Apocalipsis

(Banda sonora: "Así habló Zaratustra", de Richard Strauss y "El Bello Danubio Azul", de Johann Strauss, encadenados en este vídeo de la película de 1968: "2001 Una Odisea del Espacio").
---------------------------------------------------------------------
Transcripción de la transmisión de radiofrecuencia recibida en el complejo de radiotelescopios ALMA, en el desierto de Atacama, Chile, el 24 de Marzo de 2017.

Vista de Próxima Centauri desde el planeta b

"Desde el planeta Próxima b, en el sistema solar de Próxima Centauri, a 4 de Enero de 2013. 

(N.del T.: para una mejor comprensión, todos los nombres geográficos y fechas aparecen en su versión terrestre).

Mi nombre es..., pongamos que Rafael (total, da igual; nunca el sistema vocal humano sería capaz de pronunciar correctamente mi verdadero nombre). Soy el encargado del Observatorio Astronómico Avanzado situado en el planeta que ustedes conocen como Próxima b. La situación es crítica. De acuerdo con los análisis efectuados por nuestros expertos en fenómenos estelares, está a punto de producirse una erupción en nuestra estrella, Próxima Centauri, de tal magnitud que, muy probablemente, causará la desaparición de nuestro planeta, o , al menos, de toda evidencia de vida.

Ante la casi certeza de que eso suceda, la civilización centauriana hemos puesto en marcha lo que conocemos como "Protocolo Apocalipsis", que consiste, básicamente, en revelarles hechos decisivos en el devenir de su civilización terrestre, hasta ahora mantenidos en secreto. Este es el contenido de esta emisión de radiofrecuencia, que ustedes recibirán 4,22 años después de su emisión, o sea aproximadamente el 24 de Marzo de su año 2017, cuando, como he dicho, ya no habrá vida en nuestro planeta.

Ya habrán empezado a deducir que nuestra civilización es mucho más antigua que la suya. Y también fue durante milenios mucho más desarrollada, hasta que, avatares de la historia, un convulso período de guerras y cataclismos nos devolvió, prácticamente, al nivel tecnológico que ahora tienen ustedes. Pero, en nuestra "edad de titanio", fuimos capaces de desarrollar tecnologías que nos permitían viajar por el espacio a 640 Kms/segundo (compárenlo con los apenas 11 Kms/seg. de sus naves Apolo). A esa velocidad, éramos capaces de viajar a la Tierra en 2.000 años (sí, ya sé que parece mucho tiempo, pero es que, con sus Apolos tardarían 120.000 años en recorrer la misma distancia). 

De manera que, por decisión de nuestro Consejo Planetario, se envió una primera expedición de exploración a la Tierra hace 18.000 años. A su vuelta, 4.000 años después, nos describieron cómo, en el valle del Nilo y el Medio Oriente se estaba produciendo un proceso evolutivo interesante en las poblaciones de Homo Sapiens. Estaban empezando a abandonar los usos típicos migratorios de los cazadores-recolectores y empezando a establecer poblaciones más sedentarias, cultivando de manera artesanal algunas plantas que habían domesticado.

Nuestro Consejo decidió que era el momento de dar un impulso a esta especie, que ya se había significado como la de más posibilidades de evolucionar en algo "inteligente". Se envió una segunda expedición con la misión de, de una forma discreta, revelar a los humanos el uso eficiente de la agricultura. Y no sólo en el Creciente Fértil (con el trigo y la cebada), sino también en Mesoamérica (con el maíz), en los Andes (con la patata) y en Asia (con el arroz). Así, de forma casi simultánea, la humanidad dio un salto de gigante en su evolución (por cierto, dado que nuestra altura media como individuos es de 2,80 metros, también empezaron a proliferar por esas fechas cuentos y leyendas sobre cierta raza de gigantes...).

Dejamos a los seres humanos tranquilos durante unos milenios. Pero, hace 7.000 años, el Consejo pensó que era el momento de ayudar a los humanos a dar otro salto "disruptivo". Y la expedición que llegó a la Tierra hace 5.000 años difundió, también de manera discreta, los principios de la numerología, la geometría y el cálculo de estructuras, que permitieron construir los ziggurats asirios, las mastabas y pirámides de Egipto, de Yucatán y del Sudeste Asiático. 

Y no sólo eso; también "inspiramos" la creación de panteones y jerarquías celestiales, una pléyade de dioses y religiones que ayudaban a los seres humanos a obtener respuestas ante fenómenos naturales de los que no conocían el origen: la lluvia, el rayo, el trueno, el viento, el propio Sol, la Luna, la vida, la muerte, la guerra, la belleza... Y a ordenar un poco sus vidas en comunidad, tratando de no hacer al prójimo lo que no les gustaría que les hicieran a ellos, de cuidar de los más necesitados, de contribuir al bien común,...

Y sólo hubo una intervención posterior. Fue hace unos 2.600 años (que, claro, llegó en el año 1450 de su era), cuando se envió una expedición muy reducida pero con un objetivo muy claro: transmitir a la persona adecuada la tecnología de la impresión mediante tipos móviles. Conscientes de que esa invención cambiaría el curso de la Historia humana. Y, después de mucho buscar y buscar, decidieron que un tal Johannes Guttemberg, de Maguncia, era el hombre indicado. Y, lo que vino después, ya lo conocen.

Unos siglos más tarde, empezó el período de profunda crisis y destrucción en nuestra civilización que he comentado, que eliminó las tecnologías capaces de realizar viajes espaciales. Por decisión del Consejo, para evitar ser detectados, se blindó el planeta a las emisiones de radiofrecuencia, de modo que entramos en modo "escucha". Y así seguimos atentos a su desarrollo como especie. A mediados de su siglo XX recibimos con gran alborozo sus primeras transmisiones de radio, y, gracias a ellas, también fuimos partícipes de sus logros espaciales con las misiones Apolo (eso sí, con 4,22 años de retraso). Aunque, también debo decir que, en estos últimos años, el "ruido" que generan sus emisiones de radio, televisión, y eso que llaman "internet" es de tal magnitud y caos , que casi hemos optado por "desconectarnos".

En fin, que si están escuchando este mensaje es porque la civilización centauriana ha desaparecido. Ahora les toca a ustedes el relevo. Empiecen a buscar un destino en la Galaxia donde pueda haber una especie orgánica a cuidar para que llegue a ser inteligente. Desarrollen las tecnologías para hacer posible los viajes espaciales a larguísimas distancias y... ¡suerte!"

**************************************************

El 24 de Marzo de 2017, el complejo de radiotelescopios ALMA, situados en el desierto de Atacama, Chile, detectó una gran  llamarada en la estrella Próxima Centauri. Sólo duró un minuto, pero hizo que la estrella apareciera 1000 veces más brillante. 

Dado que el planeta Próxima b, descubierto en 2016 por un equipo de astrónomos dirigido por el catalán Guillem Anglada Escudé, se encuentra a sólo 7 millones de kilómetros de la estrella (recordemos que la Tierra está a 150 millones de Kms. del Sol), los científicos estiman que es muy probable que todo vestigio que pudiera haber habido de vida en ese planeta haya desaparecido.

Recreación de la llamarada en Próxima Centauri

A partir de ahí, todo lo demás sólo cabe achacarlo a la calenturienta imaginación de este articulista en una fría y lluviosa tarde de invierno.

Posdata: La palabra "apocalipsis" no significa, como pudiéramos pensar, cataclismo o fin del mundo, sino "revelación". Muy apropiado para este post.