Posesiones americanas en tiempos de Carlos V |
Además de los encuentros, más o menos amistosos, más o menos beligerantes, con los indígenas, los expedicionarios iban observando la naturaleza de las nuevas tierras: vegetación, árboles, frutos, animales, pájaros, insectos, usos de la tierra, alimentos y bebidas preparados por los nativos, etc... y comparándolos, de forma inevitable, con lo que ellos conocían. No veían vacas, cabras, caballos ni corderos... acaso algo parecido a un cerdo pequeño, ni tampoco trigo ni cebada... aunque sí que había un cereal omnipresente, el maíz. Y un tubérculo curioso, la patata. Tampoco había olivos ni, por tanto, aceite de oliva. Ni viñas como ellos las conocían; había unos arbustos similares, pero que no daban racimos de uvas sino de unos frutos minúsculos que los indios comían como pasas...
Elaboración del pulque |
Desde los primeros viajes de Colón, el vino representaba una parte importante en la dieta de los expedicionarios y, por tanto, del cargamento en las bodegas de las carabelas. Pero, en pocos años, el número de colonos en el Nuevo Mundo aumentó de forma notable, y las necesidades de vino, también. Y el contraste de oferta / demanda llevó a que el vino llevado desde España alcanzara precios desorbitados... A alguien se le ocurrió entonces que, mejor que mover toneles de líquido a través del océano, por qué no plantar vides en aquellas tierras y elaborar "in situ" el preciado líquido. Y se llevaron los primeros sarmientos. Pero el resultado no fue el esperado.
(Copio, a continuación, algunos párrafos del interesante trabajo del ingeniero agrónomo y viticultor extremeño Marcelino Díaz González, titulado "La vid y el vino en el mundo de Hernán Cortés" presentado en 2019 en el Congreso sobre el "V Centenario de la llegada de Hernán Cortés a México", celebrado en Medellín, Cáceres)
"La "Vitis vinífera", bajo sus diferentes variedades, no existía como tal especie en la América precolombina. En cambio, si existían en gran parte del continente y en especial en Nueva España numerosas especies de vides silvestres del Género Vitis como la "Vitis rupestris", la "Vitis berlandieri", "Vitis cinérea" o la "Vitis labrusca", la "Aestivalis" y la "Rotundifolia". Todas ellas tienen un gran desarrollo vegetativo, pero una producción de frutos de muy escaso tamaño y del cual era difícil elaborar vino...
Filoxera |
6. Item, que qualquier vezino que tobiere indios de repartimiento sea obligado a poner con ellos, en cada un año, con cada cien indios de los que tohiese de repartimiento, mil sarmientos, aunque sean de la planta desta tierra, escogiendo la mexor que podiese hallar, entendiéndose que los ponga e los tenga presos e bien curados, en manera que puedan fortificar. Los quales dichos sarmientos pueda poner en la parte que a él le paresciere, no perxudicando tercero, e que los ponga en cada un año, como dicho es, en los tiempos que combiene plantarles, fasta que llegue a cantidad con cada cien indios, cien a mil zepas. So pena que por el primer año que no los posiere e cultivare, pague medio marco de oro aplicado como dicho es, e por la segunda, la pena doblada; e por la tercera pierda los indios que así tobiese.
7. Item, que habiendo en la tierra plantas de vides de las de España en cantidad que se pueda hacer, sean obligados a engerir las cepas que tuviere de las plantas de la tierra.
O sea que, por un lado, se fomenta (más bien se obliga a los colonos con tierras e indios asignados) el cultivo de la vid y, por otro, se indica la forma de hacerlo. La clave está en la última frase: "engerir las cepas". Hay que recurrir al Diccionario de la RAE para entender que injerir, con jota y donde la "e" inicial ha evolucionado a "i", es sinónimo de injertar. Ingerir es otra cosa.
Es decir, que sin conocer la razón "técnica" de la imposibilidad de que las viñas europeas arraigaran de forma estable en el suelo americano (la plaga de la filoxera), dieron con un método de cultivo que obviaba el problema.
Volvemos al trabajo de Marcelino Díaz:
"El injerto es una técnica de propagación de plantas leñosas que tiene su origen en China, donde se conoce desde mil años a. C. Consiste en la sustitución, parcial o total, de la parte aérea de una planta manteniendo el tallo y su sistema radicular.
