viernes, 9 de febrero de 2018

Hacia un mundo ODF

¡Ajá! Te ha picado la curiosidad por saber qué es eso de un mundo ODF. Es lo que tiene el idioma inglés; que las siglas lo resuelven todo. Y en este caso, es que la traducción no es sencilla, o al menos cómoda... ODF son las siglas de "Open Defecation Free" que significa eso, precisamente... un mundo "Libre de Defecación al Aire Libre" (¿lo podíamos castellanizar como "un mundo LIDAL"?). 

Parece broma, pero es un tema muy serio. Tanto que está  contemplado dentro de uno de los famosos "Objetivos de Desarrollo Sostenible" establecidos por la ONU en el año 2015. Copio de la declaración oficial, dentro del objetivo 6, que tiene que ver con el agua y el saneamiento:

6.2 By 2030, achieve access to adequate and equitable sanitation and hygiene for all and end open defecation, paying special attention to the needs of women and girls and those in vulnerable situations.


Y, como hay estadísticas para todo, ahí vamos. Se estima que todavía hay 950 millones de personas en el mundo (un nada despreciable 14%) para las que defecar al aire libre es su forma habitual de "hacer de vientre" (me permitiréis que a lo largo del post vaya usando distintos sinónimos del mismo acto). Y, de ellas, unos 569 millones viven en La India, lo cual supone un 43% de la población. Que es muy alto, sin duda, pero hay países, sobre todo en África, donde el ratio es mucho mayor: Eritrea, Sudán del Sur, Níger, Chad,...

Tasa de defecación al aire libre en zonas rurales - 2012 (Fuente: Rice Institute)

También hay "success stories" en este objetivo. El caso paradigmático es Vietnam. Allí, en apenas 25 años, desde 1990 a 2015, se ha reducido la tasa de OD desde el 39% a un casi inapreciable 0,7%. ¿Cómo? Pues gracias al decidido impulso del gobierno vietnamita, que ha construido millones de letrinas, exteriores e interiores, y ha convencido a la población de las ventajas de usarlas (supongo que también habrá habido algunos "desincentivos" para los reacios). 

Campaña de concienciación en La India
Vamos con La India. Allí no es por falta de convencimiento del gobierno: en 2014, antes de que la ONU formulara sus objetivos para 2030, el actual primer ministro, Narendra Modi, hizo campaña con el slogan "toilets before temples", y llegó a fijar la fecha del 2 de Octubre de 2019, cuando se conmemorará el 150 aniversario del nacimiento de Gandhi, como la del final del OD en La India. Un poco optimista.

Uno de los impulsores de este proceso es el r.i.c.e. (Research Institute for Compassionate Economics , que me da que buscaron el nombre para que las siglas fueran "arroz"; su página web es www.riceinstitute.org ). Es una organización "non-profit" fundada en 2011 por tres compañeros de facultad y cuya misión es "understanding the lives of poor people, especially young children, in India, and to promoting their well-being". 

Es muy curioso que el r.i.c.e. llegó a la OD porque a sus analistas les llamaba la atención un dato: los niños indios de 5 años, en promedio, eran 10 cms más bajos de lo que les correspondería según un desarrollo "normal". Y se preguntaron: ¿Por qué son más bajos? y ¿Qué se puede hacer?. 

Y, además de otras causas, apareció la OD. De entrada, 117.000 niños de menos de 5 años mueren al año de diarrea. El ciclo letal es el siguiente: cuando miles de personas en un área rural defecan en los campos próximos a sus casas, se abre un "banquete" para moscas e insectos que transportan, en sus patas, bacterias y virus que contaminan las aguas, los alimentos y, finalmente, a las personas. Millones de individuos sufren infecciones crónicas en sus intestinos que no les permiten absorber bien los alimentos ni las medicinas. Mujeres desnutridas dan a luz niños desnutridos, que son más vulnerables a las infecciones, reaccionan peor a las vacunas y, al final, están condenados, si no mueren, al subdesarrollo. 

