viernes, 23 de junio de 2023

A buenas horas, mangas verdes...

José María Iribarren (Tudela, 1906 - Pamplona 1971), abogado, periodista y escritor, publicó, en 1954, el libro titulado "El porqué de los dichos", donde recogía "las diversas y a veces divergentes opiniones sobre la procedencia y el porqué de los dichos populares de España". En el prólogo, él mismo reconocía que "este libro que tienes en las manos no es la obra científica y solemne, sistemática y exhaustiva, de un investigador profesional. Es el ensayo, medio erudito y medio divertido, de un simple aficionado a estas curiosidades del idioma". Tuvo sucesivas ediciones y ampliaciones.

Desde que lo compré, en la re-edición de 1994 auspiciada por el Gobierno de Navarra, siempre lo he tenido como libro de consulta, donde acudir siempre que se suscita, en la lectura o en la conversación entre amigos, la pregunta sobre de dónde procederá tal o cual dicho, modismo o frase hecha, que se usa habitualmente sin pararse a pensar en su origen.

De los cientos de entradas que se incluyen en el libro, he seleccionado aquéllas que me han parecido más curiosas, de origen menos conocido o más "sorprendentes". Seguro que conoces todas o casi todas; que, de más de una, conoces o crees conocer el origen, pero dale una vuelta. 


Podrían ser muchas, pero vamos a empezar con las primeras 6; si hay interés, iremos añadiendo nuevos posts. Toda la información procede del libro; el mérito es de Iribarren. Me he limitado a resumirla, adaptarla y, en todo caso, presentarla de una forma más  divulgativa. Empezamos por la que da título a este primer artículo:

A buenas horas, mangas verdes - "Dícese de todo lo que llega a destiempo, cuando ha pasado la oportunidad y resulta inútil su auxilio". 

Hace alusión al color verde de  las mangas del uniforme de los soldados de la Santa Hermandad, institución creada en la Edad Media y regularizada por los Reyes Católicos en 1476. Era un tribunal con especial jurisdicción, encargado de juzgar y castigar los delitos, particularmente los que se cometían fuera de las ciudades y los pueblos por los salteadores de caminos. Verdadero precedente de la Guardia Civil que, es curioso, "heredó" el color verde del uniforme.

El sentido de la frase proviene de que, en el sentir popular, los cuadrilleros (iban en cuadrillas, grupos de cuatro) de la Santa Hermandad casi nunca llegaban a tiempo para capturar a los malhechores, y los delitos quedaban impunes.


Estar a la cuarta pregunta - "Estar escaso de dinero o no tener ninguno".

El propio Iribarren constata dos posibles orígenes. El más folclórico haría referencia a las novatadas con las que los estudiantes de la Universidad Complutense recibían a los nuevos universitarios. Así, les preguntarían: ¿Salutem habemus? ¿Ingenium habemus? ¿Amores habemus? ¿Pecunian habemus? Y, como lo habitual era que contestaran afirmativamente a las tres primeras preguntas y no así a la última, se tomó como equivalente a no tener dinero el "estar a la cuarta pregunta".

El más contrastado era que, en tiempos históricos, cuando un escribano tomaba declaración a una persona en cualquier proceso público, el formulario empezaba por unas preguntas de tipo general, que normalmente eran: 1ª) Nombre y edad 2ª) Patria y profesión 3ª) Religión y estado 4ª) Rentas. Con frecuencia los declarantes, al responder a la última, declaraban ser pobres de solemnidad. Si, en posteriores declaraciones, el juez hacía preguntas relacionadas con el bolsillo del declarante, éste respondía remitiéndose a lo dicho en "la cuarta pregunta".


La ocasión la pintan calva - "Aprovecha las oportunidades cuando se presentan, pues puede que no vuelvan".

En el Olimpo griego y en el Panteón romano había dioses y diosas para todo. Unos/as más conocidos y otros/as menos. Pues parece que los romanos tenían una diosa llamada precisamente así, "Ocasión" ("Occasio" en latín), a la que pintaban como una mujer hermosa, enteramente desnuda, puesta de puntillas sobre una rueda y con alas en la espalda o en los pies, para representar que las ocasiones buenas pasan rápidamente. Representaban a esta diosa adornada con una abundante cabellera por la parte delantera de la cabeza y enteramente calva por detrás, para expresar la imposibilidad de asir por los pelos a las ocasiones después de que han pasado y la facilidad de asirse a ellas cuando se las espera de frente. Un dicho relacionado es el de "coger la ocasión por los pelos".

En la 2ª parte, capítulo 31 del Quijote, "Que trata de muchas y grandes cosas", se dice que Sancho "tomaba la ocasión por la melena en esto del regalarse cada y cuando que se le ofrecía".

La representación clásica de esta diosa se atribuye al escultor Fidias. La imagen de la derecha es un extracto de un fresco de Andrea Mantegna o su escuela fechado hacia el 1500 y conservado en el Museo de la Città  en Mantua.


Atar los perros con longaniza - Dicho de un determinado lugar: "que se vive con holgura y hasta ostentación; que no tienen problemas económicos". Suele emplearse también en sentido negativo, indicando a una persona que no debe hacerse ilusiones: "No creas que allí atan los perros con longaniza".

