viernes, 15 de enero de 2021

El enigma del paso Diátlov: Todavía en la casilla 0

Como ya he dicho otras veces, toda la información que sigue está disponible en la red. Mi mérito, si es que lo tengo, es el de recopilar, extraer, condensar y presentar de forma amena la historia. Vamos con...

Los hechos: 

El 20 de febrero de 1959, en la región rusa de Sverdlovsk, cuya capital es Ekaterimburgo, en la zona asiática de los Urales, los familiares de un grupo de 9 montañeros, que habían salido de excursión a finales del mes de enero, se inquietaron por no haber recibido noticias suyas (estaba previsto que mandaran un telegrama hacia el día 14, cuando llegaran de vuelta a su punto de partida, la ciudad de Vizhai). Tras dar aviso a las autoridades locales, se montó un grupo de búsqueda que salió en dirección a la montaña  Холат Сяхл  ("Montaña de la Muerte"), que era el lugar de mayor dificultad del itinerario previsto por la expedición.

Así encontraron la tienda

El 26 de febrero, el grupo de búsqueda llegó a la zona y descubrió la tienda de los excursionistas destrozada y cubierta de nieve, pero sin nadie en su interior. La tienda estaba muy dañada, con grandes cortes que, sin duda, se habían hecho desde dentro. Sí había huellas en la nieve que se dirigían hacia una zona boscosa cercana. En pocas horas se descubrieron cinco cadáveres: 

En el borde del bosque, bajo un gran pino, los buscadores encontraron los restos de una hoguera junto con los dos primeros cadáveres, descalzos, vestidos sólo con su ropa interior y tumbados boca arriba. El examen ocular previo mostró que las ramas bajas del árbol donde fueron localizados estaban rotas. En el dorso de sus antebrazos y cara se observaron abrasiones presumiblemente provocadas en el intento de estos de trepar al árbol. Este extremo fue confirmado al hallarse sangre y trozos de piel en el tronco del árbol. 


Entre los pinos y el campamento los equipos encontraron tres cadáveres más. El más cercano al bosque, también tendido de espaldas, y con ambos brazos sobre el pecho, según se observaba en las fotografías de la autopsia. A 480 metros del pino fue localizado otro cuerpo, caído boca abajo; tenía abrasiones en la cara y entumecimiento en la región frontal. El cuerpo más cercano a la tienda estaba tumbado de lado y mostraba abrasiones en la cara y manos y evidencias de congelación. Según su posición, los tres estaban tratando de regresar al campamento cuando la muerte los sorprendió. A diferencia de los dos primeros, los fallecidos de este grupo estaban mejor vestidos, pero igualmente descalzos.

Faltaban cuatro cuerpos por localizar, pero, mientras, se realizó la autopsia de estos primero cinco cadáveres. La conclusión de los forenses fue que la muerte había sido por hipotermia, y que todas las heridas y abrasiones observadas eran circunstanciales.

Pasaron dos meses hasta que fueron encontrados los cuatro restantes, el 4 de mayo, bajo cuatro metros de nieve, en el arroyo de un barranco en el interior del bosque y cerca de un refugio improvisado a unos 75 metros del árbol donde fueron localizados los dos primeros excursionistas. Una de las mujeres fue localizada de rodillas, apoyando el pecho en una roca. El agua corría por su cara, las cuencas de los ojos estaban vacías y le faltaba la lengua. Otro cadáver fue encontrado en el barranco, también con las cuencas vacías. Los cuerpos de los dos últimos se encontraron juntos, abrazados. Los cuatro se hallaban mejor vestidos que el resto de sus compañeros, incluso con calzado alguno de ellos. 

Entierro de uno de los excursionistas
Las autopsias de estos cuatro cuerpos hallados más tarde cambiaron drásticamente el desarrollo de la investigación. Los cuatro fallecidos mostraban lesiones mortales. El cuerpo que no tenía lengua presentaba fracturas en las costillas, al igual que otro compañero. Los otros dos mostraban traumatismos en la cabeza, siendo uno de ellos de especial gravedad. Además, se encontraron trazas de radioactividad en algunas de las ropas de este grupo sin llegar a explicarse de manera convincente. Las conclusiones forenses fueron de muerte por politraumatismo provocado por causas no determinadas. 

Combinando los informes de autopsia de los dos grupos, los investigadores concluyeron simplemente que "una fuerza desconocida e insuperable" había causado las muertes. Estamos en la Unión Soviética de finales de los 50 y no había muchas posibilidades de cuestionar el informe oficial...

Pero... ¿qué motivó que un grupo de montañeros experimentados en largas travesías invernales rasgaran las paredes de su tienda y salieran, en plena noche, a 20º bajo cero y a medio vestir, a encontrarse con su muerte?

