viernes, 2 de junio de 2017

La noche de los Hermocópidas

Herma "incompleta"
Es posible que, recorriendo las salas de algún gran museo dedicadas al arte greco-romano, te hayas encontrado con un pilar similar al que acompaña a estas líneas: un bloque cuadrangular de piedra, terracota o bronce, con un busto de lo que parece un dios o un personaje ilustre en su parte superior. También te puede haber llamado la atención un agujero o desperfecto situado a media altura. Que puedes haber pensado: "sería una especie de fuente y el agujero era el lugar destinado al grifo, que se lo han quitado...". O bien "ahí es donde iba la placa que explicaba a quién estaba dedicado el monolito, o quién lo construyó y en qué año". 

Pues no. Este tipo de escultura procede de la Grecia arcaica y se conoce como "herma" (dicen que porque en una primera etapa la figura representada siempre era la del dios Hermes). Y su función no era decorativa, sino que se empleaban como hitos para señalar y delimitar carreteras y fronteras, así como para marcar los límites de las propiedades. También se usaban para atraer la buena suerte y alejar a los espíritus malignos.

Pero una característica sorprendente de los hermai (plural de herma en griego) es que su base se adornaba, a la altura que correspondería con su equivalente real, con un falo en erección, símbolo de masculinidad y de disposición a las armas.


De tal forma que el aspecto original de una herma era como el que aparece en esta otra imagen.

Herma arcaica



Ahora ya empiezas a intuir lo del agujero que aparece en ciertos hermai, ¿verdad?. 

Pero hay un episodio en la historia griega que nos da todavía más claves. Se conoce como "La noche de los Hermocópidas" ("mutiladores de Hermes"). 

Sucedió en Atenas, en Mayo del año 415 a.C. En una acción lateral durante la Guerra del Peloponeso, Grecia se disponía a enviar su flota hacia Siracusa (en Sicilia) con el objeto de conquistar nuevas tierras y expandir su imperio. La noche anterior a su partida, todas las hermai atenienses fueron víctimas del vandalismo, muchas donde estáis pensando, ahí donde más duele... Lo cual se interpretó como una ofensa religiosa y como un malísimo presagio para la expedición. 

En una operación fulgurante de la policía ateniense (o como se llamaran allí los encargados de estas cosas en esos tiempos), se detuvo a Alcibíades (un joven bien parecido y de carrera prometedora en el campo militar) acusado de ser el cerebro de la operación. Que, además, era pupilo (y hay quien dice que algo más) de Sócrates.

El detenido solicitó que se le abriera juicio inmediato para así poder probar su inocencia, pero las altas instancias de la ciudad determinaron que era más urgente la partida de la flota, con Alcibíades en ella, para darle a los sicilianos cuanto antes.

Busto de Alcibíades en los Museos Capitolinos de Roma

El caso es que, semanas después, se abrió un juicio "in absentia" contra el presunto cabecilla y se le condenó a muerte, lo que hizo que, al poco de iniciar la campaña siciliana, Alcibíades se exiliara en Esparta a la espera de tiempos mejores. Allí, ya reconocido como estratego (general), se dedicó a dirigir las campañas militares contra su Atenas nativa, contribuyendo significativamente a su destrucción. 

Pero algo debía de tener en su carácter porque, a los pocos años, también salió huyendo de Esparta y fue a ofrecer sus servicios al sátrapa Tisafernes de Persia (412 a.C.). Tras un año allí, negoció que su honor fuera restaurado y volvió a Atenas (411 a.C.), dedicándose entonces a zurrar duro a los espartanos. Hasta que fue nuevamente exiliado (en el 406 a.C.)... ¡menudo carrerón en tan sólo 9 años!. 

Volviendo al tema que nos ocupa, ¿fue o no fue realmente Alcibíades el instigador de la noche de los hermocópidas? Lo fuera o no lo fuera, ¿a qué obedeció esta acción organizada? ¿qué se hizo con las partes desprendidas de las hermai? ... Secretos de la Historia.

El que quiera saber más sobre este suceso, sus posibles autores y causas que originaron las mutilaciones, lo puede leer en esta entrada de la Wikipedia

3 comentarios:

  1. Genial la curiosidad y genial el nombre, hermocópida... que pena que en este caso los griegos no pasaran estas señalizaciones a los romanos. La preciosa calzada de la plata tendría un atractivo más.

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  2. Que Curioso y que simpático
    Curiosa la cara del herma que conserva sus atributos, risueño y con aspecto gozoso a diferencia del primero que desgraciadamente ha perdido sus atributos y solo tiene un agujero, semblante serie y adusto.
    Por cierto el link a Wikipedia no he sido capaz de encontrarlo

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  3. Algo tendrá que ver también con el notable caso de Hermafrodito, aquel que de tanto apretujarse a la ninfa del lago terminó incorporando su sexo, gozando a partir de entonces de "dobles poderes".

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