viernes, 18 de octubre de 2019

Cuando el Califa de Córdoba y el Rey de Pamplona eran primos

En el colegio nos enseñaban la Historia de una forma lineal, desde la Prehistoria hasta nuestros días. Reinos, Imperios, mandatarios, casamientos, conspiraciones, asesinatos, batallas, conquistas... todo bien ordenado, desde el 10.000 a.C. hasta el siglo XXI (y todo ello despachado en apenas 200 páginas). Pocas veces se hacía un análisis "lateral": por ejemplo, mientras se lanzaban las Cruzadas en Europa, ¿qué estaba sucediendo en China, o en el África bantú o en el Valle del Indo? ¿Había algún tipo de interacción?

Porque desafío al lector a que me diga en qué período de la Historia de España, y durante casi 40 años, el Califa de Córdoba y el Rey de Pamplona (todavía no se titulaban como Reyes de Navarra), que entre los dos gobernaban el 70% de la Península Ibérica, era primos. Y, para completar la foto, también el Rey de León era de la familia.

Los protagonistas de esta historia fueron Abderramán III y García Sánchez I. Y eran primos porque compartían una de sus abuelas: Onneca Fortúnez. La historia es curiosa; merece la pena conocerla un poco mejor.


Estamos a mediados del siglo IX. Hace ya unos 150 años de la batalla de Guadalete que inició la etapa musulmana en la Península Ibérica. Onneca (versión vascuence de Iñiga) era hija del Rey de Pamplona Fortún Garcés. En el año 860, Fortún fue capturado en el pueblo de Milagro durante una expedición punitiva de los musulmanes contra el reino de Pamplona. Su hija, que tenía entonces unos 12 años, también fue capturada y acompañó a su padre al cautiverio de Córdoba. Dos años después fue tomada como esposa por Abdalá I, por aquel entonces ya emir de Córdoba (el Califato llegó después). En el año 864 tuvieron un hijo, Mohamed II, que estaba llamado a suceder como emir a su padre, pero fue asesinado en el año 891. Justo un mes antes de morir, fruto de su relación con la también "vascona" Mudayna, nació el hijo de Mohamed II, el que sería Abderramán III.


Después de 20 años en Córdoba, por razones que desconocemos aunque lo más probable es que siguiera a su padre Fortún de vuelta al reino, Onneca volvió a Navarra. Y, como se debía encontrar todavía joven pese a estar cerca de los 35, casó con un señor feudal importante: Aznar Sánchez de Larraún (nótese que Aznar fue nombre propio antes que apellido). Hacia el año 886  tuvieron una primera hija, de nombre Toda y de apellido, como era lógico, Aznárez. En fecha no determinada (calculo que hacia el año 910) Toda Aznárez se casó con Sancho Garcés I, que era Rey de Pamplona desde 905. Y en 919 tuvieron su primer hijo (antes había tenido ya tres hijas): García Sánchez, que heredaría el reino en 925 a la muerte de su padre.

Por lo tanto Abderramán III y García Sánchez compartían la sangre de Onneca como abuela. El tercero de la foto era Sancho I de León, que era hijo de Urraca Sánchez, hija de Toda, y, por tanto, bisnieto de Onneca. Como decía al principio, "todo queda en casa".

Esta mezcla de sangre (hoy diríamos genes) navarra y omeya fue muy frecuente en los siglos IX y X. No se sabe mucho de la madre de Abdala I llamada Ushar, pero lo que sí que recogen las crónicas es que el emir era "rubicundo, tenía el cabello rubio con grandes entradas, los ojos garzos y la nariz aguileña y era de talla mediana. Se teñía la barba para parecer más árabe y el cabello de negro o caoba".

Cuadro que representa a Sanchuelo, hijo de Almanzor y Urraca
Por terminar con la estirpe de Onneca, una tataranieta suya, también llamada Urraca Sánchez (hija, en este caso, de Sancho Garcés II, conocido como Sancho Abarca) tuvo un hijo con el famoso y todopoderoso "hayib" Almanzor (939-1002 Abu Amir Muhammad Ben Abi Amir al-Ma´afirí, alias al-Mansur, "el Victorioso"). Del que lo que se cuenta de que "en Calatañazor perdió el tambor" también habría mucho que hablar. El hijo de "Abda", que fue el nombre árabe que adoptó Urraca, se llamó Abd al-Rahman Ibn Sanyul, pero todo el mundo le conocía por "Sanchuelo", porque decían que tenía un gran parecido con su abuelo materno Sancho. Otra vez la mezcla de genes.