"Tío Rico, el choricero de Candelario"
Tapiz de Ramón Bayeu (1786)
Este dicho es de los que hay consenso en que tuvieron origen en un lugar y un momento determinado. En concreto, en el pueblo de Candelario (Salamanca). Al parecer tuvo lugar, a finales del siglo XVIII, en la fábrica del acaudalado industrial don Constantino Rico, conocido como "El tío Rico, el choricero", nombrado por Carlos IV proveedor de la Real Casa.

Tenía el tío Rico en la planta baja de su casa un gran taller de embutidos, donde trabajaban muchas obreras. Un día se le ocurrió a una de éstas atar con una larga ristra de longaniza a un perrillo de la casa y sujetarlo de ese modo a la pata de un asiento. Un chiquillo, hijo de otra obrera, que entró en aquel momento a dar un recado a su madre, vio al perro y, al salir, les contó a sus amigos que en casa del tío Constantino ataban los perros con longaniza. La frase se generalizó y aumentó la fama de rico que ya tenía el dueño de la fábrica.

En Italia se usa un modismo similar, pero en este caso con los sarmientos de las viñas, en lugar de los perros: "Vi si legnano le viti con le salciccie". 


Fíate de la Virgen y no corras - "Cuando hablamos con alguien que muestra demasiada confianza en algo y queremos aconsejarle que sea prudente, por su propio interés o por el nuestro".

El dicho proviene de las guerras carlistas. El 1 de julio de 1835, el pretendiente al trono de España Don Carlos María Isidro de Borbón (Carlos V para los suyos), hermano de Fernando VII y tío de Isabel II, la heredera "legítima" según la "Pragmática Sanción", proclamó a la Virgen de los Dolores "Generalísima de los Ejércitos carlistas". Y su imagen se bordó en las banderas carlistas.

Pocos días después, el 16 de julio, los carlistas tuvieron una gran derrota en la batalla de Mendigorría ante las tropas del general Luis Fernández de Córdova y tuvieron que salir huyendo para evitar males mayores. Fue entonces cuando los liberales de la Corte empezaron a usar y difundir el dicho irreverente de "fíate de la Virgen y no corras".


Meterse en camisa de once varas - "Meterse en asuntos que a uno ni le van ni le vienen". 

Esta expresión tiene su origen en la ceremonia que se hacía en la Edad Media para adoptar a un niño como hijo o legitimar a un hijo bastardo. Consistía en que el padre adoptante metía al niño por la manga de una camisa muy holgada y lo sacaba por el cuello, hecho lo cual le daba un beso en la frente y así se daba por realizado el proceso.

Esta camisa era realizada con unas medidas extraordinarias para tal ceremonia. La vara castellana medía 83,5 cm. 11 varas, más de 9 metros, parecen demasiadas incluso para una camisa holgada, por lo que el número hay que entenderlo como un número que se usa para exagerar, con el sentido de "muchas".

___________________________________________________

Pues hasta aquí los 6 primeros dichos.

___________________________________________________

2 comentarios:

  1. Muy relacionado con el Carlos María Isidro de Borbón que mencionas hay otro dicho, que tal vez tengas pensado para un próximo post, así que intentaré no hacer spoiling. “Manos blancas no ofenden”. Atribuido a un ministro que tuvo un desafortunado encuentro con su hermana, la infanta Carlota Joaquina de Borbón, a raíz precisamente del intento de Carlos de proclamarse rey anulando la Pragmática Sanción. El hecho tuvo gran trascendencia en la modernización política de España y hasta hubo un tiempo en que nuestras ciudades se lo agradecían con avenidas dedicadas a esta infanta (Barcelona ya no, ahora se llama Avinguda de Josep Tarradellas).

    ResponderEliminar
  2. Este libro que nos has presentado hoy me ha recordado algún otro que tengo yo por casa. No exactamente en la misma línea, pero de un estilo parecido, diría yo. Son tres libritos. Voy a comentar uno:
    “Life´s Little Instruction Book”
    (511 suggestions, observations, and reminders on how to live a happy and rewarding life)

    Es un libro que escribe H. Jackson Brown Jr. a su hijo Adam, cuando éste se marcha de casa para iniciar una nueva vida en el College. El pobre padre concluye la carta inicial que dirige a su hijo con el siguiente poema:

    Son, how can I help you see?
    May I give you my shoulders to stand on?
    Now you see farther than me
    Now you see for both of us
    Won´t you tell me what you see?

    El copyright del libro es de 1991, así que no tengo ni idea de en cual de mis viajes a Inglaterra o a Estados Unidos lo pude comprar.

    Para terminar, os comento tres “instrucciones” del libro:
    43. Never give up on anybody. Miracles happen every day
    68. Be brave. Even if you´re not, pretend to be. No one can tell the difference.
    123. Learn to listen. Opportunity sometimes knocks very softly

    Los otros dos libritos pertenecen a la serie “Alegrías Riojanas” (Tomos primero y segundo), editados en 2006. Estos los compraría en alguna de las visitas a la bodega correspondiente de algún año en el que estuviera presente en “la comida de la bodega”. Para no desmerecer al padre del primer libro, no voy a comentar nada más. Estoy seguro de que en este foro habrá más de una persona que entenderá perfectamente mis palabras.

    ResponderEliminar