viernes, 16 de junio de 2023

¿Quedamos en Chindasvinto esquina con Leovigildo?

Según la lista "oficial", hubo en total 33 reyes godos en España, desde Ataúlfo (que reinó entre los años 410 y 415) hasta Don Rodrigo (710-711). Algunos nombres, como Recaredo o Liuva se repiten. 

Si te tomas la molestia de consultar el callejero de Madrid, verás que 25 de ellos tienen una calle asignada (habrá que investigar por qué hay 8 que no la tienen, entre ellos el propio Ataúlfo o el famoso Wamba...). Pero lo curioso es que 17 de ellos (y Favila, que no fue rey visigodo, sino duque y, según algunos historiadores, padre de Don Pelayo) la tienen en una zona muy concreta:



Aquí las tienes en Google Maps:



¿Y dónde está este curioso callejero? Pues se trata de la Colonia Tercio y Terol, en el barrio de Carabanchel, junto al Cementerio y Parque de San Isidro. Aquí la puedes situar:



Ya se ve, por su ordenado diseño, que la Colonia fue fruto de un plan urbanístico especial. Es una historia muy curiosa.

La Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones (DGRD) fue un organismo creado en agosto de 1939, al final de la Guerra Civil, con el objetivo de dirigir e inspeccionar los proyectos de reconstrucción, tanto de viviendas, monumentos artísticos, como de infraestructuras, dañadas por la guerra civil.

Tuvo numerosas actividades por todo el país. También en Madrid, que había sufrido una gran destrucción por los largos meses de combates y bombardeos. Hasta 1948, Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo fueron municipios independientes. Por eso, figuraron como "pueblos adoptados" para la actuación de la DGRD. Según algunas fuentes, la Guerra Civil ocasionó la destrucción de casi el 50% de las viviendas de los Carabancheles.

El proyecto de la "Colonia Tercio y Terol" se inició en 1940, aunque la ejecución de la obra se extendió desde 1942 a 1951.  En la Revista Nacional de Arquitectura, en su nº 14 de 1943, se recoge el planteamiento y los objetivos del proyecto:


"Uno de los poblados estudiados por la Dirección General de Arquitectura para resolver el problema de la vivienda humilde en los alrededores de la capital es el que se está construyendo entre los barrios de El Terol y El Tercio, en los términos municipales de Carabanchel Bajo y Madrid. Con este poblado se trata de crear un núcleo de vivienda que enlace las construcciones existentes a lo largo de la calle del General Ricardos con los barrios llamados de las Pavas y El Tercio o la Legión, llenando una laguna falla de edificaciones en la zona que fue línea de combate durante la pasada guerra de Liberación, o con construcciones míseras o desprovistas de las más elementales condiciones de salubridad e higiene. El grupo proyectado se compone de 640 viviendas unifamiliares, adoptándose generalmente la agrupación en hilera, ya que el tipo aislado es caro, sólo conveniente en situaciones económicas holgadas. 

Se han estudiado diversos tipos de dos plantas, atendiendo a las diferentes orientaciones y necesidades, unos que se repiten con carácter general y otros tipos especiales convenientes para destacar efectos estéticos. Existe también un pequeño núcleo de viviendas unifamiliares de tres plantas, en las que se destina la planta baja a comercio. 

Debido al estudio racional de la parcelación, todas las viviendas disponen de un espacio destinado a huerta, en el que se plantarán diversos árboles frutales, y apto para el desarrollo de actividades semirrurales, como el cuidado de animales domésticos y cultivo de hortalizas. Como transición entre la huerta y la casa, se dispone entre ambas un pequeño patio, tendiéndose con la disposición de todos estos elementos secundarios, patios, huertas y tapias, a realzar la vivienda". 

Como se menciona, el proyecto contemplaba varios tipos de viviendas unifamiliares. El más común, el llamado tipo 2, del que se iban a construir 300 viviendas, tenía este diseño:



Dos plantas, 4 dormitorios, 8 personas por vivienda (¿abuelos, padres e hijos?), 95 m2 en total. El diseño de la Colonia tenía claras influencias de las "Ciudad jardín" que,  bajo el impulso del urbanista Ebenezer Howard, se empezaron a construir en Inglaterra a finales del siglo XIX y que luego se fueron replicando por toda Europa (la Colonia de la Cruz del Rayo en Madrid o la Ciudad Jardín de Bilbao, por ejemplo). El diseño contemplaba también una gran plaza central, con su correspondiente iglesia, que no se llegó a construir.



Para la asignación de las nuevas viviendas tuvieron preferencia los antiguos residentes de Carabanchel Bajo que habían visto destruidos sus hogares, las familias de combatientes del bando nacional que buscaban realojo en el nuevo Madrid y el personal de servicio de las casas acomodadas del otro lado del río.

Parece que las calles llevaron los nombres de los reyes godos desde el principio; no sabemos de quién partió la idea. 

Pues eso, si alguien te cita en la calle Chindasvinto esquina con Leovigildo, ya sabes a dónde tienes que ir.

Collage con puertas de casas de la Colonia
Foto: El País 

Posdatas:

1) En los últimos años, y especialmente en la pandemia, esta zona de Madrid se ha revalorizado mucho y se ha hecho popular entre artistas, escritores y profesionales autónomos. Con amplias zonas verdes a su alrededor, buen transporte público con el centro y calidad de vida, las viviendas unifamiliares están muy solicitadas.

2) De los otros 8 reyes godos que sí tienen calle en Madrid, 6 (Sisenando, Égica, Witerico, Turismundo, Agila y Sisebuto) también están en Carabanchel, en la zona del Paseo de Extremadura. La calle de Recaredo está en Chamartín y la de Walia en Conde de Casal.

3) Descubrí la Colonia Tercio y Terol porque allí vive, desde hace muchos años, mi pariente Miguel Ángel Borrell. Él y Nicolás Sánchez, de la Asociación Vecinal Tercio Terol, me han ayudado a completar la información que necesitaba.

Antiguo depósito de agua


1 comentario:

  1. Muy interesante Ángel. Como siempre. No conocía este barrio, pero sí los pueblos de colonización que se construyeron en la posguerra. La mayoría diseñados por algunos de los mejores arquitectos de la época. Todo un ejemplo de arte funcional dirigido por el estado que sirvió para algo. Cosa rara que merece ser conservada. Espero que con la ley de Memoria no le cambien el nombre al barrio.

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