viernes, 24 de abril de 2020

Ogodei

Estatua del Kan en Mongolia
El 11 de diciembre celebra el santoral cristiano la festividad de San Dámaso, papa de origen hispano del siglo IV. Quizá, después de leer este post, estés de acuerdo conmigo en que ese día debería ser festivo en toda Europa, algo así como la conmemoración del "Día en que se salvó Europa y la civilización occidental". ¿Y por qué? Pues no por el bueno de Dámaso, que sus méritos tendría, sino porque el 11 de diciembre de 1241 murió en la lejana Karakórum (Mongolia) Ogodei Kan, hijo de Gengis Kan y 2º emperador mongol. No, no se me ha ido la olla, y lo voy a explicar.

Pero, para entenderlo mejor, hay que empezar por tener una visión panorámica de la situación geopolítica de ese momento.

En lo más cercano, hacía 5 años que Fernando III de Castilla y de León (lo de "Santo" vino después) había entrado triunfalmente en Córdoba, y preparaba las futuras campañas para retomar Jaén y Sevilla.

En la Europa occidental y central, el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico era Federico II de Hohenstaufen, "stupor mundi", que libraba batallas contra todos sus rivales, incluidos varios Papas.



En Oriente Medio y Persia, el Imperio Corasmio había sido arrasado en 1220 por el propio Gengis Kan, y años después por sus descendientes. Quedaban pocos años para la instauración del Ilkanato Persa, con Hulagu Kan, nieto de Gengis, como primer Ilkan ("kan subordinado"), que extendió sus dominios hasta la Anatolia turca.

En China, el propio Ogodei se había encargado de "laminar" en 1234 a la Dinastía Jin con el apoyo de la Dinastía Song, que dominaba el sur. Y en pocos años (1271) un nieto de Gengis, Kublai Kan, fundó una nueva dinastía, la Yuan, que gobernó China durante casi cien años.

Pero, como una imagen vale más que mil palabras, este es el mapa geopolítico de mediados del siglo XIII:

No sale la Península Ibérica, pero ya sabemos que andábamos en otras cosas. Todo lo que aparece en color representa al Imperio Mongol, con sus distintos Kanatos. Por ejemplo, Chaghatay, en el centro del mapa, era el segundo hijo de Gengis Kan.

Lo que me interesa resaltar son las líneas moradas y las fechas de la parte superior izquierda, las que empiezan encima del Mar Caspio. Ves que en la leyenda del mapa pone Bacú (1235-1255). Y la fecha que figura en la flecha central, la que apunta a Kiev es 1239. Se trata de Batu Kan, nieto de Gengis, gobernante de la "Horda de Oro" y encargado por su tío Ogodei de la expansión del Imperio hacia el oeste (no sé por qué pone Bacú). Y en realidad fue en diciembre de 1240 cuando se completó la toma de Kiev. Pero los jinetes mongoles iban lanzados, nunca mejor dicho, y en pocos meses plantaron cara a dos de los principales ejércitos de la Europa oriental, los de los Reinos de Polonia y de Hungría.

Memorial de la batalla de Muhi, en Hungría
En concreto, fue a primeros de abril de 1241. Batu Kan dividió sus tropas en 2 grandes bloques. El primero, comandado por su tío Kadan, se dirigió a la zona de Liegnitz (en la actual Polonia). Allí, el 9 de abril derrotó de forma contundente al ejército polaco que lideraba Enrique II de Silesia "el Pío". El segundo bloque, a cuyo mando estaba él mismo, junto al general Subotai (que para mí, y para los historiadores, que era el que "cortaba el bacalao" en cuanto a estrategia militar) hizo lo propio dos días más tarde, el 11 de abril, en la batalla conocida como del río Sajó, con el ejército húngaro, a cuyo frente se encontraba Bela IV, rey de Hungría y Croacia.

Ahora, vete a Google Maps y busca las ciudades de Legnica (es como ahora se llama Liegnitz) y Muhi (en Hungría, ciudad actual cercana al campo de batalla). Y pide que te calcule la distancia a Viena. Efectivamente, poco más de 400 km en los dos casos (para comparar, la distancia desde allí a Karakórum, capital de Mongolia, es de más de 7.000 km). Lo que viene a ser, en términos de jinete mongol, una semana más o menos. Pero, primero, había que saborear los triunfos y asentar lo ya ganado (que, entre otras cosas, significó reducir a escombros buen número de ciudades húngaras, Pest entre ellas, y aniquilar a un 20-30% de su población total).

Representación de Gengis Kan, sus hijos y nobles mongoles
En eso estaban, digo yo, y dejándose ver cerca de Viena, su siguiente objetivo, cuando, atención, a comienzos de 1242 les llegó la noticia de que el 11 de diciembre anterior, esto es, de 1241, había fallecido el Kan Ogodei. Y no en una batalla, sino después de una juerga de tomo y lomo, a las que parece era aficionado (esto supongo que no se lo dirían a su sobrino Batu). ¿Y qué curiosa costumbre tenían los mongoles? Pues que el kanato no era hereditario, sino electivo (como en los visigodos). Que normalmente se eligiera a uno de los hijos del kan anterior, no rompe el argumento. Y el proceso de elección, denominado "kurultai", implicaba la presencia de todos los familiares directos y de los altos cargos del Imperio en su capital.

Y para Karakórum que se fueron Batu Kan, Subotai, Kadan y todos los que pintaban algo en el Imperio. El proceso de elección no fue rápido. De hecho, una de las esposas de Ogodei, Töregene Khatun, ejerció de regente durante casi cinco años, hasta que resultó finalmente elegido un hijo suyo y de Ogodei, Güyük Kan, que fue proclamado en 1246.

