viernes, 24 de enero de 2025

¿Por qué los santos se llamaban como se llamaban? (2)

En noviembre de 2019 publiqué un post con este mismo título, explicando el origen de algunos nombres propios muy populares: Francisco, Antonio, Jorge, Teresa,... (lo puedes volver a leer aquí). La idea, repito, es que, en la tradición cristiana, la mayoría de los niños y niñas son bautizados con un nombre presente en el santoral de la Iglesia (dejamos a las Jennifer y a los Kevin Costner aparte). Pero, ese primer santo o santa, ¿de dónde había tomado su nombre? Pues seguimos con la lista en este segundo post:

Fernando III de Castilla
FERNANDO - Probablemente muchos de los Fernandos españoles nacidos con posterioridad a 1671, que celebran su santo el 30 de mayo, deben su nombre al rey de Castilla Fernando III, apodado "El Santo" (1199-30 de mayo de 1252). Porque ese año, más de 400 años después de su muerte, fue canonizado (aunque de manera poco canónica según algunos historiadores, que incluso cuestionan el alcance de ese nombramiento) por el Papa Clemente X. Pero, si este era el III de los Fernandos, quiere decir que tuvo que haber un I. Y, efectivamente, Fernando I de León y Conde de Castilla (ca 1016-1065) fue el iniciador de esta dinastía. 

El Fernando más antiguo que recogen las crónicas históricas (o, al menos el que yo he encontrado) es Fernando Bermúdez, II Conde de Cea, fallecido en el año 978, y padre de la reina de Pamplona, Jimena Fernández

Pero, ¿de dónde provenía ese nombre de Fernando? Pues del germánico "Firthunands", que significaba algo así como "el que se atreve a todo por la paz", y que llegó a la Península Ibérica de la mano de los visigodos. Y origen también de los Ferdinands de muchos lenguajes europeos, y de los Ferrán, Fernán y Perrando de las otras lenguas españolas.


Castillo de Javier
JAVIER - Aquí está claro que, antes de 1622, no hubo ningún Javier bautizado. Porque el nombre se lo debemos a Francisco de Jasso Azpilicueta Atondo y Aznárez de Javier, nacido en 1506 en el Castillo de Javier, en el Reino de Navarra. Más conocido para la historia como San Francisco Javier. Canonizado por Gregorio XV en el año mencionado. El nombre correspondería, por tanto, al topónimo Javier (o Xabier en euskera) del lugar de Navarra donde se encontraba el castillo donde nació el santo. 

Si consultas en Google la etimología de Javier, la mayoría de fuentes se inclinan por relacionarlo con "etxe-berri" (casa nueva). A mí no me parecía tan claro y, buscando, buscando, di con un interesante artículo de 1959, de Isaac López-Mendizábal, titulado "Etimología de Xabier", publicado por Euskaltzaindia (la Real Academia de la lengua vasca), donde, tras un minucioso análisis de muchas posibles variantes, propone la etimología "itsas-berrio", o "campo de retamas", que, para mí, tiene mucha más lógica. 


CARMEN - En este caso no hay una santa de ese nombre, sino que corresponde a una advocación mariana: la Virgen del Carmen. Pero su origen también es muy curioso. Y es toponímico, como en el caso de Javier. Procede del Monte Carmelo, situado en el norte del actual estado de Israel, cerca de Haifa. Allí, en el siglo XII, un grupo de ermitaños fundó la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo (en latín "Ordo Fratrum Beatissimæ Virginis Mariæ de Monte Carmelo"). Los Carmelitas. 

Escapulario de la Virgen del Carmen
De acuerdo con la tradición, en 1251 (el 16 de julio según algunas crónicas, y de ahí la significación del día) la Virgen María se le apareció, cerca de Cambridge, Inglaterra, a Simón Stock, un inglés que en ese momento era el superior de la Orden Carmelita. Copio de la Wikipedia: "La Virgen se presentó portando un escapulario en la mano y dándoselo le dijo: "Toma, hijo querido, este escapulario; será como la divisa de mi confraternidad, y para ti y todos los carmelitas, un signo especial de gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros, un compromiso de paz y de concordia".