Desde la capital mexicana se extendería hacia las regiones más septentrionales, como Querétaro, Puebla, Oaxaca, Guanajuato, y San Luis de Potosí. Después, llegaría, de la mano del jesuita Pedro de Espinareda, a la misión de de Santa María de las Parras en tierras de nueva Extremadura y, más tarde, en 1697, llegaría a la Baja California, a la misión de Santa María de Loreto Conchó, fundada por el jesuita Juan María Salvatierra. Continuaría después a tierras más septentrionales, a la misión de San Javier, donde la plantaría Fray Juan de Ugarte. Los dominicos y Fray Junípero Serra se encargarían de cultivarla por toda la costa del Pacífico hasta llegar a Canadá.
El cultivo de la vid, gracias a las Ordenanzas de Hernán Cortes, acabaría extendiéndose por los hemisferios norte y sur del continente americano, cuya climatología es apta para el mismo. Hoy día, México tiene una superficie (de viñas) de 34.000 Has. y el continente americano tiene un total de un millón de Has., con una producción de 56 millones de hectolitros. América es el segundo continente productor de vinos del mundo, detrás de la Europa mediterránea".
¡El injerto como bonita metáfora del mestizaje! Pero sigamos con la historia. Antes que a Perú, la filoxera, podríamos decir que por culpa de la "globalización", llegará a Europa: a Francia, en 1863. A España, concretamente a Málaga, en 1878. Desde Francia se extiende por todo el continente, particularmente por la Península Ibérica: Cataluña (1879), Navarra (1896), La Rioja (1899), Ribera del Duero (1904). Las consecuencias fueron devastadoras...
Y la solución volvió a ser el injerto. Previamente hubo que replantar todos los terrenos con "pies americanos" a los que se injertaron las variedades autóctonas. Fue un proceso tremendo en todas las zonas vinícolas españolas, que quizá merece un artículo específico.
Conozco algunos vinos de la provincia de Segovia, blancos y tintos, muy ricos, que así lo proclaman. Hay que hacer patria...
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El artículo completo lo podéis leer aquí. Páginas 211 a 240.
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Tatiana R. ha entendido la vid y el vino como uno de los puentes que unió el Viejo y el Nuevo Mundo. Y ésta es su preciosa ilustración:
Ilustración de Tatiana Restrepo (www.tatisart.com) para "Curios" |
"La idea es el puente hecho de las vides y la mezcla entre dos mundos muy distantes en esos momentos. Por eso los he puesto en dos globos terráqueos; el del Viejo Mundo y el Nuevo Mundo como se le llamó. De hecho, he incluido una especie de monstruo marino muy típico de los mapas antiguos que marcaba la frontera de lo desconocido.
Inspirado en la grafía precolombina, he creado el símbolo del vino y el otro el del bicho de la filoxera. También la decoración de la carta está inspirada en la cruz andina símbolo de eternidad" T.R.
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Pues sí que se dieron prisa los primeros colonos en resolver el problema de la filoxera y llevar tempranillo a Chile para no tener que beber "vino ruin".
ResponderEliminarMuy bonita la ilustración de Tatiana
Después de leer tu historia, y como impresión global, parece que los españoles llevamos al menos algo bueno a las Indias. Bueno, eso parece en tu artículo (el de Marcelino Díaz no lo he leído). Sin embargo, ellos, los nativos de aquellas tierras ¿qué pensarían?, es más ¿qué pensarán hoy en día? de este aporte del vino a su agricultura. ¿les parecerá bien o deberemos pedirles perdón por ello?
ResponderEliminarCuando el señor López Obrador dice que España tiene que pedir perdón a Mexico por las fechorías que hicieron Hernán Cortés y sus muchachos, siempre pienso lo mismo. ¿Cuantos barcos llevó Cortés. Los que luego quemó?, ¿Cuántos individuos cabían en cada nave?. Pongamos, es un suponer, cinco barcos a cuarenta personas por barco, dos cientos españolitos. ¿y ellos solos se las pintaron para conquistar todo un territorio de la vastísima extensión y de la diversidad cultural, étnica, religiosa, etc de lo que entonces todavía no era un Estado que luego se llamó México.
Y mi conclusión es que mejor haría el señor presidente del Estado Mexicano en estudiar y conocer mejor la historia de su país y de sus antepasados.
Bonito artículo sobre la historia e importancia del vino. Yo quiero añadir un consejo : Casa Castillo de Jumilla tiene un Pie Franco excepcional. No es barato pero hay que probarlo alguna vez. Un poco más baratos, pero también excelsos y de la misma bodega son La Tendida y Las Gravas.
ResponderEliminarInteresante artículo! El problema para la filoxera es que pasa el invierno en cuevas que excava en el suelo, y, por ello, le van fatal los suelos arenosos (en cuanto caen cuatro gotas, se derrumba la cueva y el insecto muere). Por eso sobreviven viñedos prefiloxéricos en la muy arenosa zona este/nordeste de la provincia de Segovia
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