viernes, 4 de junio de 2021

Los "viajes de agua" de Madrid

Fuente de Lavapiés - Grabado de Francisco Pradilla

Fue a raíz del post sobre las calles llamadas Cantarranas cuando descubrí los "viajes de agua" de Madrid. Porque, lógicamente, uno sabe que el Canal de Isabel II no ha existido desde siempre, pero tampoco me había preocupado saber cómo llegaba el agua potable a Madrid antes del siglo XIX. Y el hecho de que la calle Cantarranas de Madrid estuviera cerca de la de Huertas, y que se dijera que sus nombres se debían a la cercanía de algún manantial o arroyo me hizo buscar información sobre el tema.

Y lo primero que queda claro es que el río Manzanares, el "arroyo aprendiz de río" que dijera Quevedo, nunca suministró agua a la Villa; si acaso, apenas sirvió para regar las huertas de su vega. La razón "física" era su escaso caudal, sobre todo en los meses de verano, y que la plataforma donde se asentó la primitiva ciudadela de Magerit estaba situada a unos 70 metros sobre el nivel del cauce del río, lo que dificultaba dicho acopio. Entonces... ¿de dónde obtenían el agua potable los primeros madrileños? 


En el trabajo titulado "Los viajes de agua en el Antiguo Madrid", de C. Kaeser, E. Rodríguez, L. Duran, Mª I. Gavilán, S. Gorrochategui y T. Temprano (Curso 2011-2012) encuentro esta indicación: "antes incluso de la invasión musulmana, hubo sobre el solar de la actual ciudad un pequeño fundi o aldea visigoda a la que se conocía con el nombre de Matrice, en clara referencia a un arroyo madre ó matriz del que se abastecía este primer asentamiento, y que nacía de un manantial próximo a la actual plaza de Jacinto Benavente, discurriendo su cauce a lo largo de lo que hoy conocemos como calle Segovia antes de desembocar en el río Manzanares". (La plaza de Jacinto Benavente se encuentra muy próxima a la Puerta del Sol). 

Fue en el siglo X, a raíz de la consolidación de Magerit como fortaleza importante y el consiguiente incremento de su población, cuando se vio que los recursos superficiales de los arroyos existentes no eran suficientes para el abastecimiento de la población y las autoridades decidieron recurrir a la explotación de las aguas del subsuelo, situadas sobre todo al norte y noreste de la villa, mediante pozos y canalizaciones subterráneas. Esta técnica, llamada en árabe "qanat" (canal), se había "inventado" en Persia siglos atrás.

No quedan muchos vestigios arqueológicos de los qanat árabes en Madrid. En 1983 se descubrió parte de uno de estos viajes de la época islámica en una excavación realizada en la Plaza de los Carros. Del mismo trabajo: "tenía una “sección rectangular, con andén lateral, piedras en su fondo, sin cubierta aparente, pendiente de 1/1.000, y pequeñas presillas, también de piedra, de trecho en trecho”. Más difícil fue averiguar el recorrido exacto del viaje, pues el tramo encontrado tenía una longitud de tan sólo 10 metros. Aún así se ha podido definir aproximadamente su itinerario, que comenzaba en la actual plaza de Puerta Cerrada, y descendía posteriormente por la Cava Baja hacia la zona de la actual parroquia de San Andrés, plaza de los Carros y plaza de la Paja, hasta que, por último, se dirigía hacia la calle de Segovia donde finalizaba". 

Restos de los Caños del Peral

Después de la reconquista cristiana (1085) y hasta el siglo XVI, se fueron construyendo nuevos "viajes" a medida que aumentaba la población y las zonas ocupadas. Tampoco quedan muchos vestigios arqueológicos ni documentales. Se mencionan la "alcantarilla de San Pedro" (con un significado para alcantarilla diferente al actual), las "fuentes de Leganitos", las "fuentes de la Villa", los "Caños del Peral", etc... 