La etimología de Carmelo es "región rica en viñedos y huertas". La derivación en Carmen, Carmina, es una influencia del latín, donde "carmen, carminis" significa música o poema, sin ninguna relación con el nombre original. 


IRENE - Aquí las Irenes tienen varias santas para elegir. Por orden cronológico: 

Santa Irene de Tesalónica (festividad: 5 de abril) - Solo se recoge como cierto el año de su fallecimiento, el 304. Irene fue una mártir cristiana, hermana de Santa Ágape y Santa Quionia (en griego, los nombres significan paz, amor y pureza, respectivamente). Se dice que fue sorprendida en posesión de la Biblia a pesar de la prohibición dictada por Diocleciano en el 303 d.C.. Fue martirizada, al igual que sus hermanas, por no renegar de la fe cristiana. No está claro cómo murió. Algunas obras cuentan que fue quemada viva y otras cuentan que murió al recibir un flechazo en la garganta.


Santa Irene de Tancor (o de Tomar) (20 de octubre) (ca 635 - 653) Fue una religiosa portuguesa nacida, según la tradición, en el área próxima a la actual ciudad de Tomar, Portugal, en el siglo VII. En portugués moderno se la conoce con el nombre de Santa Iria. Su santidad procede de una leyenda muy curiosa. Copio y adapto de la Wikipedia: 

"Irene habría nacido en el seno de una familia influyente. Sus padres decidieron protegerla enviándola desde muy temprana edad a un convento de monjas, y colocándola bajo la tutela de un venerable monje, al que la leyenda da el nombre de Remigio. Como sucede en multitud de historias de mártires, Irene decidió en aquel momento, y mantuvo durante toda su vida, la firme decisión de dedicar su vida solo a Dios.

Asesinato de Santa Irene
Sin embargo, al crecer y alcanzar la pubertad, su belleza iba a causarle multitud de problemas. Tuvo que enfrentarse, en primer lugar, a las insinuaciones de su propio maestro Remigio, a quien la joven tuvo que regañar escandalizada, dejando al anciano monje resentido con ella. Después, le llegaron las desesperadas tentativas de un joven noble local llamado Britaldo, quien llegó al punto de enfermar por causa de su pasión por ella. Para ayudarle a sanar, Irene prometió a Britaldo que no sería nunca de ningún hombre por razón de su voto de castidad.

Remigio aprovechó el momento para vengarse de Irene y, simulando pedirle la reconciliación, le dio a beber un brebaje que, al cabo de semanas, provocó una hinchazón en el vientre de la joven. Como resultado, comenzó a correr la voz de que se había quedado embarazada, e incluso fue expulsada de su convento. Britaldo, considerándose traicionado por Irene, contrató a un asesino; el matón se acercó a la joven mientras rezaba junto al río Nabão en un paraje solitario, la apuñaló, y arrojó su cuerpo sin vida al agua. El cuerpo de la joven fue arrastrado por la corriente hacia el Cécere, y de éste hacia el Tajo, quedando varado al pie de la ciudad de Scalabis, donde los ángeles lo depositaron en un túmulo de mármol". 

Con el tiempo, la ciudad de Scalabis pasó a denominarse Santarém, en honor a Santa Irene (aunque algunos estudiosos ponen en cuestión esa relación). 

Santa Irene de Bizancio (o de Atenas) (5 de mayo) (ca 750 - 802) Fue esposa y emperatriz consorte del emperador bizantino León IV y madre de Constantino VI. Cuando el emperador murió, el 8 de septiembre de 780, Irene asumió la regencia en nombre de su hijo, que tenía solo 9 años de edad. Durante los 11 años siguientes, la emperatriz fue la única gobernante efectiva del Imperio bizantino. Copio de la Wikipedia: 

Irene de Bizancio
"Su decisión más importante en el ámbito religioso fue permitir la restauración del culto de las imágenes, que había sido prohibido por León III el Isaurio en 726. Irene siempre había sido partidaria de los iconódulos (partidarios de venerar imágenes), aunque se había visto obligada a renunciar públicamente a sus creencias en vida de su marido. Nombró patriarca de Constantinopla a Tarasio, su antiguo secretario, y convocó dos concilios. El primero comenzó en 786 en la iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, con la asistencia de delegados tanto del papa Adriano I como de los patriarcas de Alejandría, Antioquía y Jerusalén, pero debió interrumpirse debido a la oposición del ejército. El segundo tuvo lugar en Nicea en septiembre de 787, se celebró con éxito y declaró herética la doctrina iconoclasta, aunque se especificó que los iconos solo podían ser objeto de veneración y no de adoración. El éxito del concilio, conocido como el II Concilio de Nicea, supuso la reunificación con la Iglesia de Occidente".

