martes, 5 de mayo de 2020

Cartujos y Trapenses

Continuamos el post de la clausura con dos de las órdenes más conocidas por lo estricto de sus reglas. Y que han tenido unas actividades "comerciales", fruto de su "ora et labora", muy curiosas.

Ordo Cartusiensis - ("Cartujos")

Escudo de la Orden de La Cartuja
("La cruz estable mientras el mundo da vueltas")
Bruno de Colonia (ca. 1030-1101) nació en Colonia, como era de suponer. Estudió en Reims, donde llegó a ser canónigo de la Catedral y Rector de la Universidad. Tenía la vida resuelta cuando, ya en la madurez, recibió la vocación monástica. Se fue hacia el sur, hacia los Alpes, en busca de un retiro adecuado y, ayudado por Hugo de Grenoble (a ver si adivináis de dónde era este buen hombre), lo encontró en la zona montañosa conocida como "La Grande Chartreuse". 

Allí, en el año 1084 (Bruno tenía 54), junto con otros 6 monjes, fundó esta orden. En su escudo se pueden ver 7 estrellas, en honor a sus fundadores. Después de una breve estancia en Roma, en 1091 fundó el segundo monasterio, Santa María della Torre, en la región italiana de Calabria. Y allí murió unos años después. No ha sido canonizado "oficialmente", pero se le venera como santo.


Sus sucesores completaron el desarrollo de "Las Costumbres" o reglas por las que se guiaba la orden. Y emprendieron su expansión geográfica.
Monasterio  "La Chartreuse"

La primera "cartuja", que así se castellanizó el nombre, en la península ibérica fue en el Reino de Aragón: la Cartuja (Cartoixa en catalán) de Escaladei ("Scala Dei": escalera hacia Dios) en la Morera de Montsant, en Tarragona. Fue fundada en el año 1194, por concesión del rey Alfonso II el Casto, quien le asignó abundantes terrenos y rentas. La comarca donde se ubica la cartuja pasó con el tiempo a denominarse "el Priorato", zona que hoy reconocemos por sus buenos vinos.

En el Reino de Castilla, la primera cartuja fue la de Santa María del Paular, en el valle del Lozoya, fundada en 1390 a instancias del rey Enrique II de Trastámara. Toda la comarca formaba entonces parte del Sexmo de Lozoya, perteneciente a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia. Albergó a la comunidad cartuja durante casi cinco siglos, hasta la desamortización de Mendizábal en 1835.

Otras cartujas de fundación posterior fueron las de Santa María de las Cuevas, en Sevilla (1401) y la de  Miraflores, en Burgos (1442). 

Algunas características de la cartuja son (extraídas de la página www.declausura.org): 

En toda cartuja se encuentran tres partes principales:

– El Claustro Grande, que reagrupa todas las celdas, donde los Padres llevan su vida solitaria. A veces se encuentra un segundo claustro para los hermanos conversos.
– Lugares comunitarios, siendo los más importantes la iglesia, el capítulo y el refectorio. En esta parte del monasterio se encuentran también ciertos lugares de trabajo: cocina, lavadero, etc.
– Talleres: los talleres que hacen más ruido (carpintería, forja, granja, etc.) se encuentran un poco más alejados del resto del monasterio para no turbar el silencio.
Cartujo Fray Jerónimo Pérez (Zurbarán, 1632)

La separación del mundo se lleva a cabo por la clausura. No salen del monasterio más que para un paseo semanal. No reciben visitas ni ejercen apostolado exterior alguno. En el monasterio no tienen radio ni televisión. El Prior es quien recibe las noticias y transmite a los monjes lo que no deben ignorar. 

La celda es una vivienda acondicionada para proporcionar al Cartujo la soledad tan completa como sea posible, asegurándole lo necesario para la vida. Cada celda consiste en un apartamento, rodeado de un pequeño jardín, donde el monje permanece en soledad la mayor parte del día durante toda su vida. No salen de su celda fuera de las ocasiones previstas por la Regla (ordinariamente tres veces al día para la liturgia; algo más frecuentemente el domingo). Allí se ocupan en la oración, la lectura y el trabajo (serrar madera para calentarse en invierno, cultivar el jardín, mecanografía, carpintería…).

Algunos elementos propios de la liturgia cartujana son los siguientes:
– Muchos tiempos de silencio
– La prohibición de todo instrumento musical.
– El canto gregoriano, que fomenta la interioridad.
– La celebración cotidiana de la liturgia.

En la actualidad en el mundo hay 19 casas de Cartujos (con unos 370 monjes) y 5 casas de Cartujas (con 75 monjas).

