viernes, 11 de abril de 2025

Tawantinsuyu - 1491

En el año 2005, Charles C. Mann (1955), escritor y periodista norteamericano, publicó su obra "1491 - New Revelations of the Americas before Columbus", que daba una panorámica de las distintas civilizaciones, tribus, grupos humanos,...  que habitaban los continentes americanos, Norte y Sur, antes de la llegada de los europeos. Y también, un poco de historia de cómo se había llegado hasta esa situación. 

Resultó un libro muy revelador para mí cuando lo leí en su día, teniendo en cuenta que lo normal en el colegio era pasar de una hipotética colonización del continente desde Asia a través del paso de Bering muchos miles de años atrás, a encontrarse con unas civilizaciones azteca, maya o inca perfectamente desarrolladas y asentadas en sus territorios y esperando a ser "descubiertas" por los europeos. Y todo lo importante parecía que sucedía a partir de 1492...

viernes, 4 de abril de 2025

Las 368 toneladas de azogue de Almadén que no llegaron a México

Ya vimos en dos posts anteriores, "Del fustán al mercurio: así se gestó la fortuna de los Fugger" (marzo de 2020) y "La auténtica "vía de la plata"" (mayo de 2020) el papel crucial que el azogue, nombre clásico del mercurio, tuvo a partir del siglo XVI en la producción de plata en América (proceso de amalgamación mediante el "método de patios"), y cómo, gran parte de ese elemento, extraído y procesado en las minas de Almadén (Ciudad Real), fue transportado por vía marítima desde el puerto de Cádiz. 

A comienzos del siglo XVIII este comercio seguía "viento en popa", y se organizaban flotillas para realizar el trayecto Cádiz-Veracruz, en Nueva España (seis en el primer cuarto de siglo). De la que vamos a hablar en este post es de la que partió de Cádiz el 11 de julio de 1724. Estaba compuesta por la nave capitana Nuestra Señora de Guadalupe y la nave almiranta San José, conocida entre los marineros como "la Tolosa". A bordo de la primera iba el teniente general Baltasar de Guevara y Vinuesa, que mandaba la escuadra, el capitán del navío, el guipuzcoano Gabriel de Mendinueta y, señal de la gran importancia del cargamento de azogue, el maestre de plata Francisco Barrero Peláez. El capitán de la segunda era Sebastián de Villaseñor. Entre tripulación y pasajeros, en las dos naves iban unas 1.200 personas.