martes, 31 de marzo de 2020

Del fustán al mercurio: así se gestó la fortuna de los Fugger

Carlos V en Augsburgo, con el banquero Anton Fugger
En un post anterior, prometía abordar la historia de la familia Fugger, tan ligada a los primeros monarcas hispanos de la familia Habsburgo (Carlos y Felipe). Hay abundantes artículos, estudios y libros que la documentan (al final incluyo dos buenas referencias para quien quiera profundizar en el tema). Pero, como acostumbro, lo que voy a hacer es resaltar aquellos hechos que me han parecido curiosos, y que tal vez quedan escondidos en un libro de 700 páginas.

Empezando por el principio, lo primero es constatar que aun siendo una familia dedicada, no en sus comienzos pero sí en su época de mayor esplendor, a las transacciones financieras (que eran prestamistas, vaya), no eran judíos, sino católicos. Y eso en medio de la Alemania del siglo XVI, bastante más "protestante" que "católica".


Se considera "fundador" de la saga a Hans Fugger, que era tejedor y que, en 1367, se traslada a Augsburgo desde un pequeño pueblo, Graben, situado al sur de la ciudad. Dos de sus hijos serán los "cabezas" de dos ramas diferentes: Andreas Fugger de los "Fugger vom Reh" (reh=corzo) y Jakob Fugger (conocido como Jakob "el Viejo" para distinguirle de los que vendrán después) de los "Fugger von der Lilie" (lilie=lirio) por los símbolos que aparecen en sus respectivos escudos.

Lukas Fugger, con sus dos esposas
y el escudo del "corzo"
La rama "del corzo" fue la que primero empezó con el negocio "bancario", en especial el primogénito de Andreas, Lukas Fugger, pero tan rápido como fue su ascenso, así fue su caída, pues declaró bancarrota en 1504 (lo cual era un estigma social considerable en aquel tiempo y lugar) y dejó el paso libre a los "del lirio".

Jakob "el Viejo" se casó en 1441 con Barbara Bäsinger (¿antepasado remoto de Kim?), hija de un reputado orfebre de la ciudad, que tuvo un importante papel en la administración del patrimonio familiar a la muerte del patriarca en 1469 (le sobrevivió 28 años). Los 3 hijos que siguieron con el negocio fueron Ulrich (n. 1441), Georg (n. 1453) y Jakob (n. 1459).  Nos fijaremos en este último. Era el 10º de 11 hermanos y, por definición, estaba destinado a ser clérigo, y parece que empezó a cursar los estudios correspondientes. Pero algo debió de ver en él el hermano mayor, Ulrich (le llevaba 18 años), que cuando llegó a la mayoría de edad, le "rescató" de su destino en la Iglesia y le incorporó al negocio familiar, destinándole a la "oficina comercial" que tenían en Venecia. Y aquí entra en escena el fustán.

Confieso que lo tuve que buscar en el diccionario. Quizá sea una palabra que se use entre entendidos, pero a mí no me sonaba de nada. Y esto es lo que pone el diccionario de la RAE:

fustán
Jakob Fugger "el Rico"
1. Tela gruesa y algo burda de algodón, afelpada por una de sus caras; se utiliza principalmente para prendas de abrigo y prendas de vestir corrientes.

Pues parece que, a finales del siglo XV, la ciudad de Augsburgo era el centro fabril de fustán por excelencia en toda Alemania, y la familia Fugger la propietaria de algunos de los telares más importantes. La materia prima fundamental, el algodón, llegaba a Europa por Venecia, y allí estaba el joven Jakob para negociar las mejores condiciones para sus suministros. 

El negocio les iba bien. Por los libros-registro de los impuestos recaudados por la ciudad de Augsburgo, que se conservan desde 1300, se puede ver que el patrimonio declarado por los tres hermanos (hacían "declaración conjunta") pasó de 100.000 florines en 1504 a 258.000 en 1510. O sea que ganaban como para tener excedentes. Y así empezaron a labrarse su futuro como prestamistas.

Escudo de los mineros y de la ciudad de Schwaz
Fue unos años antes, en 1485, cuando los tres hermanos hicieron un modesto préstamo de 3.000 florines al Archiduque Segismundo del Tirol. Con la peculiaridad de que era un préstamo sin intereses, pero que se iba reembolsando en plata (en aquellos años, las minas de plata del valle del Inn (Schwaz y Hall), en el Tirol, eran las mayores de Europa). Y esa plata se "compraba" a un precio fijo, de 8 florines, bastante por debajo del precio de mercado, de los que 5 iban para el fundidor y 3 para el Archiduque, oséase, para los Fugger.

Debieron de caerle bien los banqueros alemanes al austríaco, porque sólo 3 años más tarde, en 1488, los Fugger, a cambio de un préstamo de 150.000 florines, se hacen con los derechos sobre toda la producción de las minas de Schwaz. En un cálculo aproximado, esos derechos podrían suponer unos 4.500 kg de plata (a precios actuales, unos 2.250.000 €). Y, ya puestos, también compraron la producción de plata y cobre de otras minas en la actual Eslovaquia.

