viernes, 11 de junio de 2021

Asalto a la caravana del estaño (y 2)

Punta de flecha en bronce
Volvemos a la planicie del valle del río Tollense y a las preguntas que nos hacíamos hace unas semanas: ¿Por qué el estaño era tan valioso? ¿De dónde procedía? ¿Hacia dónde se dirigía la caravana? ¿Quién lo "robó"?...
(Si quieres leer la 1ª parte, pincha aquí)

Pues primero respondo (siguiendo la hipótesis del blog "Old European culture") y luego aporto algunos datos curiosos adicionales.

1) El estaño en la Edad del Bronce era tan valioso porque, evidentemente, era uno de los dos metales que se necesitaba para formar dicha aleación (normalmente la proporción era de 90% cobre y 10% estaño). El cobre era más abundante y fácil de obtener; el estaño era mucho más escaso, sus yacimientos más escondidos y su obtención más difícil (de todo esto hablaremos más adelante).

2) La "caravana del estaño" asaltada en el puente del río Tollense procedía de la región de Silesia, situada a unos 400 km al sudeste (hoy, parte de Polonia). El estaño se había obtenido en los "Montes Metálicos" ("Ore Mountains" en inglés, "Erzgebirge" en alemán) que hacen frontera entre Bohemia (República Checa) y Sajonia (Alemania), próximos a la citada Silesia. Copio y traduzco de la Wikipedia: 


"El distrito minero más antiguo de Europa parece estar ubicado en Erzgebirge, que data del 2500 a.C. Desde allí, el estaño se comerciaba al norte con el mar Báltico y al sur con el Mediterráneo siguiendo la ruta comercial de la Ruta del Ámbar, de gran importancia en la Edad del Bronce. El conocimiento de la extracción de estaño se extendió a otros distritos europeos de minería de estaño desde Erzgebirge, y la evidencia de la extracción de estaño comienza a aparecer en Bretaña, Devon, Cornualles, y en la Península Ibérica alrededor del 2000 a.C. Estos depósitos experimentaron una mayor explotación cuando cayeron bajo el control romano entre el siglo III a.C. y el siglo I d.C. La demanda de estaño creó una red grande y próspera entre las culturas mediterráneas de la época clásica. En el período medieval, los depósitos de Iberia y Alemania perdieron importancia y fueron en gran parte olvidados, mientras Devon y Cornualles comenzaron a dominar el mercado europeo del estaño".

Localización de los Montes Metálicos, Tollense, minas y rutas del estaño: terrestres (azul) y marítimas (naranja)


3) La caravana se dirigía hacia el Mar Báltico, donde seguramente le esperaría un transporte marítimo para llevar el estaño hasta el Mediterráneo, donde en aquel momento florecían más civilizaciones productoras y consumidoras de bronce que en el resto de Europa.

4) El cargamento de metal, y todo lo que de valioso pudieron rapiñar, lo robó una partida de "salteadores" procedentes del norte de la actual Alemania y la península de Jutlandia. Esta gente estaba armada con armas más primitivas, flechas con puntas de pedernal, lanzas de madera y garrotes de madera. Dinamarca y Suecia tienen enormes depósitos de pedernal, por lo que es muy posible que los atacantes vinieran de allí. Y que, seguramente, tuvieran otros compradores alternativos que les pagaran el estaño a buen precio. 
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Bien, es una hipótesis que trata de encajar todos los datos disponibles... pero que, como todo en Ciencia, está sujeta a revisión si se producen nuevos descubrimientos.

Pero volvamos al estaño... Es curioso lo diferente que se dice en español (y en las lenguas latinas en general: stagno, estanho, estany, étain  ) que en inglés: tin. Parece que la etimología anglosajona procede del proto-germánico, con un significado desconocido.  Pero más curioso todavía es cómo se decía estaño en griego clásico:  κασσίτερος, kassíteros. Y de ahí procede el nombre que los griegos dieron a las islas del estaño: Islas Casitérides, cuyas referencias aparecen en la literatura antigua ya desde Heródoto (siglo V a.C.) (También se ha mantenido este origen griego en la denominación del mineral de donde  normalmente se obtiene el estaño: la casiterita).

Casiterita

El origen del estaño y otros metales era situado por los antiguos griegos en los límites de la ecúmene (del griego οἰκουμένη, oikouméne), es decir, en los extremos del mundo conocido o habitado y esto, sumado al secretismo sobre su situación exacta, ha sumido a estas y otras islas en la brumosa región que separa lo mítico de lo real. El geógrafo griego Estrabón (c. 64 a.C. – c. 24)  cuenta que «Las Casitérides son diez, están próximas entre sí, al norte del Puerto de los Ártabros [posiblemente La Coruña o una zona adyacente], en alta mar. (…) Antes eran los fenicios los únicos que explotaban este comercio desde Gadira [Cádiz], ocultando a todos su ruta; y en una ocasión en que los romanos siguieron a un navegante para conocer también ellos el emporio, el navegante, por celo, encalló voluntariamente en un bajío, y después de arrastrar a su misma perdición también a sus perseguidores, se salvó de entre los restos del naufragio y recibió del erario público el precio de las mercancías que había perdido. Pero los romanos lo intentaron muchas veces hasta que lograron descubrir la ruta» (Geografía, libro III, 5, 11).

De ahí que, en el libro de Antonio García y Bellido titulado "La España y los españoles de hace dos mil años, según la Geografía de Estrabón" (Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1945), en el mapa que trata de reproducir todos los lugares mencionados por el griego (con su nombre), figuren las citadas islas al noroeste de Finisterre:





Curioso que en el mapa, en el centro de la Península, entre Numancia, Sergontia (¿Aranda de Duero?) y Sisápon (Almodóvar del Campo, Ciudad Real), no figure ni una sola ciudad; solo los ríos Doúrios, Tágos y Ánas (Guadiana). Tampoco ninguna ciudad en el Cantábrico entre Noiga (Noya) y Oiáson (Oyarzun). En cambio, muchas ciudades en la Baitiké, en la cuenca del río Baitis: Gádeira, Ónoba, Híspalis, Kórdyba, Kastoulón,... También llama la atención que los Pirineos estén orientados de Norte a Sur , como el río Iber (Ebro), en una extraña trayectoria.

Numerosos han sido a lo largo de la historia los intentos y estudios para ubicar las islas Casitérides (desde que fueran Las Azores, hasta las propias Islas Británicas, pasando por archipiélagos pequeños como las Islas Sorlingas, cerca de Cornualles, o quizá antiguas islas que fueron posteriormente inundadas por la dinámica oceánica...). Todos ellos rebatidos. Quizá no fueran islas y simplemente fuera un "truco fenicio" para despistar a los posibles competidores...

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Pues hasta aquí mi "investigación" sobre el estaño y por qué pudo ser el causante de la "masacre" a orillas del río Tollense hace unos 3.250 años. Seguro que nuevos hallazgos y los análisis genéticos que se vayan realizando sobre los restos encontrados, arrojarán más luz sobre este curioso suceso.

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