Y en la misma época, muy relacionados con la corte pamplonesa por alianzas y matrimonios (y a veces también por trifulcas de distinta consideración), estaban los Banu Qasi. Que yo siempre pensé que era alguna familia musulmana que se había hecho con el poder en una taifa del valle medio del Ebro. Musulmana sí que era, pero por conversión (me imagino que, como muchas familias nobles anteriores a la conquista, para mantener las tierras y para pagar menos impuestos). El origen de su nombre lo aclara: Banu Qasi, "hijos de Casio". Y resulta que este Casio ó Cassius era un noble más visigodo que Wamba.

Como dije al principio, la Historia, lejos de ser lineal, tiene muchos recovecos e interacciones. Por eso me gusta.

5 comentarios:

  1. Otro post interesante Ángel.
    La idea que tenemos de la Edad Media como de una guerra religiosa casi permanente es falsa y sólo a partir del siglo XI aparece el concepto de "Cruzada".
    Ese concepto fue un invento español, más concretamente de un navarro, el rey de Pamplona Sancho III, quien lo presentó en el G-20 de la época y se le rieron; todos menos el papa, que tomó buena nota porque le permitía convertir su poder espiritual en político, pero Sancho nunca recibió royalties ni derechos de autor.
    Antes de la historia que cuentas ya hubo otra que tampoco encaja en el molde. El año 816 el jefe de los musulmanes Banu Qasi, Musa ibn Musa, se alió con su hermano uterino (la madre de ambos también se llamaba Onneca) Íñigo Íñiguez, jefe de los cristianos Arista y depusieron al conde que los reyes carolingios (franceses, pero cristianos) habían puesto en Pamplona, el gascón Velasco y desde entonces los Arista reinaron en ese territorio, que fue independiente hasta 1513.

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  2. ¡Que coincidencia! Curiosamente estoy leyendo estos días la novela de Ángeles de Irisarri "El viaje de la reina" que narra las peripecias, no se si reales o ficticias, de la expedicion de Toda Aznarez de Navarra con su nieto Sancho el Craso, y un amplio séquito, a Cordoba para ver a sus parientes y a un médico judío (nutricionista) que pusiera a regimen al obeso heredero del reino de Leon Sancho para que éste ganase el respeto de sus súbditos.

    La novela tiene el mérito de usar un lenguaje hábilmente "medievalizado" y una dinámica narrativa extraordinaria. Todo lo que cuenta Angel aparece, y mucho mas por la gran erudición de la autora. Casi todo lo olvidaré porque soy incapaz de asimilar tantos nombres y fechas pero sí que os recomiendo su lectura si quereís un viaje plausible de vuestra imaginación al pasado.

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  3. "... todo bien ordenado, desde el 10.000 a.C. hasta el siglo XXI"
    Pecas de optimista, Ángel: ninguno de tus lectores vamos a creer que estudiaste historia del siglo XXI cuando eras colegial ...

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  4. Una precisión Ángel, si me lo permites, el lugar donde fue capturado el rey de Pamplona y su hija no parece ser el pueblo de Milagro, aunque lo diga la Wikipedia (que lo dice).
    Las crónicas musulmanas afirman que los capturaron en el castillo de Al-Qastil, recientemente identificado con Murillo el Fruto.
    Milagro era un promontorio que estuvo en zona musulmana (de los Banu Qasi) hasta 1098, cuando lo tomó el rey Pedro I y lo fortificó, porque antes no tenía castillo, de modo que no es probable que el rey de Pamplona estuviera en ese lugar el año 860 y menos que llevase con él a su hija.
    La Wikipedia contiene miles de errores como éste, de modo que hay que tomársela como lo que es, una enciclopedia "popular" donde cualquiera puede escribir lo que quiera.

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  5. Me encanta leeros, qué poco sabemos de esta época, sin duda que leeré el libro que aconseja Telmo

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