viernes, 8 de marzo de 2019

El furor fundacional de los Montejo

Monumento a los Montejo en Mérida (Yucatán)
Francisco de Montejo (Salamanca 1479 - Salamanca 1553), aunque nació y murió a las orillas del Tormes, no paró quieto en toda su vida. Primero trabajó unos años en Sevilla (donde en 1502 tuvo a su hijo Francisco de Montejo y León "el Mozo"), y, desde 1514, en que emprendieron su primer viaje a las Indias, estuvo prácticamente allí hasta 1550, cuando, a causa de algunos problemas con la administración, tuvo que volver a la metrópoli para rendir cuentas. Y falleció a los pocos años.

En 1526 el rey Carlos I le autorizó a conquistar el Yucatán, y le anticipó los títulos de "Adelantado", "Gobernador" y "Capitán General". A ello se puso con empeño. Pero lo que le da a este conquistador salmantino un lugar en nuestro registro de curiosidades, es que, en pocos años, desde 1527 a 1531, entre él, su hijo, un sobrino también llamado Francisco de Montejo (1514-1572) y su lugarteniente Alonso Dávila (1486-1542), fundaron nada menos que 7 Salamancas a lo largo y ancho de toda la península de Yucatán. Hay dudas sobre una octava Salamanca en la zona de Chetumal, cuya fundación, en 1542, se atribuye a Melchor Tamayo Pacheco, del que poco sabemos, ni si tuvo algo que ver con la ciudad charra. 


Como una imagen vale más que mil palabras, he señalado en este mapa la ubicación de las 8 poblaciones y el año de su fundación:


Lo curioso del caso, como ya vimos con las Segovias, es que ninguna de las Salamancas mexicanas ha sobrevivido con ese nombre. Algo de "culpa" tuvo que, por aquellas fechas, empezaron a cobrar mucha más importancia (en cuanto a potencial de recursos, oro y plata en particular) los nuevos Virreinatos de Nueva Granada (actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) y del Perú, lo que motivó que muchos de los "conquistadores" desplazaran su atención y sus expediciones hacia esas nuevas tierras, dejando desasistidas las posesiones del Yucatán.

Por completar la nómina de Salamancas en Centroamérica, tenemos otras tres que tampoco han llegado con ese nombre a nuestros días:
- Honduras: Nueva Salamanca, fundada en 1544 por Cristóbal de Reinoso a 20 leguas de San Jorge de Olancho.
Colombia: Nueva Salamanca de la Ramada, fundada en 1561 por Bartolomé de Alba en la desembocadura del río Dibuya.
- Puerto Rico: Nueva Villa de Salamanca, fundada en 1573, actualmente San Germán.

Un poco más al norte, en lo que hoy es el estado de Carolina del Norte en EE.UU., se fundó otra Salamanca. En este caso, el protagonista fue el explorador conquense Juan Pardo (no consta fecha de nacimiento, pero en 1566 ya estaba en tierras americanas). Partiendo de la ciudad de Santa Elena (hoy Parris Island, en Carolina del Sur), dirigió dos expediciones hacia el interior. Su objetivo era encontrar una ruta alternativa desde el Atlántico a las minas de plata de Zacatecas en México. Pero al encontrarse con la cadena montañosa de los Apalaches se desvió hacia el noreste y así tuvo contacto con numerosas tribus indígenas de esos valles y praderas. Una de ellas, los guatari, estaban en la zona comprendida entre la actual Salisbury y el valle del río Yadkin. Allí, en 1567, construye un fuerte, al que llama Santiago, y rebautiza al poblado indígena como Salamanca (no consta qué relación podía tener con la ciudad). Al cuidado espiritual de los indios deja a su capellán, Sebastián Montero, que establece allí la primera misión de las Carolinas (aunque sólo aguantó cinco años; fue abandonada en 1572). En este mapa podemos ver los fuertes construidos en  las expediciones de Juan Pardo:



El museo del ferrocarril de Salamanca, N.Y.
Pero sí que hay una Salamanca "viva" en el continente americano. Aunque bastante más al norte, concretamente al noroeste del estado de Nueva York en los EE.UU. . En este caso no debe su nombre a ningún conquistador medieval, sino a un conocido potentado español, Don José Mª de Salamanca y Mayol (1811-1883), el famoso Marqués de Salamanca.

Según parece, el pueblo, que previamente se llamaba Bucktooth y pertenecía a una reserva india, era un importante nudo ferroviario y tuvo un papel importante en el desarrollo del New York City and Erie Railroad, que, como su nombre indica, unía la ciudad de Nueva York con Dunkirk en el lago Erie. En Julio de 1859, el Marqués de Salamanca compró un millón de bonos (no sé a cuántos $ estaba cada bono) para la ampliación del ferrocarril. Y, en agradecimiento, James McHenry, que era el promotor de la obra, convenció a los indios Seneca, propietarios del lugar, para que le dieran el nombre del pueblo a su benefactor (parece que el Marqués también hizo generosas donaciones a la comunidad indígena). En la actualidad, como en la mayoría de las reservas indias, la principal fuente de riqueza es el Casino, inaugurado en 2004 (el 25% de los ingresos revierte directamente en la comunidad).

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Posdatas:
1) Por acabar con otra curiosidad, no hay acuerdo en la etimología de Salamanca. El historiador griego Polibio de Megalópolis (siglo II a.C.) se refiere a una "Helmantike", que para ellos significa "tierra de adivinación". En cambio, el romano Claudio Ptolomeo (siglo II d.C.), atribuye el nombre a una población de los vacceos, "Salmantica". Nombres históricos que todavía hoy perviven: el campo de fútbol es el "Helmántico", y la Universidad es la "Universitas Studii Salmanticensis".

2) La idea y buena parte de la documentación inicial del post se la debo, una vez más, a mi amigo Jordi G., que ante el "éxito" del artículo sobre las "Segovias que ya no existen" me animó a hacer éste sobre las Salamancas.

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Casa de los Montejo (Adelantado, hijo y sobrino) en Mérida (Yucatán)

4 comentarios:

  1. Sabiendo quien escribe la historia de Norte Ameríca, ¿es probable que se acabe a tribuyendo al Marqués de Salamanca el genocidio de los nativos de Bucktooth?

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    1. Siempre la historia la escriben los vencedores, amigo Enrique. Pero, como curiosidad, desde que leí que los nativos de la zona eran los indios Seneca, me empeñé en buscarles una conexión con el sabio cordobés; quién sabe, algún conquistador despistado de alguna expedición española de siglos atrás que acabara por aquellas tierras... Hasta que me dí cuenta de que no eran indios Séneca (esdrújula) sino Seneca (llana), similar fonéticamente a Azteca ú Olmeca, y que, por tanto, no había que buscar conexión alguna.

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  2. Querido Ángel, la presión del inglés sobre todas las lenguas, incluido el castellano es tan brutal que hasta tenemos una "Ley de violencia de género", cuando en nuestra lengua el género sólo se aplica a las palabras. Sugiero que no colaboremos a ello rebautizando a los miembros de las tribus en singular y con mayúscula como si fueran la propia tribu, aunque aparezca así en muchos textos. Son indios senecas, aztecas, olmecas,...

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    1. Mea culpa, Jordi. Influencia, como bien dices, del inglés. Curioso que la página web de estos indios es la "Seneca Nation of Indians" www.sni.org O sea que lo correcto en español sería "Nación Seneca" e "indios senecas".

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