viernes, 28 de enero de 2022

California y "californios"

La primera vez que oí mencionar a los "californios" fue en 1981. Lo recuerdo bien. Fue el año de la dimisión de Suárez, del 23-F y de la colza. Estaba yo trabajando en un proyecto para la empresa pública ENPETROL (así, con n delante de p, contraviniendo todas las reglas ortográficas; la explicación era que no se trataba de una palabra, sino que  correspondía a las siglas de Empresa Nacional del PETROLeo, antecesora de la actual REPSOL). El Director de Informática, nuestro cliente, se llamaba Manuel Lluch y era un gran profesional, buena persona y, a lo que quizá daba más importancia, cartagenero militante. 

Emblema de la Cofradía
En las oficinas de la empresa, situadas en la calle José Abascal de Madrid, a eso de las 11 de la mañana, una camarera hacía su entrada con un carrito bien surtido de tazas, servicios de café y bollería diversa. Iba recorriendo las mesas ofreciendo y sirviendo lo que cada uno quería (también a los "externos"), y todo por cuenta de la empresa. Aprovechando la "pausa de café" se formaban pequeños grupos o corrillos, para tomar el café en compañía y hacer un poco de "networking" (antes de que supiéramos qué era eso). El caso es que, en uno de esos cafés, supongo que próximas las fechas de la Semana Santa, Manuel nos contó que era un "californio". Ante la sorpresa inicial, pues no le veíamos aspecto ni maneras de norteamericano, nos aclaró que así se conocía a los miembros de una de las cofradías de la ciudad de Cartagena. En concreto, esto lo acabo de buscar en Google porque mi memoria no da para tanto, a la "Pontificia, Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús en el Doloroso Paso del Prendimiento y Esperanza de la Salvación de las Almas". Constituida oficialmente en 1747. 

En la propia web de la cofradía (www.cofradiacalifornia.es) podemos leer la siguiente explicación: "Los hermanos de la cofradía son conocidos coloquialmente en Cartagena como los “californios”; apelativo que, según tradición oral, se debe a que poco después de su fundación, ingresaron en la cofradía unos marinos procedentes del Virreinato de Nueva España que habían colaborado en las expediciones que, en 1768 el Virrey Don Carlos Francisco de Croix, marqués de Croix, había enviado a tierras de California. Pero probablemente el sobrenombre tenga un origen mucho más tardío, ya que no aparece escrito hasta la segunda mitad del siglo XIX, y haga referencia a la fastuosidad de las procesiones californias en ese época, comparándolas con las riquezas de la minas de California que acababan de ser descubiertas".

También recuerdo que, a consecuencia de aquéllo, busqué el origen de la palabra "California"; por qué se había nombrado a ese Estado norteamericano con ese nombre curioso. Ahora, con la ayuda de Google, he vuelto a buscar, y puedo compartir la historia más completa (y curiosa):

El nombre de California procede del libro de caballerías castellano titulado "Las Sergas de Esplandián" ("sergas"=proezas). Ya en la "Chanson de Roland" (siglo XI) aparece "Californe" como topónimo de ficción, y es posible que de allí lo tomara Garci Ordóñez de Montalvo, que situó a Esplandián, hijo de Amadís de Gaula, en la isla de California, cercana al Paraíso terrenal, habitada exclusivamente por mujeres y rica en oro y otras riquezas. El libro de Montalvo, escrito en 1510, tuvo varias ediciones; la última se publicó en 1526.

Las costas de lo que hoy llamamos California comenzaron a explorarse a partir de 1532 por iniciativa de Hernán Cortés, quien refiere al emperador Carlos las noticias oídas a los jefes indígenas sobre la existencia de "una isla habitada solamente por mujeres" que es "muy rica en perlas y oro". El nombre de California aparece tras las expediciones de Fernando de Ulloa (1539-1540) y de Hernando de Alarcón (1540), pero, al parecer, más como objeto de burla contra Cortés, al no haberse encontrado en esas tierras nada parecido a lo que filtraron los indígenas. Y es cierto que, durante muchos años, se siguió considerando que era una isla. El caso es que, para 1542 el nombre de California, para referirse a ese territorio ya está totalmente extendido y aceptado.

Mapa ca. 1650 donde California se sigue representando como una isla


(Paréntesis. Otra curiosidad del mapa: el tercer lugar identificado, empezando por la esquina superior izquierda es, con buena vista, "Pº. Sir Francico Draco" (así sin "s"). Que no corresponde al San Francisco actual (que fue fundado bastante más tarde, en 1776, y estaría unos 50 km más al sur) sino que hace el referencia al punto donde se cree que tocó tierra norteamericana el marino inglés Sir Francis Drake (1540-1596) en su viaje alrededor del mundo, el segundo que se completó con éxito después del de Magallanes/Elcano. Todavía hoy existe la Drake´s Bay por esa zona).

Bien, pues aclarado el tema topográfico, resulta que, 40 años después, me vuelvo a encontrar con los "californios". Pero esta vez no en Cartagena, sino en Cantabria. Y no eran cofrades, sino lo que popularmente se conoce también como "indianos". La "culpable" de este encuentro ha sido la escritora gallega María Oruña (Vigo, 1976). En su libro "Donde fuimos invencibles", de 2018, tercera entrega de la saga conocida como "Los libros del Puerto Escondido" (muy recomendable, por otro lado), y que acabo de leer, sitúa la acción en el Palacio o Quinta del Amo, a cuyos propietarios, en el pueblo de Suances, nos dice que se les conoce como "los californios". Y para qué las prisas...