La imagen de Gandhi se usa en la campaña
El Gobierno indio destinó en 2014 un presupuesto de $40.000 millones para un programa que llamó Swachh Bharat Abhiyan (Clean India Mission) y que tenía como objetivo construir, en cinco años, más de 100 millones de letrinas en las áreas rurales (instalaciones autónomas, sin conectar a ninguna red de saneamiento; los residuos simplemente se almacenan en una fosa séptica). También identificaron como necesarias acciones de concienciación y de "cambio de hábitos" (y ya sabemos que construir es fácil, pero cambiar hábitos milenarios...). Porque no era la primera vez que se abordaba un plan ambicioso de construcción de letrinas... el problema es que fallaba el mantenimiento, la limpieza, la seguridad,... y acababan en desuso o como almacén de herramientas, grano o bicicletas. 

Por lo que he leído, parece que el principal problema al que se está enfrentando el programa es que no está resuelto quién y cómo se ocupa de vaciar las fosas sépticas una vez que se llenan. Y, aunque está calculado que una fosa prevista para dar servicio a una familia de 6 miembros tiene capacidad para 5 años, no acaban de creérselo. El caso es que manipular mierda está considerado una actividad denigrante, propia de castas inferiores. Y para eso estaban los "intocables", ahora llamados "dalit", que se ocupaban de hacer todos los trabajos "sucios" que nadie más quería hacer. 

Construyendo una fosa séptica
Pero los tiempos cambian, a veces muy despacio es cierto, y los dalit, como hay más demanda, han subido los precios de limpiar letrinas. Consecuencia: algunas familias rurales, las de más recursos, han construido fosas sépticas 20 veces mayores que las estándar, con la idea de no tener que vaciarlas nunca (o al menos en 100 años). El resto, que son la mayoría, se debaten entre reconocer las ventajas del nuevo método y pagar más por el servicio de mantenimiento o, lo que es muy humano, seguir con los hábitos de siempre. 

En un delicioso contraste entre tradición y modernidad, en el mes de Noviembre el Hindustan Times informaba de cómo la policía de Karimnagar, en el estado de Telangana cuya capital es Hyderabad, estaba utilizando drones para grabar a los "delincuentes" que seguían "haciendo de cuerpo" al aire libre en las proximidades de un embalse que proporciona agua potable a la ciudad. Luego les identificaban, les enseñaban las grabaciones y les afeaban su conducta (la mayoría tenían letrinas en sus casas, pero "siempre lo habían hecho así"). Parece que prometían no volver a hacerlo.

Habrá que esperar a Octubre de 2019 para ver si cumplen su objetivo.

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La idea y mucha información para este post proviene del artículo publicado en Agosto de 2017 en el National Geographic, titulado "A Place to Go" de Elizabeth Royte .

Posdata: Me imagino a muchos lectores de mi quinta recordando, al hilo de este post, cómo, en tiempos no tan lejanos, para los que teníamos familia o conocidos en zonas rurales, lo habitual era usar un banco con agujero sobre el pajar para estos menesteres. Gran festín para las gallinas y demás animales de corral...

2 comentarios:

  1. Interesante Ángel, como siempre.
    Hace años leí un libro sobre un tipo que navegaba en kayak por las islas del Pacífico para olvidar a su ex mujer y citaba reiteradamente el problema que tu describes como el mayor de la mayoría de ellas, pues sus playas paradisíacas eran inutilizables por la gran cantidad de residuos humanos, que las mareas no lograban eliminar, impidiendo su desarrollo turístico.
    En el mapa que adjuntas no es posible ver a la mayoría de estas islas, pero quizás en el curso de tu investigación hayas leído algo sobre si continúa siendo un problema.

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    1. Pues no sé si continúa siendo un problema, Jordi. Pero, si consigues un patrocinador, nos hacemos un viaje desde Hawai a Tahití para comprobar el estado de la cuestión :-)))

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