Chuetas

Si a la hora de hacer una reserva en un restaurante de Madrid lo haces a nombre del Sr. Segura Aguiló, es muy probable que el maître se limite a anotarlo tal cual en el libro de reservas. Si haces la misma gestión en un restaurante de Palma de Mallorca (y el maître es mallorquín o lleva tiempo en la isla) es bastante probable que, aunque de modo casi imperceptible, haya algún tipo de lenguaje no verbal que denote que allí esos apellidos significan algo "diferente". Es una historia de hace 500 años. La historia de los chuetas, de la que yo, como supongo que también muchos de vosotros, había oído algo, pero por la que recientemente me he interesado más en profundidad. Y es muy curiosa (y quizá también cabría darle algún que otro adjetivo más fuerte para describirla).

Plano de Mallorca con la ubicación del barrio judío, antiguas sinagogas y la Casa de la Inquisición

Por sentar las bases, recurrimos a la RAE: Chueta 1. m. y f. Bal. Descendiente de judíos conversos. O sea que es un término local de las Islas Baleares ("xueta") que se usaba para identificar a los judíos que se habían convertido al cristianismo. Sobre el origen del término hay, básicamente, dos teorías: la que lo refiere a "xulla" = tocino (alimento prohibido para los judíos) y la que lo hace a "xuetó" = pequeño judío (un poco despectivo). 

En un repaso rápido de la historia, hay constancia (una carta de un obispo llamado Severo) de que ya había judíos en las Baleares en el siglo V. Formaron su barrio judío (el "call") como en otras ciudades de la Península, y se dedicaron, en general, a sus oficios típicos. También hubo casos notables, como los de los cartógrafos Cresques Abraham y su hijo Jafudá Cresques, a los que se les atribuye, junto con otros cartógrafos de la época, la confección del  mapamundi conocido como "Atlas Catalán" de 1375.

También, como en otras ciudades, hubo en Palma episodios de persecución, el más grave en el año 1391, que supuso la muerte de 300 judíos en una población estimada por entonces de unos 2.000. 

A diferencia de otras ciudades, en 1435 se produjo la conversión masiva de todos los judíos en las Baleares. Real o aparente, quién sabe, pero, a efectos oficiales, cuando en 1492 llegó el decreto de expulsión de los Reyes Católicos, en las Baleares no hubo nadie a quien expulsar.

Sanbenito de un "herege judaizante" de Tuy (Pontevedra)

Pero ahí empezó la labor de la Inquisición, para la que nadie estaba libre de sospecha. En diversos procesos entre los años 1488 y 1535, se llegaron a encausar 769 conversos, de los que 535 fueron "relajados" (eufemismo para decir que ordenaron su ejecución, eso sí, por el brazo civil) y 234 "reconciliados", lo que no implicaba su muerte pero sí, en la mayoría de los casos, la enajenación de todos sus bienes y el ostracismo más absoluto. 

En 1691, siglo y medio después, tuvo lugar otro proceso significativo, que supuso la sentencia a muerte de 37 "criptojudíos", término empleado para designar a los conversos que seguían practicando, en secreto, la religión hebrea. Y la imposición de los "sanbenitos" a otros muchos "herejes" en general. 

De ahí proviene la identificación de algunos apellidos como pertenecientes a estas familias de judíos conversos. Porque, en el año 1755, se publicó un documento con la "Relación de los sanbenitos que se han puesto, y renovado este año de 1755 en el Claustro del Real Convento de Santo Domingo, de esta Ciudad de Palma, por el Santo Oficio de la Inquisición del reino de Mallorca, de reos relajados y reconciliados públicamente, por el mismo Tribunal desde el año de 1645". 

Y ahí quedaron para la historia sus nombres y apellidos. 

Es un documento tremendo, sin desperdicio. En una de sus páginas, que copio a la derecha, quedan reflejadas las distintas versiones que esa "relajación" suponía:

- relajado en persona y quemado vivo
- relajado en persona y quemado muerto
- relajado y quemado en estatua

Se diferenciaba entre los que eran judíos a secas de los que eran "judío pertinaz" o "judío relapsado" (que ya había sido condenado anteriormente). También se puede leer que no sólo había sanbenitos para los judíos, sino también para los "hereges luteranos" y para los "apóstatas mahometanos".