Aunque no es reconocida como santa por la iglesia ortodoxa, sí que figura como Santa Irene en la obra de los bolandistas, grupo de colaboradores jesuitas que prosigue la obra hagiográfica iniciada en el siglo XVII por el sacerdote Jean Bolland (1596-1665) en Amberes, dedicada a la recopilación de todos los datos posibles sobre los santos católicos.

Y aún hay una cuarta Santa Irene, de origen hispano, aunque con pocos datos sobre su vida. Esto es lo que figura en la página web de la Real Academia de la Historia: 

"Los únicos datos históricos que se poseen sobre Santa Irene los proporciona el epitafio de quince versos que, para ella, escribió su hermano, el Papa San Dámaso (siglo IV d.C.). En 1901, monseñor Wilpert descubrió, en la Vía Argentina de Roma, las ruinas de una pequeña basílica donde, según el Liber Pontificalis, el Papa había sido enterrado en unión de su madre y su hermana.

Irene probablemente tuvo origen hispano, hija de Antonio, de oficio escribano y de Lorenza, que murió nonagenaria, habiendo consagrado su viudedad a Dios. Muy joven, según su epitafio, ofreció su virginidad a Dios y murió cuando contaba unos veinte años. Su tumba, junto con la de su hermano, fue venerada por los peregrinos de la antigüedad, y en el siglo XVII los hagiógrafos españoles compusieron una breve biografía y colocaron su fiesta el día 21 de febrero".

En lo que no hay discusión es que el nombre de Irene de todas estas santas es de origen griego, que significa “serenidad”, “paz”.  En la mitología griega Εἰρήνη (Eirēnē), hija de Zeus y Temis, era la diosa que personificaba la paz, la riqueza y la primavera.


FELIPE - Aquí la fuente son los Evangelios, por ejemplo el de Juan (1:43): "Al otro día, queriendo Él salir hacia Galilea, encontró a Felipe, y le dijo Jesús: Sígueme. Era Felipe de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro". O sea que tenemos al apóstol Felipe como santo referente del nombre.
 
Pero, antes del apóstol, hubo algún que otro Felipe famoso, como Filipo II de Macedonia (382 a.C - 336 a.C.) más que nada por ser el padre de Alejandro Magno. Y, si hubo un II tuvo que haber un I. Efectivamente, Filipo I de Macedonia, que reinó hacia el 640 a.C. (los historiadores no se ponen de acuerdo en las fechas), o sea unos 300 años antes que su tatatataranieto. 

Felipe I de Francia (1052-1108) fue el primero con ese nombre en una casa real europea. Felipe de Castilla y de Suabia (1231-1274), hijo de Fernando III, fue arzobispo electo de Sevilla. También canónigo de la catedral de Toledo, beneficiado en la catedral de Burgos y abad de la Colegiata de Valladolid, de la Colegiata de Castrojeriz y de la Colegiata de San Cosme y San Damián de Covarrubias. En el año 1258 abandonó la carrera eclesiástica y contrajo matrimonio con la princesa Cristina de Noruega, hija del rey Haakon IV de Noruega

Felipe I de Castilla "el Hermoso" (1478-1506) fue el primero de los Felipes reyes de España. 

El "Philippos" griego, "philo hippos",  significaba, literalmente, "amante de los caballos". 


SILVIA -  Es un nombre femenino de origen latino, que significa ‘natural de los bosques’ (o reina de la naturaleza). Deriva del latín "silva", cuyo significado era ‘selva’, ‘bosque siniestro’.

