viernes, 7 de junio de 2019

El siglo XX fue el del "oro negro"; el XXI puede ser el del "oro blanco"

Hace ya casi 7 años que en el blog "Reportaje desde 2056" comentaba el tremendo potencial del litio. El artículo se titulaba: "Litio: de hermano pobre a "oro blanco"" (Junio de 2012). Además de un repaso histórico sobre el uso de este mineral, apuntaba su uso en las baterías de automóviles eléctricos y teléfonos móviles como el vector principal del crecimiento de su producción y consumo. Es curioso ver cómo estamos 7 años después. 

El consumo anual ha crecido hasta las 40.000 toneladas en 2017. De ellas, un 46% (18.400) se destinaron a baterías. El resto se sigue usando en vidrios, cerámicas, polímeros, etc... La producción sigue estando muy centrada en 4 países:
- Australia - 40.000 Tm
- Chile - 14.200 Tm
- China - 6.800 Tm
- Argentina - 5.700 Tm
(La producción total es mayor que el consumo; entiendo que se están generando stocks a futuro).
En Bolivia, la"eterna promesa" del litio, la producción se estima (no hay cifras oficiales fidedignas) en menos de 400 Tm (*).


Si hablamos de "reservas" de mineral, los cálculos son  de 53 millones de Tm. a nivel mundial, con el siguiente desglose por país (en millones de Tm.):

- Argentina - 9,8
- Bolivia - 9,0
- Chile - 8,4
- China - 7,0
- USA - 6,8
- Australia - 5,0
- Resto - 7,0
Para hacernos una idea, si Australia, que es el mayor productor, siguiera al mismo ritmo que en 2017, agotaría sus reservas en 125 años.

En el post de 2012 se hacía referencia a una predicción de 16 millones de vehículos eléctricos fabricados en 2021. Estamos muy lejos. En 2018 la producción no ha llegado a 2 millones. Sin embargo, no se trata de que haya aparecido una nueva tecnología, sino de un retraso en su introducción. En 2018 Bloomberg publicó el estudio "Electric Vehicle Outlook 2018", donde se dan las siguientes estimaciones:
- En 2025 la fabricación de vehículos eléctricos alcanzará los 11 millones de unidades (el 50% de ellos en China)
- En 2030, sólo 5 años más tarde, serán 30 millones los vehículos fabricados (y China representará un 39% (¡casi 12 millones!)

Para equipar de baterías de ión-litio a esta enorme cifra de coches, se necesitará una capacidad de producción de 1.500 GWh en 2030 (multiplicar por más de 10 la capacidad actual, que es de 131 GWh). Nuevamente, el 73% de estas fábricas de baterías estará en China. En paralelo, por la combinación de economías de escala y nuevas técnicas más eficientes de fabricación, el coste de las baterías irá en descenso: En 2010 costaba $1,000 el KWh de batería; en 2017 bajaba a $209 y se estima un coste de $70 el KWh en 2030. Puedes ver el resumen del informe de Bloomberg aquí.

Como dijo Niels Bohr, "hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro". O sea que quién sabe si se darán esas cifras, pero la tendencia ahí está. Y uno que pisa con los pies en la tierra (bueno, a veces se le escapa la imaginación hacia Marte) es Elon Musk, el fundador, entre otras cosas, de Tesla. Junto con Panasonic, y tras una inversión de $5,000 millones, pusieron en funcionamiento en Enero de 2017 la mayor fábrica de baterías de ión-litio de USA. Está en el Estado de Nevada, cerca de Reno. Este es el aspecto que tenía en Agosto de 2017 a vista de dron (y con terreno  para ampliar lo que quiera...):


Gigafactory1 de Tesla y Panasonic en Nevada, USA

Y Musk, que aunque sudafricano de nacimiento a veces parece de Bilbao, ha aplicado aquello de "ya metidos en gastos, zapatos de hombre", y en Diciembre de 2018 puso la primera piedra de la Gigafactory3, esta vez en Pudong, cerca de Shanghai, en la que se prevé fabricar, cuando esté terminada en 2020, baterías eléctricas para 250.000 coches al año (Sí, existe la Gigafactory2, está en Buffalo, New York, pero no fabrica baterías sino paneles solares).

Las obras van viento en popa. Y con un ejército de chinos trabajando, en sólo seis meses el aspecto de la estructura de la fábrica es el siguiente:

Gigafactory3 - Shanghai - Situación en Mayo de 2019

La Unión Europea creó en octubre de 2017 la Alianza Europea de las Baterías, con el objetivo de poder competir con Asia en la producción de esta pieza clave del vehículo eléctrico. “Esta alianza es el centro de nuestra política industrial (...) si bien los coches eléctricos son el ejemplo habitual, nosotros ya estamos pensando también en la utilidad de la alianza para los camiones, el transporte marítimo y los transbordadores. Si Europa quiere estar a la cabeza y competir, tiene que darse prisa”, señaló Elzbieta Bienkowska, comisaria europea de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes.

Francisco Pérez Botello, presidente del grupo Volkswagen en España, ha propuesto que, usando el ejemplo de Airbus, se cree un consorcio europeo, liderado por los Gobiernos de los países de la UE, que fabrique baterías para automóviles eléctricos en el Viejo Continente. Luca de Meo, presidente de Seat, ha manifestado que, según cálculos de la empresa, Europa necesitará 40 fábricas de ensamblaje de baterías y España debería aspirar a tener cinco o seis de estas plantas.

Porque, de otro modo, los Almussafes, Figueruelas, Landaben, Martorell, Valladolid, Vigo ó Vitoria, verdaderos impulsores del auge industrial español desde los años 70 del siglo pasado, se pueden quedar convertidos en museos industriales o parques temáticos.

Salar de Uyuni (Bolivia)

(*) Sobre el retraso de la industria boliviana en alcanzar niveles de producción razonables, es interesante el artículo del National Geographic de Febrero 2019, titulado "The rush for white gold" de Robert Draper. En resumen, si te empeñas en un esquema "100% Estatal", y tienes un historial de cierta proclividad a la nacionalización de sectores, pocas empresas internacionales van a  arriesgar sus recursos y su tecnología en un entorno tan incierto.
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Posdata: A punto de "entrar en máquinas" este post, aparece la noticia de que Ford instalará en Almussafes una planta de ensamblado de baterías para sus modelos híbridos. Estará operativa a finales de 2020. Ver la noticia aquí

1 comentario:

  1. A los que tenemos cierta edad el Litio nos recuerda al "agua de litines", una soda que se preparaba en casa con un litro de agua del grifo y un sobrecito de "litines". Lo curioso es que el sobrecito no contenía nada de Litio, era puro marketing, ya que las aguas minerales litinadas (lithinés en francés y que si contenían Litio) se pusieron de moda en Francia para tratar las "manías" y como estabilizadoras del estado de ánimo.
    También resulta curioso que hoy en día el principal competidor de las baterías en el consumo mundial de Litio sea el tratamiento del trastorno bipolar (las "manías" de antes, mejoradas por el marketing de la medicina moderna).
    ¿Será el consumo humano el destino de las baterías cuando acaben su vida útil y sean recicladas?

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