La propia escritora, en el capítulo 7, hace que uno de los personajes del libro nos dé una explicación de la historia de la Quinta del Amo. La resumo aquí (con algún añadido mío):

La historia de esta poderosa familia comienza con el nacimiento, en Santoña, de Gregorio del Amo, en 1858. Se licenció en Medicina en la Complutense de Madrid y, en 1879, se fue a ejercer a Uruguay y después a México. En 1887 se trasladó a California, a la zona de Los Ángeles. Allí conoció y se casó, en 1890, con Susana Domínguez, una "california" 14 años mayor que él, cuyo padre era un millonario, dueño de un inmenso rancho, llamado "Rancho San Pedro", y que había sido una de las donaciones que había realizado el Rey de España Carlos III a hidalgos españoles residentes allí, a finales del siglo XVIII. Que eran conocidos como "los californios". En concreto, Juan José Domínguez, soldado retirado y antepasado de Susana, fue el que recibió, en 1784, unas 30.000 hectáreas. 

En 1922, descubrieron petróleo en este rancho, haciéndose mucho más ricos de lo que ya eran entonces. Crearon Del Amo State Company para la gestión de los pozos de petróleo y dedicaron buena parte de sus beneficios a fines filantrópicos y culturales.

Quinta del Amo - Vista aérea -
Con la típica palmera de los "indianos"
Después de dejar la medicina, fue nombrado cónsul en San Francisco. Posteriormente, comenzó a recorrer Europa y mandó construir el Palacio del Amo en Suances, para pasar los veranos en esta villa, de la cual se enamoró.

Antes, en 1910, este matrimonio adoptó a dos niños sevillanos, que resultaron ser hijos verdaderos de Gregorio, como consecuencia de una infidelidad. El pequeño Carlos murió  joven, de una enfermedad, y el otro, Jaime, siguió la saga, llegando a ser su heredero.

En 1929 creó Del Amo Foundation, su gran obra, una fundación que concedió becas a ambos lados del Atlántico, financió la construcción de un seminario en California, y la Residencia de Estudiantes del Amo, en la Ciudad Universitaria de Madrid. 

En 1941 murió Gregorio, y su hijo Jaime heredó todo, incluyendo el Palacio del Amo y otro en Iruz, también en Cantabria. Jaime vivía a caballo entre California, Suiza y Suances. 

Retrato de Jaime del Amo
Jaime creó en Los Ángeles, en 1949, el "Del Amo Shopping Center", entonces el centro comercial más grande del mundo y que hoy día sigue siendo uno de los más grandes de los EE.UU.. Llegó a ser el hombre más rico de los Estados Unidos y uno de los del mundo. Murió en 1966, a los 58 años. Aunque de vida un tanto "disoluta", continuó con la labor social que su padre emprendió, terminando el Colegio Mayor, destruido en la guerra civil y que sigue llevando su nombre, "Jaime del Amo". Por eso, a los residentes en ese colegio les apodan "los jaimitos". Se le concedió la Gran Cruz de Isabel La Católica y fue enterrado en Suances con honores de Estado.

A su muerte, su patrimonio pasó a sus 5 hijos. Parece que el Palacio del Amo no entraba en sus prioridades y permaneció abandonado muchos años, hasta que un empresario local lo compró y años después, en 2013, lo cedió al Ayuntamiento de Suances, que ha abordado un proyecto de rehabilitación para convertirlo en un centro de educación ambiental y social. En la novela se cuenta otro final de la historia, pero no voy a hacer "spoiler". 



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Pues hasta aquí el repaso a California y los "californios". El mismo apelativo, en Cartagena y en Cantabria, pero con diferentes historias detrás. Las dos, muy curiosas...
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3 comentarios:

  1. Muy interesante, en especial para los que nos movemos entre Cantabria y California. Yo había escuchado que la palabra California
    procedía de la expresión "calida fornax" (https://www.google.com/search?q=calida+fornax&rlz=1C5CHFA_enES988ES988&oq=calida+fornax&aqs=chrome..69i57j0i512j0i22i30.3414j0j15&sourceid=chrome&ie=UTF-8)

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  2. Muy interesante Ángel. Como te veo muy condescendiente con el Sr. Francisco Draco, al que comparas con Magallanes/Elcano porque fue el 2º en dar la vuelta al mundo, quiero recordar que sus objetivos eran ligeramente distintos. Sir Francis Drake se dedicó a robar y quemar todas las posesiones españolas que pudo, antes de descubrir el puerto que lleva su nombre. Asaltó Valparaíso, robando hasta el cáliz de oro y el crucifijo de plata de su iglesia, así como un barco con dinero y vino, atacó Arica y El Callao, donde robó otro barco, bombardeó Paita, destruyendo sus edificios principales; en las costas de Ecuador capturó al galeón “Cagafuego”, con 35 kg de oro, joyas, 13 cofres llenos de reales de plata y 26 toneladas de plata no amonedada; en las costas de Costa Rica y de El Salvador se apoderó de sendos barcos mercantes, en México incendió Huatulco y saqueó Acapulco y, cuando ya no le cabían más riquezas en su único barco (había perdido los otros 4 y todas las presas ¡qué gran marino!), fue a un lugar tranquilo, California, de la que tomó posesión en nombre de su reina y llamó Nova Albion, antes de huir por el otro lado del Pacífico (dando así la vuelta al mundo), porque sabía que si regresaba por la misma ruta los españoles le estarían esperando.

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  3. GRACIAS, ALBERTO



    PEDRO DE ORTE ARRAZUBI
    VIVE EN SANTANDER


    CURIOSO

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