Según la mitología latina, la madre de Rómulo y Remo se llamaba Rhea Silvia. Su historia se relata en el "Ab urbe condita libri" del historiador Tito Livio. Copio de la Wikipedia: 

"Según la leyenda, Silvia era hija de Numitor, rey de Alba Longa, y descendía de Eneas. El hermano de Numitor, Amulio, ascendió al trono y obligó a Rea Silvia a convertirse en una virgen vestal, una sacerdotisa consagrada a la diosa Vesta. Las vestales debían guardar un periodo de celibato de treinta años, por lo que Silvia no podría tener herederos.

Rhea Silvia con Rómulo y Remo
Sin embargo, el dios Marte se apareció en un sueño de Silvia y la violó en un bosque. De esta violación nacieron los gemelos Rómulo y Remo. Cuando Amulio se enteró de esto, ordenó que a Rea Silvia se la enterrara viva y que se matara a los gemelos. El bondadoso siervo al que se le había ordenado la tarea, puso a los gemelos en un cesto en el Tíber, pero no los asesinó. El dios del río encontró a los gemelos y los dejó al cuidado de una loba, Luperca,​ que había perdido a sus propios cachorros, para que los amamantara. El dios Tíber rescató a Rea Silvia y se casó con ella. Cuando los gemelos crecieron, fueron a Alba Longa, derrocaron a su tío abuelo Amulio y restablecieron en el trono de Alba Longa a Numitor.

Tito Livio presenta en su libro Ab urbe condita libri una versión más racional de la historia. En el Ab urbe se relata que el río creció cuando los soldados recibieron órdenes de matar a los gemelos y que los militares pensaron que el fango derivado de la crecida sería suficiente para ahogar a los gemelos. Livio también arroja dudas sobre la famosa leyenda de que fueron amamantados por una loba, ya que según Livio, la mujer del pastor Fáustulo, Aca Larentia, que cuidó a los gemelos en su niñez, era una famosa prostituta. La correlación entre estos dos hechos es que en latín la palabra lupa significa tanto "loba" como "prostituta", por lo que no es disparatado pensar que la lupa a la que se refieren los escritos antiguos fuera en realidad Aca Larentia".

En cuanto al santoral, Santa Silvia de Roma (o de Sicilia) (ca 515 - ca 592) (3 de noviembre) fue la madre del Papa y Doctor de la Iglesia San Gregorio Magno. Silvia destacó por su gran piedad y por otorgar a sus hijos una excelente educación. Al morir su esposo, se entregó por completo a las prácticas piadosas y a una vida religiosa. Se le invoca por las mujeres embarazadas para tener un buen parto. 

Según las estadísticas del INE, el nombre de Silvia no se popularizó en España hasta la década de los 60-70 del siglo pasado  (¿influencia de Sylvie Vartan o de la reina Silvia de Suecia?) Y parece que ya no está de moda... Este es el gráfico de las Silvias actuales (120.440) por década de nacimiento: 






2 comentarios:

  1. Por lo que respecta a FERNANDO, o su equivalente, HERNANDO, no debemos olvidar al que seguramente es el conde de Castilla más famoso, Fernán González, quien probablemente popularizó este nombre. Según la Real Academia de la Historia nació el año 905 y por tanto habría que buscar a quienes se llamaron así antes y pudieron influir en sus padres para bautizarlo con este nombre.
    Pero tal vez no haya que buscar mucho, pues el nombre de su padre era Gonzalo Fernández, conde de Burgos y de Castilla, que podemos deducir era hijo de otro Fernando, de modo que al niño le pusieron el nombre de su abuelo.
    Antes de esa generación, me consta un conde Fernando Núñez, señor del castro de Siero de Valdelateja y donante de la iglesia de San Martín de Escalada para su conversión en monasterio antes del año 860 en que se fundó éste (hoy desaparecido, en el Valle de Sedano; Burgos).
    Si, como dices, el nombre fue traído por los visigodos, tendría sentido su popularidad en Castilla y León, porque dicen que los visigodos se asentaron principalmente en la Tierra de Campos.

    ResponderEliminar
  2. Como siempre un gustazo el curios de esta semana!! yo celebro mi onomástica el 20 de octubre porque era el día que lo celebraba la mujer, conocida de mi abuela, por quien por otras curiosidades de la vida yo llevo su nombre. Q signifique paz, serenidad, siempre ha sido una inspiración para mi.

    ResponderEliminar