(Paréntesis comercial: 

1- La conocida marca de vajillas "La Cartuja de Sevilla" se instaló en 1841 en el antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas, del que también habían sido desalojados los monjes con ocasión de la desamortización de bienes eclesiásticos realizada en 1835. Un avispado inglés, el Marqués Charles de Pickman se hizo con el edificio y los terrenos, se supone que a buen precio, y empezó la fabricación de loza fina para hacer competencia a las grandes marcas inglesas. Pronto adquirió mucho prestigio, pero durante los años 30 del siglo pasado sufrió muchos avatares y dificultades económicas, y en 1950 un pavoroso incendio destruyó la mayoría de las instalaciones. Desde 1977 la fábrica se encuentra en el polígono industrial de La Albara, pero sigue conservando la marca).

Etiqueta del licor Chartreuse
2- Siempre ha habido una conexión curiosa entre los monasterios y los licores de hierbas (quizá lo desarrolle en más detalle en otro post). En el caso que nos ocupa, el licor "Chartreuse" está ligado, no podía ser de otra forma, a los monasterios cartujos. Fue un mariscal francés, amigo del rey Enrique IV, el que elaboró un destilado de hierbas aromáticas a inicios del siglo XVII y entregó la receta a los Padres Cartujos de París.

El prior de la orden encargó a un monje farmacéutico, Jerome Maubec, un estudio y éste creó un elixir vegetal medicinal, a partir del cual se hicieron el Chartreuse amarillo y el verde.

Las primeras campañas publicitarias, en forma de prospecto, presentaban el elixir como un buen remedio contra los síncopes, apoplejía, cólicos, indigestiones, mareos e, incluso, el temido cólera. También se recomendaba para sanar animales domésticos y caballos, y para los humanos que hacían deporte, ya que impedía el enfriamiento del organismo. La bebida ha tenido muchos imitadores, aunque el caso más curioso que ha vivido fue el de su prohibición en Francia después de la marcha de los Cartujos a Tarragona.

3- Derivado de las dos variedades del licor, existen dos "color chartreuse", uno verde y otro amarillo, en los catálogos de Pantone®.

Fin del paréntesis).


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Ordo Cisterciensis Strictioris Observantiae - ("Trapenses")

Esta es una orden más reciente, pero con una historia también muy curiosa. Tenemos que ir al año 1664, a la Abadie de La Trappe en la Baja Normandía (Francia). Allí, el abad Armand-Jean de Rancé no está conforme con la deriva que está tomando la orden del Císter (no me preguntéis en qué aspectos) y decide que va a acometer una profunda reforma de la orden, volviendo a la "primitiva observancia de la Regla de San Benito". 

La "nueva orden" se expandió por Francia durante un siglo, pero con la llegada de la Revolución Francesa, en 1789, tuvieron que salir del país. Su llegada a España fue ciertamente azarosa. Después de que el rey Carlos IV les prometiera la concesión de una granja en Murcia, parece que cambió de idea. Al final, el encargado de fundar el nuevo monasterio, Fray Gerásimo de Alcántara, tras pasar un tiempo en Reus y en Poblet tratando de encontrar un destino, lo encontró, en 1796, en la localidad aragonesa de Maella, en un antiguo monasterio cisterciense, al que renombraron como Santa María de la Trapa de Santa Susana. Allí estuvieron hasta 1835 en que, nuevamente, la desamortización les expulsó. Del monasterio hoy sólo queda la torre y muchas ruinas.

En su muy documentada página web (www.ocso.org) podemos leer que, a finales de 2019, había en todo el mundo 102 monasterios de monjes trapenses, con 1515 miembros, y 76 de monjas, con 1443. En España hay 19 monasterios, 10 de monjes y 9 de monjas. Las comunidades mayores son las de San Isidro de Dueñas, en Palencia (13 monjes) y la de Santa Mª de San José en Alloz-Estella (17 monjas). 

"El monje cisterciense vive con otros hermanos y hermanas, purificándose y fortaleciéndose por medio de la comunidad en un trabajo de oración de por vida. Todas y cada una de nuestras comunidades tienen sus propias costumbres y horarios diarios, pero les es común a todas ellas madrugar antes del amanecer para empezar el día con la oración litúrgica y volviendo periódicamente a la iglesia a lo largo del día para seguir rezando juntos. 
Monjes trapenses en San Pedro de Cardeña (Burgos)

En otros momentos, durante el trabajo, procuramos mantener un ambiente de silencio, que nos ayude a crecer en la práctica de la oración continua. Por lo general, nuestros monasterios se construyen en lugares apartados, rodeados de belleza y tranquilidad natural, manteniéndonos en contacto con la tierra de la que Dios nos ha hecho administradores.

