado como a mí. Que viendo cómo los movimientos de tu mano sobre ese artilugio que llamamos "ratón" se traducen de forma casi instantánea en el desplazamiento de un puntero o cursor a lo largo y ancho de la pantalla del ordenador, habrás pensado... ¡Qué curioso! Pero hasta ahí. Sin entrar en investigar cómo y de qué manera se produce esa "traducción".

Hasta que llega el día en que decides enterarte de cómo funciona un ratón. Yo lo he hecho hace unas semanas y, para ahorrarte el trabajo, aquí te lo cuento. Espero que de forma clara y amena.

Lo primero, un poco de contexto histórico. Los que ya hacíamos nuestros pinitos con la informática en los años 70 del siglo pasado sabemos que esto del ratón no ha existido siempre. Lo suyo era el teclado, el cursor parpadeante y la secuencia de instrucciones del sistema operativo MS-DOS: A: PRINT ARCHIVO.DOC.

viernes, 13 de noviembre de 2020

Materia oscura: parece que se va aclarando...

Lo escribí en mayo de 2013, después de asistir a una interesante charla del Premio Nobel de Física 2011 Brian Schmidt en la Fundación Areces (puedes volver a leer el artículo completo aquí: "La oscura realidad"): "¿No pasará esto en el futuro con el mundo de las partículas y de las energías oscuras?" Me refería a que quizá pronto se descubriría una explicación "razonable" y entendible por el común de los mortales para el origen y composición de lo que se conoce como materia y energía oscura, que representan, poca broma con esto, hasta el 95% del Universo (26,8% y 68,3% respectivamente, para ser exacto).

Pues bien, 7 años después, y gracias a otra charla en la Fundación Areces (esta vez en remoto, dadas las circunstancias sanitarias) a cargo del Profesor Juan García-Bellido, del Instituto de Física Teórica de la Universidad Autónoma de Madrid, me entero de que es muy posible que se haya llegado a esa explicación razonable y entendible (ejem, según y cómo), al menos en lo que se refiere a la materia oscura. De la energía oscura todavía queda mucho por saber.

El caso es que me he animado a leer un poco más sobre el tema, entenderlo mejor, y tratar de escribirlo aquí, en "román paladino". Pido disculpas de antemano a los expertos en este campo por si incurro en alguna incorrección, por no hablar de errores de bulto, que también pueden aparecer. Pero la intención es buena, y es lo que cuenta.

viernes, 6 de noviembre de 2020

Κοσμάς και Δαμιανός

Los Santos médicos Cosme y Damián
He puesto el título así, en letras griegas, porque así escribirían sus nombres los protagonistas de este post. Porque vivieron en la parte oriental del Imperio romano, donde el griego era el lenguaje habitual, junto con el latín universal. Pero ya desde el principio quiero advertir de que toda la información sobre estos dos personajes está sin confirmar. Y, aunque no hayas estudiado griego en el bachiller (o la EGB), es fácil reconocer que vamos a hablar de Cosme (Kosmas) y Damián (Damianos)

Estamos en los finales del siglo III d.C. El emperador Diocleciano (244-311) hacía pocos años (en el 293) que acababa de instaurar la "tetrarquía" (2 augustos + 2 césares) y compartía con Maximiano las tareas de gobierno del Imperio. En el año 299 fijó su residencia en Antioquía, capital de la provincia romana de Siria. Y en el año 303 promulgó su famoso "Edicto contra los cristianos", que dio vía libre a su persecución.

Y ahí entran en escena los hermanos gemelos Cosme y Damián. Sus hagiografías (hay varias) son confusas. Unas los hacen nacidos en Arabia y educados en Cirro (Siria). Otras los hacen ya sirios de nacimiento, pero de ascendencia árabe. El caso es que el edicto les pilla ya como cristianos adultos, ejerciendo la medicina de forma gratuita (serían ricos de familia) y con merecida fama de hombres buenos en la ciudad. Lo que despierta la ira de un tal gobernador Lysias (del que no hay constancia histórica), que ordena su detención, su tortura en busca de su renuncia a su fe y, tras una larga serie de suplicios, su decapitación hacia el año 300 d.C. (otras fuentes la datan en el 287 d.C.; todas las fechas son necesariamente imprecisas).