Pues así, repasando los nombres y sentencias de los 278 que aparecen en esta relación, es de donde se llegaron a identificar 15 apellidos asociados, a partir de entonces, con los judíos conversos:

- Aguiló

- Bonnín

- Cortés

- Fortesa

- Fuster

- Martí

- Miró

- Picó

- Pinya

- Pomar

- Segura

- Tarongí

- Valentí

- Valleriola

- Valls

La página final también es durísima:

"Todos los Reos contenidos en esta Relación han sido condenados por este Santo Oficio públicamente como herejes formales, confiscados todos sus bienes y aplicados al Real Fisco, declarados por inhábiles, incapaces de tener, ni obtener, dignidades ni beneficios, así eclesiásticos como seglares, ni otros oficios públicos, ni de honra, ni poder traer sobre sí ni sus personas, oro, plata, perlas, piedras preciosas, ni corales, seda, chamellote, ni paño fino, ni acudir a caballo, ni traer armas, ni ejercer, ni usar de las otras cosas que por derecho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos, e instrucciones y estilo del Santo Oficio a los semejantes inhábiles son prohibidas, extendiéndose esta privación en las mujeres relajadas a sus hijos e hijas, y en los varones relajados hasta sus nietos por línea masculina, condenando asimismo la memoria y fama de los difuntos relajados en estatua, mandando desenterrar sus huesos... ". En fin. 

Volviendo a los apellidos, por supuesto que habría Seguras o Aguilós que no fueran criptojudíos, así como isleños de apellido Salom, Elías o Abraham que a saber lo que hacían en sus casas durante la Pascua o en la fiesta de Purim, cuando se celebraba "el ayuno de Esther". Pero no aparecían en la "lista maldita". Y así se fue fraguando el proceso de discriminación hacia ese grupo de personas por el simple hecho de tener un apellido "sospechoso".

La discriminación también llevó a un proceso de endogamia. Puesto que los matrimonios o, simplemente, las relaciones "mixtas" no estaban bien vistas por una parte de la sociedad, se propiciaron los enlaces entre personas con apellidos de la lista, dando origen a una cierta "guetización" social.

A partir de los años 60 del siglo pasado, primero con el auge del turismo en las Baleares, después con los nuevos aires de la democracia en España, y con la evolución de las creencias sociales, se fueron denunciando los todavía presentes signos de discriminación, al tiempo que los chuetas tomaban mayor conciencia de su singularidad y, también, afloraba un sentimiento de orgullo de pertenencia a un grupo con mucha historia a sus espaldas.

En los últimos años se ha creado la asociación ARCA-Llegat Jueu, el grupo de investigación Memòria del Carrer,​ el Instituto Rafel Valls, de carácter religioso, y la revista Segell. También, la ciudad de Palma se ha integrado en la Red de Juderías. Se han grabado distintos documentales sobre la historia de los chuetas como:

- "Los chuetas de Mallorca: Historia de una infamia" - Entrevista en 2020 con Miquel Segura Aguiló (cuyos apellidos he usado para la anécdota del comienzo del post)

- "Xueta Island - A Hidden History" - de Dani Rotstein , estrenado en 2022.

Estatua del cartógrafo judío Jafudá Cresques en Palma

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Posdata: En algunos artículos periodísticos se ha especulado sobre el posible origen chueta de la familia Botín, los artífices del Banco Santander (quizá por asimilación al Bonnín de la lista de apellidos chuetas). Nunca ha sido demostrado, ni la familia se ha ocupado en confirmarlo o desmentirlo. En las genealogías disponibles en la red, el antepasado más antiguo fechado es José Mª Botín Cano (1795-1865), nacido en Puerto Real (Cádiz) y fallecido en Santander (Cantabria). Médico de profesión. Tatarabuelo de Don Emilio.

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