En los tiempos que vivimos, para muchos el monasterio es un oasis de paz en medio del ruido y del tumulto, un lugar en el que los que lo visitan encuentran esa libertad de distracciones que prepara el corazón para el encuentro con Dios. Para hacer frente a los imperativos de la vida moderna, abrumadora en ocasiones, la gente encuentra inspiración en el equilibrio de trabajo y oración que se da en el horario monástico y en la vida ordenada y de objetivos que conlleva" (extracto de la página web).

(Paréntesis comercial:

1- Los monjes del monasterio de San Isidro de Dueñas, en Palencia, iniciaron, en 1891, la fabricación de chocolates y dulces con la marca "Chocolates de la Trapa". En 1960 los monjes vendieron la fábrica, junto con todas las fórmulas para la elaboración. En 1982 la actividad fue comprada por el Grupo Rumasa. En 1983 por el Grupo Prevert. En 1992 por Nueva Rumasa, que amplió la gama de productos a bombones y miel. Y en 2013 fue comprada por el grupo Europraliné. 

2 - Cervezas Trapistas - Igual que los monjes palentinos con el chocolate, los trapenses belgas parece que orientaron su "labora" hacia la fabricación de cervezas artesanales. Con gran éxito. Hasta el punto de que han tenido que establecer la "Asociación Internacional Trapense" que es la que otorga el sello ATP: "Authentic Trappist Product" a aquellas cervezas (y también otros productos) que cumplen una serie de criterios:

1) El producto debe producirse dentro de las muros o en las proximidades de la abadía.
2) El producto debe ser producido por o bajo la supervisión de la comunidad monástica, y la operación debe estar subordinada al monasterio y a su cultura monástica.
3) Los ingresos serán usados para el sustento de los monjes y para el mantenimiento del monasterio. Lo que sobre debe destinarse a obras sociales.

En la actualidad sólo hay 14 abadías cuyas cervezas tienen el sello ATP. Una de ellas está en España, la de San Pedro de Cardeña en Burgos.

Fin del paréntesis).


4 comentarios:

  1. Añado algunas curiosidades sobre las primeras cartujas y los vinos:
    1. El origen de Escaladei son 6 monjes cartujos, los primeros en llegar a la Península (desde Provenza), que fundaron Santa Maria de Poboleda en 1163, trasladándose posteriormente a aquella.
    2. La 2ª cartuja de la Corona de Aragón fue la de Sant Pol del Maresme (Barcelona), fundada por la 1ª en 1269.
    3. La 3ª cartuja de la Corona de Aragón fue la de Porta Coeli (Valencia) en 1274 y luego se fundó la de Vall de Crist (Castellón) en 1385.
    4. Me consta que la 1ª de Castilla fue la 6ª de lo que hoy llamamos España, de modo que me falta una anterior que no he localizado. A ver quien la encuentra.
    5. La famosa (por los amoríos de Chopin) cartuja de Valldemosa (Mallorca) es posterior, del 1399.
    6. Como Ángel nos informa, los vinos del Priorato deben su nombre a los cartujos, pero hay que saber que existen tres prioratos: el Priorato histórico (7 municipios que se formaron con las tierras gobernadas por el prior de Escaladei), el Priorat denominación de origen (los 7 anterior más 2 que se colaron hábilmente durante el proceso) y el Priorato comarca (23 municipios, que incluye todos los anteriores). Los 14 municipios que no forman parte de la denominación de origen Priorato, más un par de la vecina comarca de la Ribera d'Ebre, lograron la "independencia" de la de Tarragona en 2002 para crear una nueva, Montsant (ojo que no todos sus suelos son pizarrosos, los hay calcáreos, de modo que algunos se parecen a los típicos vinos del Priorato, pero otros no).

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    1. Jordi, en www.cartuja.org tienes la relación cronológica de todas las cartujas. La 4ª, según esta fuente, fue la de San Jaime de Valparaíso, fundada en la diócesis de Barcelona, junto a Tarrasa, en 1345 por doña Blanca de Centellas, señora de Tarrasa.
      Sobre los vinos, abierto a una degustación "in situ" cuando nos levanten la clausura, para poder apreciar las diferencias según el tipo de suelos...

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    2. Ahora mismo actualizo mi web y tu te has ganado un gallifante (a canjear por una cata de vinos del Montsant).

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    3. Falta la Cartuja de Sta María de la Defensión, en Jerez, así como la Cartuja de Aula Dei, en Zaragoza, en lo que Vd dice "lo que hoy se llama España".

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