Otro cliente importante de los hermanos Fugger fue el Emperador Maximiliano de Habsburgo (1459-1519), primo de Segismundo, que a la muerte de éste, en 1496, heredó su patrimonio (y también sus deudas), y que necesitaba, además, financiación para sus campañas. Y también el Papa León X, que en 1515 les encargó la gestión de la venta de indulgencias para seguir financiando la construcción de la Basílica de San Pedro (uno de los motivos de la "protesta" de Martín Lutero). 

Pero el "cliente premium" de los Fugger fue Carlos V. En 1519, a la muerte de su abuelo Maximiliano, Jakob financió, con 500.000 florines, la elección de Carlos I de España como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Este préstamo se iba a ir recuperando con las rentas del Maestrazgo, del mercurio de Almadén (a partir de 1525, en distintos períodos de tiempo) y de la plata de la mina de Guadalcanal, en Sevilla (a partir de 1632, reinando ya Felipe IV) . Todo esto merece una explicación.

Figura de Germania con los escudos de los 7
"príncipes electores"
Primero, la financiación de la "campaña electoral" del aspirante a Emperador. Pero no pienses en grandes carteles en los mercados pidiendo el voto, ni "bardos" contratados para loar las cualidades del candidato, ni "buzoneo" de programas electorales por las casas... Los que elegían al nuevo Emperador eran 7. Siete. Seven. Zazpi. Eso sí, señores todos muy principales: arzobispo de Maguncia; arzobispo de Tréveris; arzobispo de Colonia; rey de Bohemia; margrave de Brandeburgo; conde palatino del Rin y el duque de Sajonia. Y los 500.000 florines (un 60% de la cifra total) pues... ¿alguien ha dicho sobornos? Dejémoslo en influencia persuasiva.

Después, los "maestrazgos". En la España de la Edad Media se llamaban así los territorios o señoríos de la jurisdicción del Maestre de una orden militar. Por "orden de antigüedad" estaban las de Calatrava, Santiago, Alcántara y Montesa. Fue en 1523 cuando las tres primeras (Montesa lo hizo en 1587 y, técnicamente, a la Corona de Aragón) se integraron en la Corona de Castilla, pasando los maestrazgos a ser rentas del Rey (y, por cesión, de sus proveedores, en este caso los Fugger).

Y llegamos al mercurio. Siempre despertó la curiosidad por el hecho de permanecer líquido a temperatura ambiente. Los griegos utilizaban el mercurio para hacer ungüentos, los egipcios y los romanos lo usaban como cosmético, y también ha sido encontrado en algunos templos pertenecientes a los mayas y los aztecas. Las minas de Almadén, provincia de Ciudad Real, ya eran  explotadas desde la antigüedad. Pero el "hecho disruptivo", como se diría ahora, que cambió drásticamente la importancia del mercurio (y su valor) fue el descubrimiento, en 1554, del llamado "método de patios" para extraer la plata del mineral mediante su amalgamación con mercurio.

El método se le atribuye a Bartolomé de Medina, metalúrgico español radicado en México, pero él mismo "confesó" que "inicialmente enfocó su atención en aprender sobre los nuevos métodos de las fundiciones en España. Durante sus investigaciones, entró en contacto con un alemán, conocido tan solo como el "Maestro Lorenzo", quien le dijo que la plata podía extraerse de los minerales usando mercurio y una salmuera de agua salada". Ni rastro del tal Herr Lorenz.
Antón Fugger (1493-1560)

Ya fuera vista empresarial, intuición o información privilegiada (entre alemanes andaba el juego), el caso es que los Fugger se encontraron en medio de esta "burbuja" del mercurio como receptores de las rentas de las minas de Almadén. Pero era ya una nueva generación de banqueros. Jakob "el Rico" había fallecido en 1525 sin descendencia. Y fue uno de sus sobrinos, Antón Fugger (1493-1560) el que tomó las riendas del negocio, junto con su hermano Raimundo y su primo Jerónimo.

Pero, con la llegada al trono de Felipe II, cambió  su suerte. Más que nada porque, en 1557, declaró la primera "suspensión de pagos" de su reinado (hubo después otras dos, en 1575 y 1596). Y les pilló a los Fugger "con el carrito del helao". Parece que finalmente la pérdida se quedó en un 40% de la deuda. Markus Fugger (1529-1597), hijo de Antón, continuó con el negocio familiar, pero nunca volvió a alcanzar el esplendor de los años dorados.
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Como dije al principio, hay numerosos trabajos sobre los Fugger. Me han parecido interesantes estos dos:

- "Carlos V y sus banqueros" - Ramón Carande - reeditado en 1987 - No da muchos datos específicos sobre los Fugger ni sobre los demás banqueros del Emperador, pero sí una visión enciclopédica sobre la economía de esos años, las relaciones comerciales, los tipos de impuestos, las partidas de presupuesto y, en fin, el papel de los banqueros en general.

- "The Fuggers of Augsburg - Pursuing Wealth and Honor in Renaissance Germany (1367-1650)" - Mark Häberlein - 2012 - Este sí que es un relato exhaustivo sobre la familia a lo largo de tres siglos.




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