Yuri Yudin, que formaba parte de la expedición, pero que se dio la vuelta a los dos días de su comienzo por una dolencia en la espalda, declaró tiempo después: "Si yo tuviera la oportunidad de hacerle a Dios una sola pregunta sería: ¿Qué pasó realmente con mis amigos esa noche?" 

Los protagonistas:

Monumento a los 9 montañeros en Ekaterimburgo
El grupo estaba formado por 8 estudiantes (6 hombres y dos mujeres) de la Universidad Técnica Estatal de los Urales, de entre 20 y 24 años, y un guía local, de 38 años. El líder de la expedición era Igor Alekseyevich Dyatlov, de 23 años, (el de la derecha en la primera fila del monumento), cuyo apellido dio nombre, años después, al paso de montaña donde se produjo el incidente.

El objetivo de la expedición era llegar a Gorá Otorten (Отортен), una montaña de 1.182 metros de altitud, a 10 kilómetros al norte del lugar del incidente. Esta ruta, en esa estación del año, se estimó como de "Categoría III", la más difícil. Todos los miembros tenían experiencia en viajes de larga duración en esquí y en expediciones de montaña.

Las hipótesis:

Aquí las hay para todos los gustos. Empezamos por las más exóticas:

- El Yeti: Siempre viene bien tener a un ser poderoso y maligno que causa el estropicio. Pero, en la zona, sólo había huellas de los excursionistas.

- Los extraterrestres: Valen para todo. Y si encuentras alguna otra expedición que, aunque fuera a 500 km de distancia, asegure que una de esas noches vieron "discos anaranjados" en el cielo, pues ya está.

- Aniquilados por la KGB o los militares, al descubrir de forma casual operaciones de "alto secreto". O confundidos con fugados de algún gulag cercano. En la URSS de 1959 todo puede pasar.

- Asesinados por nativos de la tribu mansi, que habitan en esa zona, al ver que "mancillaban" su montaña sagrada. Nuevamente, serían indígenas primitivos pero muy hábiles, para no dejar ni una huella de su presencia en el lugar de los hechos.

- Consumieron alcohol en exceso o setas alucinógenas. También descartadas; sólo llevaban un frasco de alcohol sanitario, que apareció sin usar, y los restos de comida analizados en la autopsia no revelaron nada fuera de la dieta esperada.

La hipótesis más "lógica" y la que, finalmente, las autoridades rusas han dado por oficial en julio de 2020: 

- Avalancha

Sin embargo, según los expertos, las evidencias que contradicen la teoría de las avalanchas incluyen:

a) Cuando llegó el grupo de búsqueda, el lugar del incidente no presentaba signos evidentes de que se hubiera producido una avalancha. Una avalancha habría dejado ciertos patrones y escombros distribuidos en un área amplia. Los primeros cuerpos encontrados, cuando había pasado casi un mes del evento, estaban cubiertos con una capa de nieve muy poco profunda y, si hubiera habido una avalancha de fuerza suficiente para barrer a la segunda parte, estos cuerpos también habrían sido arrastrados; esto habría causado lesiones más graves y diferentes en el proceso y habría dañado la línea de árboles.

b) Desde el incidente se llevaron a cabo más de 100 expediciones a la región, y ninguna de ellas informó sobre condiciones que pudieran crear una avalancha.  Las "condiciones peligrosas" encontradas en otra zona cercana (que tenía pendientes y cornisas significativamente más empinadas) se observaron en abril y mayo, cuando las nevadas del invierno se estaban derritiendo. Durante el mes de febrero, cuando ocurrió el incidente, no existían tales condiciones.

c) Un análisis del terreno y la pendiente muestra que incluso si hubiera habido una avalancha muy específica, su ruta no habría pasado por la tienda. 

d) Diátlov era un esquiador experimentado y el guía Zolotariov, mucho más veterano, estaba estudiando para obtener su Certificado de Maestría en instrucción de esquí y senderismo de montaña. Ninguno de estos dos hombres habría acampado en un lugar que estuviera en la ruta de una posible avalancha.

e) Los patrones de huellas que se alejaban de la tienda eran inconsistentes con alguien, y mucho menos con un grupo de 9 personas, corriendo presas del pánico por un peligro real o imaginario. Todas las huellas que se alejaban de la tienda y se dirigían al bosque coincidían con las de personas que caminaban a un ritmo normal.

Fue Donnie Eichar, documentalista estadounidense, quien, en 2013, en su libro "Dead Mountain: The Untold True Story of the Dyatlov Pass Incident" apuntó a una causa científica como posible explicación de los hechos: los infrasonidos producidos por el fenómeno conocido como "torbellino de von Kármán". Esto hay que explicarlo...