"El primer viaje de agua conocido del siglo XVI se realizó en 1501, y de su ejecución se encargó el alarife municipal Miguel de Hita. Se trataba de traer agua al centro de la Villa desde una captación situada a 5 kilómetros de distancia. Según consta en la documentación municipal, dicho alarife se comprometió a poner en funcionamiento un viaje que trajera un real de agua de caudal –unos 3.202 litros diarios– hasta un pilar situado “en la encruzijada que sube a la plaza Mayor y baja a la iglesia de San Ginés, y posteriormente a la plaça de Sant Salvador, donde se hiciese otro pilar como el primero”. Probablemente, lo que se quería abastecer con este viaje eran importantes edificios municipales de abasto situados en la zona, como la “red del pescado”, que necesitaba abundante agua, y que en 1499 se había trasladado a la plaza de El Salvador, hoy plaza de la Villa". Alarife es la palabra de origen árabe que designa al maestro de obras.

Pero fue el regreso de la Corte a Madrid con Felipe III, en 1606, lo que marcó el comienzo de los grandes proyectos de viajes de agua que marcaron todo el siglo XVII. El resultado se ve reflejado en este magnífico documento del Ayuntamiento de Madrid, donde también se explica el funcionamiento del sistema hidráulico y sus distintos componentes, al que te animo a dedicarle unos minutos: 


Si quieres ampliar el tema, te animo a leer los posts de Mercedes Gómez en el blog Arte en Madrid, donde se describen visitas actuales (en 2010) a lo que queda de los distintos viajes. De ahí he sacado estas tres fotografías: la primera es una de las pocas tapas que quedan que señalan la ubicación de un viaje (frente al nº 140 de la calle Santa Engracia), otra es un "capirote" en la Dehesa de la Villa, que señalaba la salida de uno de los pozos de ventilación, y, la última, del aspecto que tendría el interior de una de estas conducciones:




La primera fase del Canal de Isabel II, que convertía al río Lozoya en el principal suministrador de agua para la Villa, entró en funcionamiento en 1858, lo que supuso el paulatino abandono de los viajes.

____________________________________________________________

Posdata 1: En la Segovia de mi infancia, a apenas 100 metros de mi casa, se encontraba el Bar "Las Arquetas". Estaba situado (y sigue, aunque muy cambiado) en el nº 2 de la calle Angosta, junto a la Plaza de la Reina Doña Juana. Supongo que nunca me llamó la atención su nombre; cada uno llamaba a su bar como quería, como el "Castilla", "La Tropical" o "La Taurina". 

Pero pasa el tiempo, y la curiosidad te lleva a leer sobre el origen del nombre de las calles. Y, en el libro que ya he mencionado otras veces: "Las calles de Segovia" de Mariano Sáez (1918), al hablar sobre la Plaza de la Reina Doña Juana se lee lo siguiente: "Está enclavada entre la plazuela de los Espejos y las calles de los Huertos y Domingo de Soto, y hasta el año 1892 se denominó "de las Arquetas". Pasaba por el centro de esta plazuela, en la dirección del Seminario a los Huertos, una antigua cañería de piedra que recogía el agua que venía por el Acueducto y surtía a los lados Norte y Saliente de la Capital, y en la plazuela había y a poca distancia unos de otros, ocho o diez registros para la toma y derivación de las aguas, cerrados por gruesas piedras de granito y constituyendo arquetas o pequeños recipientes y de lo que tomó nombre la plazuela".

El famoso conducto subterráneo del que muchas veces se hablaba, pero del que se habían encontrado pocas pruebas arqueológicas, que llevaría el agua desde el Acueducto al Alcázar, pasando por debajo de la Plaza Mayor. O sea, que también teníamos un "viaje" en Segovia... ¿desde la época romana? A ver si fuimos los primeros, antes de la llegada de los árabes... ahí lo dejo.