Y después, no se sabe bien por qué, el caso es que Europa occidental dejó de ser una prioridad para el Imperio. Asentada la frontera en el Danubio, más o menos, así quedó la cosa durante un par de siglos. Por ejemplo, no fue hasta 1480 cuando se considera que Moscú se liberó del "Yugo Tártaro".

Pero, ¿qué hubiera pasado si Ogodei no hubiera muerto ese año, sino, pongamos por caso, cuatro o cinco años después (murió con 55 años, o sea que podía haber aguantado algunos más)? Pues ya habido alguien que lo ha pensado. En concreto, la novelista Cecelia Holland (*) quien "pinta" este posible panorama (la traducción libre es mía):

"Los mongoles lanzaban sus campañas en medio del invierno, cuando sus caballos estaban fuertes y gordos con la hierba del verano. En enero o febrero, avanzarían. Primero, caerían sobre Viena, situada subiendo desde Hungría por el Danubio, que no ofrecería mucha resistencia... sus habitantes podrían abandonar la ciudad... para ser después vendidos como esclavos. A los mongoles no les gustaban las ciudades; Viena sería reducida a escombros.
Después, irían hacia las ricas tierras de los Países Bajos, arrasando Amberes, Gante y Brujas. Buscando pastos frescos para sus caballos, emprenderían camino al sur, hacia las llanuras de la Francia media, destruyendo, de paso, París.
Posiblemente, una parte del ejército cruzaría los Alpes y descendería al norte de Italia, por el valle del Po, donde encontrarían buena hierba para alimentar a sus caballos e interesantes ciudades para arrasar...hasta llegar a Roma..."

Amberes y Gante eran los nacientes centros financieros de la Europa del siglo XIII. Su destrucción habría hecho retroceder una sociedad bastante desarrollada a las épocas oscuras de la alta Edad Media. Sin capitalismo. Sin imprenta. Sin humanismo.
Sin París, adiós a las bases intelectuales que después hicieron posible un Kepler, un Galileo, un Newton.
Y los mongoles en Italia, ¿se cargarían el papado, como hicieron con el califato de Bagdad? Sin la conexión de Roma con la cultura clásica, ¿habría habido un Dante, un Miguel Ángel, un Leonardo?
Y no sigo...

Lo dicho, el 11 de diciembre, fiesta en toda Europa. San Ogodei.
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(*) Cecelia Holland - The Death that Saved Europe - The Mongols Turn Back, 1242. En el libro: What If? The World´s Foremost Military Historians Imagine What Might Have Been - Editado por Robert Cowley - 1999





3 comentarios:

  1. Los ejercicios de "what if..." que podemos hacer son infinitos, pero la realidad es lo que cuenta. Como ejemplo, podemos recordar las elecciones de abril del año pasado y lo que hubiese ocurrido si mi paisano Rivera..., pero seguro que Ángel no hará un post sobre ello.
    Nadie puede suponer que los mongoles hubieran seguido ganando batallas y arrasando ciudades, porque sus antecesores los hunos, también victoriosos siempre, fueron aniquilados en la batalla de los Campos Mauríacos o Cataláunicos, en Francia y no llegaron nunca a Hispania.
    Lo importante de Europa es que es una península, salvo por el lado que comenta este post y que cada pueblo en su frontera se ha dejado la piel defendiéndola. Sólo los bizantinos fracasaron en esta labor y por eso ya no son una nación. Los hispanos de la época, efectivamente, "andábamos en otras cosas", pero no menos difíciles. Habíamos derrotado solitos al imperio almohade en la Batalla de Las Navas de Tolosa (1212), le habíamos arrebatado la simbólica Córdoba (1236) y su capital provincial de Al-Ándalus, Sevilla, estaba a punto de caer (1248). Y en concreto, en ese año de 1241 les arrebatamos Zafra, Guadalcanal, Estepa, Porcuna, Albacete, Jumilla, Caravaca... Y Hungría no estaba tan lejos de la Península como cabría esperar, pues Jaime I estaba casado con Violante de Hungría y precisamente en 1241 donó a uno de sus cortesados, Dionisio de Hungría, Canals (Valencia).
    Quien "andaba en otras cosas" bien poco útiles es el emperador del Sacro Imperio Federico II, que en 1241 estaba... sitiando Roma. Secuestró a dos cardenales y al morir el papa el 22 de agosto no había forma de alcanzar una mayoría y los encerraron con llave (el primer "cónclave"), lo que provocó la muerte de otros dos. Poco edificante la actitud del alemán, la verdad.

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    1. Muchas gracias, Jordi; contigo siempre se aprende. Lo único, cuando insistes en el uso del nosotros (habíamos derrotado, habíamos arrebatado, les arrebatamos,...) me recuerda un poco la visión de mis libros de primaria, donde la Historia siempre se narraba con la perspectiva del espectador "ibérico" ancestral: aquí estábamos "los de siempre"; venían los griegos, los romanos, los cartagineses, los suevos, los alanos, los visigodos, los árabes, los judíos, los ... algo influían en nosotros, "los verdaderos hispanos", pero poco... Pasado un tiempo (algunos 8 siglos) se marchaban y aquí paz y después gloria.
      Un abrazo,

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    2. Totalmente de acuerdo Ángel.
      Yo no soy partidario de ese estilo del "nosotros", porque evidentemente no estábamos, simplemente me he limitado a proseguir en el mismo estilo de la frase tuya que me ha dado pié al comentario: "andábamos en otras cosas". Será la influencia de los libros de primaria.

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