viernes, 21 de junio de 2019

Un cielo nocturno estrellado, pero no de estrellas...

Recuerdo que sucedió un verano de finales de los 60, cuando ya el Programa Apolo estaba en pleno apogeo, pero antes de la llegada del hombre a la Luna (20 de Julio de 1969; el mes que viene hará 50 años). Desde nuestra residencia estival en Ortigosa del Monte (Segovia) salíamos cada noche, una hora después de la puesta de sol, a observar un fenómeno por entonces sorprendente. Con regularidad de reloj suizo, tres objetos luminosos cruzaban el cielo castellano en una bella parábola de oeste a este hasta desaparecer tras las cercanas laderas de la Sierra de Guadarrama

Paso de la ISS y de un satélite (15 seg. de exposición)
No iban muy juntos, ni tampoco muy separados, pero seguían la misma órbita. Eran bastante luminosos, como estrellas de magnitud 3-4, por lo que, tiempo después dedujimos que, o bien eran objetos bastante grandes y por eso reflejaban mucha luz solar, o bien iban en una órbita baja. No hace falta que recuerde que en esos años estaba también en su apogeo la fenomenología O.V.N.I. , por lo que, cada noche, se suscitaba el debate de a ver si no iban a ser satélites artificiales de fabricación humana (como proponían los más sensatos) sino curiosas naves alienígenas de reconocimiento, a un paso de decidir su lugar de aterrizaje en el planeta (tesis de los más osados). El caso es que al verano siguiente ya no aparecieron y ahí acabó la historia.


Viene esto a cuento porque es muy probable que este verano, los que tengan la suerte de poder disfrutar de un cielo nocturno despejado y sin contaminación lumínica, se encuentren, no con tres sino con 60 objetos luminosos atravesando el cielo siguiendo una misma órbita, como si fuera un trenecillo. ¿Y qué son estos 60 objetos luminosos? Pues una serie de satélites del Proyecto Starlink. Y aquí vuelve a aparecer nuestro ya conocido Elon Musk. Hay que contarlo despacio.

El objetivo del Proyecto Starlink, promovido por SpaceX, la compañía aerospacial del emprendedor sudafricano, es situar en diferentes órbitas alrededor de la Tierra 12.000 satélites (sí, doce mil) para proporcionar una red de banda ancha universal (especialmente pensada para que zonas de difícil acceso en el globo terráqueo tengan conexión a Internet). Los satélites tienen un diseño que les permite ir compactados en el cohete lanzador en un bloque de 60 unidades. Cada satélite pesa 227 kg; su base mide 1,1m x 0,7m x 0,7m y el panel solar 2x8 metros.

Una vez en órbita, cada uno despliega un panel solar que genera la electricidad necesaria para que un motor de ion-kriptón le permita alcanzar su órbita y posición definitiva. Se espera que haya unos 4-5 lanzamientos cada año.

Cuando se alcancen los 12 lanzamientos (720 satélites) la "constelación" (así se llama a la nube de satélites) será capaz de proporcionar una cobertura significativa de Internet en toda la superficie terrestre.

En su versión final, la constelación tendrá:
~1,600 satélites  a una altura de 550 km
~2,800 a 1,150 km
~7,500 a 340 km

Tren de satélites Starlink (el destello corresponde a un reflejo solar)
El primer lanzamiento tuvo lugar el pasado 23 de Mayo, desde Cabo Cañaveral (Florida), usando un cohete Falcon 9. Una vez puestos en órbita, los 60 satélites fueron el objetivo de los astrónomos aficionados, ávidos de registrar por primera vez un fenómeno sorprendente. El espectáculo duró sólo unos días, pues enseguida los propulsores de cada satélite fueron llevándoles a su posición definitiva (órbita a 550 km). Se pueden seguir viendo, la mayoría con magnitudes 6-8, pero ya requieren de al menos unos prismáticos.

Hay una cierta preocupación en la comunidad astronómica sobre las interferencias que este "enjambre" de objetos puede causar, tanto en la observación astronómica visual como en la radioastronómica. Un astrónomo planetario, Alex Parker, ha estimado que, cuando toda la constelación esté desplegada, podrán llegar a verse a simple vista 500 de estos satélites en el cielo nocturno de verano en Seattle.

Y porque, además, Starlink no es el único proyecto de constelación en marcha. Recientemente, Amazon anunció que va a construir su propia constelación, con el nombre de Proyecto Kuiper y  que constará de unos 3.200 satélites. Más modestos, OneWeb pretende establecer la suya con 650 y Telesat lo propio con 300. A lo que hay que añadir las diferentes iniciativas que se basan en "nanosatélites" (todos los que pesan menos de 10 kg).

Recreación de un satélite Starlink ya en órbita, con el panel solar desplegado
Un cierto consuelo es que los satélites de Starlink tienen una vida estimada de 5 años, tras lo cual deberían ir bajando de órbita y finalmente ser destruidos por la atmósfera terrestre. También van dotados de tecnología que les permite evitar el choque con materiales orbitales (otro satélites o residuos espaciales).

Musk dice que Starlink es una parte importante de su plan a largo plazo que consiste en ayudar a que la humanidad colonice Marte. Para ello piensa destinar buena parte de los ingresos de Starlink para el desarrollo de Starship y SuperHeavy, la nave espacial y el cohete que la compañía está construyendo para llevar tripulaciones al Planeta Rojo, a la Luna y a otros destinos en el sistema solar. Ya digo que este hombre va a seguir dando que hablar en los telediarios.


Starlink - 1ª Fase



1 comentario:

  1. Una persona muy cercana que programa satélites me comenta que ahora mismo hay 4 ó 5 empresas dedicadas a estas constelaciones de satélites de comunicaciones y que ya se empieza a trabajar en constelaciones de satélites ópticos (eufemismo técnico para no llamarlos "espías"), de modo que lo de "El Gran Hermano os vigila" va en serio.
    Cuando integren ambos tipos de constelaciones, si nos saltamos alguna norma nos detectarán, aunque estemos solos y nos llegará la sanción directamente a nuestra cuenta bancaria.
    Claro que por otra parte igual las guerras serán más selectivas menos sangrientas.

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