Bar "Las Arquetas" - aspecto original

Placa actual que va señalando el itinerario de
 la conducción subterránea de agua
desde el Acueducto al Alcázar


______________________________________________________________________

Posdata 2: No he encontrado, en toda la documentación que he manejado sobre este tema, ninguna indicación de por qué se denominaron "viajes" a estas conducciones, cuando "canal" sería una derivación mucho más lógica del árabe "qanat". La palabra castellana "viaje" deriva del catalán "viatge" y ésta, a su vez, de la latina "viaticum", viático, que significaba originalmente "la provisión de dinero y otras cosas que uno necesitaba para emprender un camino (via)". 

______________________________________________________________________

Por último, la metáfora "viajera" que toda esta red de abastecimiento de agua le sugiere a Tatiana R.:

(Ilustración de Tatiana Restrepo para "Curios" - www.tatisart.com)


6 comentarios:

  1. Dos comentarios.
    En 1959, junto con mi hermano dos años menor que yo, yo he pescado peces en el canalillo, que era como se llamaba a una parte del canal o a un ramal, no lo sé, a su paso por la parte sur del parque de las Avenidas, y que se perdía cerca de la calle Azcona. Los metíamos en un bote y los poníamos bajo la cama de mis padres. Se cabreaban porque olían muy mal.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Enrique, los "canalillos" (porque había 2) formaban parte de la red del Canal de Isabel II. El que tú recuerdas era "el del Este" que tenía un peculiar trazado desde las instalaciones de Vallehermoso hasta el arroyo Abroñigal (hoy M-30), pasando por la Glorieta de López de Hoyos y La Guindalera.
      Te recomiendo el libro "La Guindalera - Parque de las Avenidas" de Juan Luis Roldán Calzado (2015), que describe la creación y el desarrollo de estos dos barrios (igual sales en alguna foto :-)))

      Eliminar
  2. El otro comentario
    Ahora viv o al coronar el puerto de Galapagar.
    A esa altura, en la cuenca del rioi Guadarrama esta, derruida, la presa de El Gasco.
    Al parecer ha bía un proyecto para unir, con la construcción de un canal, el rio Guadarrama con ....Sevilla. Que además fuera navegable. Querían dar a Madrid salida al Mediterráneo.
    Obviamente el proyecto no se llevó a cabo, pero parecía viable y estuvo bastante avanzado ????????

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, hubo varios proyectos, desde Felipe II, de unir Madrid con Lisboa por vía fluvial y así favorecer el comercio. El que tú mencionas era el "Canal de Guadarrama". Copio un texto de Edmundo Fayanas:
      "Se trata de construir un canal navegable desde Guadarrama hasta Sevilla. Tendría una longitud de 771 km. Se encargó el proyecto al ingeniero militar Carlos Lemaur, que como hemos visto, también había participado en el canal de Castilla.
      El canal del Guadarrama fue diseñado como una continuación del canal del Guadalquivir hacia el norte y el canal del Manzanares hacia el sur.
      Tanto Floridablanca como Cabarrús fueron grandes defensores del mismo. Estos estaban convencidos de que la obra estaría terminada en un plazo de unos quince años. El diseño del canal que unía Madrid con Sevilla fue seguido en su totalidad en las obras del AVE de finales del siglo XX, que une la capital con Sevilla. Los ingenieros actuales alabaron la precisión de los datos que tenía Carlos Lemaur.

      Como el problema siempre era la cantidad de agua para el canal, se pensó en construir la presa del Gasco, que almacenaría el agua del Guadarrama y se situaría cerca de Torrelodones.

      Esta presa iba a ser la que tuviera más altura del mundo pues tendría noventa y dos metros. Para la realización de dicha presa, se emplearon a varios centenares de presos.

      Sin embargo, el 14 de mayo de 1799, unas grandes lluvias produjeron el derrumbe casi total de la presa. Hasta este momento se había realizado unos 26 km del canal y quedaban otros tantos para su finalización".

      Eliminar
  3. Cuántas cosas he aprendido de mi "pueblo" y su agua. Siempre miro el nivel de los embalses madrileños...me obsesiona la pertinaz sequía. Gracias Ángel y gracias también a Enrique por esta ampliación dr información que ha generado su comentario.

    ResponderEliminar