Según los científicos, "la redondez de la cima de la Montaña de la Muerte y la ausencia de vegetación provocaron que el viento bajara hacia la llanura en forma de minitornado y emitiera un zumbido inaudible, pero "terrorífico", con efectos fisiológicos. Eso pudo hacer que los montañeros entraran en pánico, sintieran asfixia o vértigo, se desorientasen y buscasen una salida de la tienda".

(Paréntesis técnico: "El infrasonido es lo opuesto al ultrasonido. Ocurre por debajo del umbral de la audición humana a 20 hercios, mientras que las frecuencias de ultrasonido caen por encima de la audición humana a un umbral de 20.000 hercios. Un pionero en los efectos biológicos del infrasonido fue el científico francés Vladimir Gavreau, nacido en Rusia, quien descubrió su impacto en el cuerpo completamente por accidente, cuando Gavreau y sus asistentes de laboratorio comenzaron a experimentar náuseas, dolor en los tímpanos y temblores en los equipos del laboratorio, todo sin causa aparente. Cuando se descartaron las fuentes químicas y aerosoles, Gavreau concluyó que el motor de un gran sistema de ventiladores y conductos en el edificio donde se encontraba su laboratorio estaba generando ondas sonoras inaudibles de baja frecuencia. 

Provoca pánico debido a los efectos presurizados de las frecuencias infrasónicas que pulsan a través de los tímpanos. Estas ondas de baja frecuencia pueden hacer que el tímpano haga vibrar las células ciliadas del oído interno. Aunque el sonido puede no ser audible, las células ciliadas excitadas en el oído interno envían impulsos al cerebro y esta desconexión entre el silencio aparente y las señales que recibe el cerebro del oído puede ser extremadamente perjudicial para el cuerpo).

El "pánico irrefrenable" lo puede explicar todo... rajar la tienda por dentro en lugar de salir por la puerta... salir con lo puesto, sabiendo el frío extremo que hace en el exterior...intentar subirse a unos árboles en plena noche... parece todo un poco irreal. Y también se contradice con la forma "tranquila" en que las huellas se alejan de la tienda...

Algunos de los hechos "raros" pueden tener una explicación racional: los hematomas y contusiones de los tres cadáveres que fallecieron por esa causa se podían haber producido al caer por un barranco o por un agujero en el hielo; la lengua que desapareció pudo ser devorada por los microorganismos del río al caer boca abajo en el agua; hasta la radiactividad que desprendían algunas ropas, sólo ligeramente positiva, se pudo deber a pruebas que se realizaron por esas fechas en una isla situada a 1.400 km de allí... Pero, con todo, la gran pregunta sigue en el aire:

¿Por qué 9 montañeros experimentados salieron de su refugio rasgando la tienda en plena noche, con lo puesto y bajo un frío mortal? Probablemente nunca lo sabremos.

Cartel de una película de 2013 que toma el caso Diatlov como base
para montar una historia terrorífica

______________________________________________________________________

Posdata: Mi amigo Luis T. me habló de este caso hace casi un año. En noviembre, al aparecer un artículo sobre el tema en el periódico El Mundo, a raíz de la aparición del mencionado libro de Eichar en castellano, volvimos a cambiar impresiones sobre el asunto. Y fue en Navidades cuando decidí leer más y escribir el post. Cuando ya estaba terminado, vi que, el domingo 27 de diciembre, el programa Cuarto Milenio dedicaba uno de sus reportajes a "Diatlov: El misterio eterno". No añadía nada sustantivo a lo que ya sabía, aunque sí que resaltaba algunos de los aspectos más truculentos del caso. Y dejé el artículo tal cual estaba.

______________________________________________________________________

3 comentarios:

  1. GRACIAS, ÁNGEL

    VOY MUCHO A LA MONTAÑA

    DESCONOCÍA EL FENÓMENO "torbellino de von Kármán".

    VOY A ESTUDIARLO MAS


    UN SALUDO


    PEDRO

    ResponderEliminar
  2. Muy curioso lo del efecto de los infrasonidos en el sistema nervioso humano, fuese la causa o no de este incidente. La verdad es que no sabía que se produjese de forma natural.
    Pero si has leído los libros de Alfred Hitchcock y Los Tres Investigadores, en su primer caso (El secreto del castillo del terror), se usaba un órgano para producir infrasonidos (creo recordar todavía que la frecuencia era de 9 Hz., cosas que recuerda uno de mayor) y causar el terror en los que entraban, para alejarlos del lugar. Por oscuras razones, claro.
    Nunca tuve muy claro si era cierto este efecto o era un invención literaria. Pero con lo que cuentas, parece que sí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Aquí, en Salamanca los infrasonidos los provocan Mañueco e Igea cada vez que abren la boca. Bueno, no se si son infrasonidos , la verdad, pero el terror y las ganas de salir corriendo son sintomas inequivocos de algo raro. Tira por ahí, Angel.

    ResponderEliminar